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DISCUSIÓN

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Narradora Pov

Akko suspiró profundamente sintiéndose bastante estresada. El reino Biraz había sido conquistado y se estaba llevando a cabo una limpieza profunda para que las demás personas empezaran a vivir bajo la protección de su mano. Sin embargo, era obvio que traería sus consecuencias y las tierras que eran dueñas de esas, enviaron una correspondencia tarde en la noche dos días después del ataque.

La reina había leído la carta sola en su habitación; su rey no quería verle el rostro luego de lo que hizo, pero Akko le daría su tiempo para que lo asimilara y digiriera. El sobre contenía, además de un papel, una pequeña botella de sangre de vidrio como señal de una declaración.

Ninguno de los caballeros que atacaron el reino Biraz del norte había resultado lastimado severamente. Y eso, era una clara demostración de lo fuertes que eran sus guardaespaldas, sin embargo, ese reino parecía haberlo pasado por alto al haber enviado aquella botellita de vidrio.

«», era los nombres de los reinos que se encontraban amenazando la vida de su familia y de los ciudadanos del pueblo. «Ahora Karat», pensó agregándolos a la lista negra. Si ellos se atrevían a atacar, Akko, tenía el poder de borrarlos completamente del mapa, sin embargo, no quería hacer tal barbaridad. Sus caballeros eran fuertes y leales. La gran mayoría tenía una buena vida y el peligro de morir en batalla disminuyó gracias a los entrenamientos y magia de su rey.

Cada vez habían más complicaciones, pero al menos logró darles hogar a sólo diez mil personas. La reina proporcionaría los materiales y mandaría a unos de sus cultivadores profesionales a que sembraran los alimentos en lugares tibios, aunque eso era casi imposible. Las tierras del norte eran consideras las más frías, debido a que el invierno nunca se acababa. Akko tendría que buscar la manera para darles abastecimiento hasta que pudieran defenderse solos y pagar los impuestos.

Parecía difícil, sin embargo, no inalcanzable. La reina haría lo posible para entregarles esa seguridad y buena vida a los ciudadanos que empezarían a vivir en esas tierras. Simplemente necesitaba organizarse mejor y recibir algunos consejos de los consejeros, e inclusive de sus padres. Ella sacaba a Diana un poco, ya que ésta se encontraba enojada y estaba segura que no aportaría nada bueno en ese estado.

Unos pequeños y reconocibles toques en la puerta captaron su atención. Akko inmediatamente guardó con tranquilidad la carta y la botella dentro de un cajón, para después darle el paso a su hija. Alice se asomó y entró con un peluche en sus manos.

—¿Mamá Diana no está? —preguntó al no verla en la habitación.

—No, cariño. Esta noche no creo que venga. ¿Quieres dormir conmigo?

Alice sonrió y asintió alegre acercándose a los brazos de la reina. Akko la recibió con una sonrisa y la ayudó a subir a la cama. Enseguida, Alice, se sentó en sus piernas para ser acariciada y consentida con pequeños besos en su cabeza.

«Tres semanas y media...», recordó. Diana, había estado en total casi tres semanas distanciadas de ellas. Alice la entrañaba y dormía con ella todas las noches. Las clases de magia ya no eran las mismas para Alice desde que, su rey, había abandonado el castillo. Akko trataba de animarla asistiendo a sus clases y lo logró. Su pequeña princesa consiguió lo que tanto le había costado, pero notó algo curioso en ella.

Alice, no había soltado el cuaderno durante todo ese tiempo; en él tenía escrito pocos hechizos que le ayudaban a manejar mejor su magia. Cuando Diana llegó en su cumpleaños número cinco lo abandonó enseguida. Parecía que se sentía segura teniéndolo cuando su otra madre no estaba. Tal vez era miedo a equivocarse o no recordar o decir mal un hechizo. La reina estaba segura que lo descubriría después.

Había una vez... 2 (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora