Hera. ¿La reina de todos los dioses o la reina de la muerte?. Calculadora, sensual y si te descuidas te llega robar hasta el alma. Son cuatro Hermanas destinadas para que una de ellas sea la reina de la mafia y ese poder es para Hera, sin embargo, ¿...
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- No era broma lo que te dije- comenta detrás de mí- Quédate.
No me deja responder, ya que me besa. Me pone de cara contra la pared y me abre las piernas, mi humedad gotea prácticamente. Pongo mis manos en la pared, bajo un poco mi espalda y él no espera a nada cuando arremete contra mi sin sutileza. Me agarra del pelo y me da embestidas espectaculares.
- Increíbles vistas, muñeca- habla entre gruñidos- Si vieras lo increíble que está tu culo ahora mismo- dice y eso solo me causa estar más caliente.
No para y yo no quiero que lo haga, gimo sin control escuchando nuestras pieles chocando. Me quita las manos de la pared y cambiamos a una posición más íntima, me levanta del suelo agarrándome de los muslos y pone su polla dura en mi coño sin contemplaciones. Siento como su polla se mueve en mi interior.
- Dios- suelto entre jadeos.
Vuelve a sacarla y meterla hasta el fondo de mi ser, duele un poco, pero eso es compensado con la satisfacción de estar llena.
Nos corremos. Intento salir del baño, ya que no me gustan los silencios incómodos después de follar, pero me devuelve a la ducha y me unta de jabón para el cuerpo.
Nunca he hecho esto, así que es nuevo. Estoy un poco tensa, pero intento relajarme aunque siempre tenga que estar alerta.
- ¿Me dirás la historia de uno de tus tatuajes?- le pregunto y él sonríe, es una sonrisa que me transmite protección, como si me dijera que no me pasará nada con él.
- Te contaré esta- dice señalando un tatuaje de su costado, es un casco y creo haberlo visto antes.
- Me gusta Marvel, pero mi personaje favorito es Iron Man así que dije con dieciséis, ¿Por qué no?- me cuenta cogiendo toallas para secarnos- Tenía tanto miedo que compré una botella de vodka antes de ir y me la bebí, mientras me lo hacían bebí tanto que acabe en el hospital y con mi madre gritándome que era un pendejo, ya que no me dejaban tener tatuajes y menos beber alcohol. Aunque acabé haciéndome más, solo que me los tapaba con maquillaje y ropa ancha- dice sonriendo y me contagia la sonrisa.
- ¿Adolescencia dura?- pregunto, como si él también estuviera roto.
- No, solo un poco complicada- me pasa una toalla y salimos del baño- Ahora te toca decirme quién es la pequeña que estaba contigo- no le contaré la verdad, pero si una mentira creíble.
- ¿Por donde empiezo?- le pregunto haciendo un gesto de pensar.
- Por dónde quieras- me responde, me pongo la ropa que me dio antes de que follaramos- Pero vamos abajo para desayunar- asiento y bajamos.
- Bueno, empezaré desde el principio. Tuve un novio, nos volvimos marido y mujer, nos casamos y me quedé embarazada. Luego me puso los cuernos y se fue con su amante, no quería saber nada de la niña, así que la crié sola y la tuve sola- le digo dirigiéndome a la nevera y cogiendo una manzana.
