Capítulo 22

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No sé dónde está Martha ni Helena. Me voy hacia una pared, no tengo más munición e intento defenderme en pelea cuerpo a cuerpo; sin embargo, de repente dos caen frente a mí, pero no por mi pistola, sino por la de Nathaniel. No para de arremeter contra ellos hasta matarlos a todos de mi alrededor.

Quedo libre de imbéciles. Voy hacia él y en mitad de los tiroteos me besa, me besa con profundidad. Puede ser por la adrenalina o porque solo tuve ganas, pero devolví el beso.

Mira detrás mía sin dejar de besarme y dispara a un tío. Corto el beso y cojo una pistola de su cadera.

- Ve a por las chicas que están encadenadas abajo- me ordena en el oído mientras me pasa un cartucho de munición.

Asiento y hago lo que me dice junto con Marcus y Henry que ya están esperándome para entrar en el sótano que hay.

Bajamos en silencio, y con las armas erguidas por sí tenemos que disparar.

- Que miedo- comenta Henry- ¿Nadie tiene una linterna?.

- Te dejo agarrarme de la mano- sugiere Marcus- Pero no abuses- susurra.

- Mejor me quedo con el miedo- sonrío en la oscuridad por las ocurrencias de estos dos.

A medida que nos acercamos a una puerta de metal, se escuchan gritos de ayuda. Cuando abrimos hay un olor en la atmósfera de muerto y es literal, ya que en la primera celda que abrimos hay un muerto.

Marcus grita por el cadáver y se tira encima de Henry.

- Papi sálvame- grita y Henry se aparta de él

- Esto es serio, Marcus- le regaña Henry.

Salimos de esa celda y nos dividimos para abrir otras, hay chicas que ni siquiera esperan que nos presentemos para ayudarlas, solo salen llorando y gritando.

- ¡Hay una chica herida!- grita Marcus.

- Llévala arriba y dásela a los chicos con furgoneta, ellos tratan con heridas- dice Nathaniel desde el intercomunicador- ¿Estáis todos bien abajo?- pregunta y todos afirmamos.

Entro en más celdas, están llenas de heces, olor a putrefacto y ya me he encontrado con una que otra muerta.

Henry se posa a mí lado y juntos abrimos la última celda sorprendiéndonos de quién está ahí.

Helena tiene un tiro entre ceja y ceja, aparte de siete en el abdomen. Es una pena porque al fin y al cabo no me caía tan mal. Es más, me causaba gracia cuando se ponía celosa de mí.

- General, creo que debería venir- habla Henry a mi lado.

Me acerco a ella y me inclino, ya que está sentada con su espalda contra la pared.

- Si nos hubieran presentado bien. Ni con eso seríamos amigas- no voy a ser hipócrita antes no me caía, pero podría ser que después de ayudarme la soportaría.

Nathaniel aparece se queda a mi lado y mira a Helena.

- Ha sido el infiltrado- sentencia él.

Escuchamos unos pasos detrás de nuestras espaldas y alguien sale de la oscuridad apuntandonos con un arma.

No le vemos la cara y empieza a disparar dirigiéndose a la salida. Henry se tira al suelo junto al cadáver y Nathaniel me tira con él resbalando en el suelo con la sangre de Helena y me protege la cabeza en la caída.

Cuando se aparta de mí con su voz jadeante, pregunta.

- ¿Estás bien?- yo por inercia asiento y nos levantamos.

MISIÓN KEINOXWhere stories live. Discover now