Extra

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Semana diecisiete.

Soy una adicta, pero una adicta a los libros. La estúpida de Bella me ha recomendado un libro increíble, pero es puro porno. No llego a entender cómo es que sea psicóloga.

Semana diecinueve.

He aceptado la terapia de Bella para los problemas que tengo. Al principio no encajamos, pero luego todo ha fluido, los trastornos que me dejaron son irreparables ya que estarán ahí para siempre, pero se pueden hacer cosas para evitar la ansiedad y los ataques de rabia y enfado.

Estoy mejorando y espero ser una nueva versión mejorada.

Semana veinte de embarazo.

El embarazo me va bastante bien. La luna de miel ha sido increíble, el único problema han sido los paparazzis, no han parado de hacernos fotos.

Nathaniel me tapa el vientre cada vez que nos intentan hacer una foto. Saben que estoy embarazada, pero intento ponerme cosas anchas para que no sepan de cuánto estoy.

Semana veintitrés.

Hemos decidido vivir en mi mansión, la presión mediática es demasiado y están empezando a perseguirme por las calles.

Le he repetido a Nathaniel cien veces que puedo defenderme sola, pero lo mejor es pasar el embarazo en un sitio que sea prácticamente no localizable por nadie.

Él no me deja sola, trabaja desde casa y solo se va cuando hay reuniones importantes, por lo general después de las reuniones vuelve a casa.

Semana veinticinco.

Hemos ido al médico, tengo contracciones muy fuertes y el no encontrar a padre me genera estrés, he tenido sangrados en mi nariz y he tenido un par de desmayos. Me he hecho una ecografía.

No es un bebé, son dos. Cuando se lo dije a Bella me pidió todos los exámenes médicos para creerse que de verdad tenía a dos pequeños.

Marcus ha hecho un babyshower. Ellos lo han preparado todo, es una pequeña fiesta con los amigos más cercanos.

Al parecer era un poco normal mis síntomas, ya que el aborto que tuve me dejó secuelas graves e irreversibles.

Pero hay algo que me dice, que no estoy a salvo, que mis bebés por muy mal que se oiga, no están a salvo. Empiezo a tener miedo. Porque deseo que esto salga bien.

Que aún que tenga dos niñas, que nadie las tocará y sé que algo irá mal. Solo deseo que no salga niña, por muy mal que se oiga, tengo una mala superstición.

Semana veintisiete.

Hemos ido a las clases de padres primerizos. Es la última vez que vuelvo, me sentía incómoda con tantas miradas encima nuestra, sentía que en cualquier momento saldría padre y tampoco ayudaba las náuseas.

Hemos decidido aprender desde casa, llevamos noches sin dormir y estamos aprendiendo a cambiar pañales a un recién nacido con vídeos de YouTube.

Semana treinta.

Hemos ido a la feria todos juntos, ha sido precioso, las luces y las parejas cogidas de la mano. Sin embargo me sentía incómoda con mi aspecto. Había chicas preciosas y yo parecía una vagabunda con la camiseta ancha de mi badboy. 

Las miradas de las chicas eran dirigidas siempre para Nathaniel y me sentía incómoda, pero me tranquiliza el hecho de que él no les de ni la más mínima importancia, solo se preocupaba por mi.

Me he subido en algunas atracciones claro con las advertencias de Marcus y Nathaniel encima. Hay mi único apoyo es Bella. 

Todos han venido con nosotros, Raine vive con nosotros, pero ya no podemos jugar al pilla pilla ya que me canso muy rápido.

Semana treinta y tres.

Me he enfadado con Nathaniel. Me acusa de que como toda la comida que se lleva para entrenar. No se cree el hecho de que pueden ser ratas.

También dice que ya no tiene ropa limpia, me pongo su ropa porque la de premamá no me gusta y eso no lo entiende. Marcus es el único que me reconforta haciéndome pasteles de queso.

Es un impresentable y estoy con los calores hecha polvo. Eso él no lo comprende, si sigue así me divorcio.

Semana treinta y cuatro.

Me he perdonado con mi querido badboy, me ha regalado una tarrina de helado y me lo he comido yo sola, a pesar de que Raine ha hecho una pataleta para poder comer un poco.

Akila viene a menudo y damos clases juntas de militancia, Anat me pasa información sobre padre, ella no encuentra nada e Ian no se pone en contacto desde la última vez. No puedo parar de pensar en que en cualquier momento pueda entrar y por eso mismo he puesto medidas por si pasa algo.

Semana treinta y cinco.

Me he vuelto a pelear con el imbécil de tu padre. No ha sido mi culpa, me preguntó si quería jugar a las cartas y yo buena inocente de mí le dije que sí.

Es un tramposo, el jura y perjura que no, pero yo sé que si, yo nunca pierdo y menos a las cartas. Nos divorciamos.

• Tres horas después•

A la decimocuarta le gané a las cartas el imbécil le gané, me siento orgullosa. Le quiero mucho después de todo.

Pd: No nos divorciamos.

Semana treinta y seis.

Nathaniel me ha depilado la parte baja de mi abdomen, la barriga me tapa la visión de esa parte, si me vieras la cara de tomate que tenía, parecía que tenía fiebre. 

También nos hemos puesto mascarillas hidratantes en el vientre de los dos y seguimos teniendo peleas por los nombres de los monstruitos, pero creo que lo hemos decidido ya.

Pd: Después de eso hemos follado.

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Espero que os haya gustado este pequeño extra.

Besoss

MISIÓN KEINOXΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα