Capítulo 7

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- Perdona- me para la chica de antes- No nos han presentado. Me llamo Martha Artaban, capitana de la tropa Z1890. Tú te llamas Celia, ¿No?. Acabas de entrar y ya eres la más cotizada.

-¿A qué te refieres con la más cotizada?- pregunto mientras voy al ascensor para irme de la central.

- Que acabas de llegar y has hecho una revolución- me sonríe- Nadie le ha plantado cara a Helena.

- Bueno, pues ya era hora- entro al ascensor y ella entra conmigo.

- El general Nathaniel me dijo que empecemos a practicar el pole dance- me comenta rodando los ojos y bufando- Odio la parte en la que hay que salir a bailar, no me siento cómoda.

Estaría bien que me lo contase si le preguntase, pero me conviene tener amigos en la central.

-Empezaremos mañana después de los almuerzos- avisa cuando se abre el ascensor.

Salgo y me voy a mi habitación para cambiarme. Salgo y voy a la sala de capitanes.

-¿Dónde aviso de que me voy?- le pregunto a una chica. Supongo que en un lugar tan estricto habrá que hacer eso.

-No hace falta- acabo de quedar como estúpida. Me alejo y salgo con paso firme sin que se note tanto el ridículo.

Voy hacia la moto, con muchos ojos en mi dirección. Me pongo el casco y me abro de piernas en el asiento. Arranco y me alejo, con soldados, capitanes y muchos otros mirándome.

Voy a mi penthouse, veo que no hay nadie ya que a Raine le falta media hora para llegar. Voy al reproductor y pongo Artic Monkey, la canción Do I Wanna Know.

Me siento en el sofá de la sala con una copa de vino y recuerdo al general, el imbécil está bueno. Eso de no follar durante días está pasando factura. Estoy todo el rato pensando en follar, estoy mojada con cualquier cosa. Estoy cansada de la incomodidad de estar mojada y no poder tocarme porque siempre hay alguien.

Ahora puedo, pero me da pereza buscar un vídeo porno que me guste, no obstante puedo usar mi mente y al general.

Voy a mi habitación, cojo el vibrador y me quito toda la ropa, sin dejar nada. Me tumbo en mi cama y abro las piernas.

Pienso en el general besando mi boca con crudeza y como un animal, hasta que me deja los labios rojos. Luego me quita la ropa, pasa a mis pechos y me besa uno, succionando, mordisqueando, chupando como si fueran de chocolate. Luego pasa al otro haciendo lo mismo, mientras yo meto mis dedos en su pelo negro como la noche.

Baja dejando besos húmedos, mientras yo me toco, pero dejo de hacerlo cuando aparta mi mano separa mis labios vaginales y chupa esa zona llena de nervios. En ese punto estoy que podría llenar un cubo lleno de mis jugos.

Él chupa, lame, succiona y yo por mi parte no paro de gemir al ver cómo se le marca su polla dura contra el pantalón. Para de succionar cuando siente que me corro. Intento alegar, pero él no me deja hablar, porque vuelve a besarme como un animal saboreando su comida favorita.

Él se separa de mí y se quita el pantalón y la camiseta. Me pone a cuatro patas y siento todo, como se cuela en mí y no le cuesta nada deslizarse de lo mojada que estoy.

Cojo el vibrador y lo empiezo a bajar hasta mi coño cuando lo meto sin piedad, al imaginarme como me penetra desde atrás. Me coge del pelo y yo arqueo la espalda soltando un gemido que me deja por un momento sin voz.

El vibrador hace estragos en mi interior mientras yo fantaseo con mi general. Él me suelta una palmada y no sé dónde queda esa ama cuando le vuelvo a pedir otra más sonora. Eso en la realidad no dejaría que lo hiciese, pero como es mi imaginación puedo hacer lo que quiera.

MISIÓN KEINOXWhere stories live. Discover now