Capitulo 4

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- Llegamos- aviso a Raine, que está mirando por la ventana.

- Acuérdate de la película esta noche- me recuerda mientras me acerco a su sitio para quitarle el cinturón.

- ¿Qué quieres ver?- pregunto sacándola del coche.

- Pues ahora que lo dices, no sé el qué- me sonríe y me mira con sus ojos color miel- La que tú quieras- dice bajando y dándome la mano cuando cierro la puerta de mi bebé.

Nunca me lo habían preguntado. No puedo elegir una de terror porque no le gustará.

- ¿Monsters University?- le pregunto al entrar al jardín de infancia- ¿o Frozen?- pregunto y sonríe.

- Vale- me responde.

La llevo a su clase y la dejo con sus compañeros. Ella dice que nadie le cae bien y que se aburre con ellos, pero tiene que aprender a convivir con otras personas. Me dirige una mirada y una sonrisa. Con eso la dejo y vuelvo al coche, pero alguien me coge del brazo y me para antes de salir.

- Perdone, ¿Es usted la hermana de Raine?- me pregunta- Es que la he visto dejándola en la clase y creía que sería usted alguna pariente suya.

- Sí, soy su hermana- respondo dirigiendo la mirada con mis gafas puestas a la mano que sigue siendo sujetada por él.

- Perdone, otra vez- me suelta y me dirige una mano para presentarnos, mano que ignoro, ya que no quiero entablar ninguna presentación y no saco nada de beneficios extendiendo la mía- Claro, perdone, soy el director del jardín- se presenta bajando la mano.

- ¿Qué necesita?- pregunto fría y distante- Tengo prisa.

- Claro, podríamos hablar en un lugar más privado, no es nada malo sobre Raine- aclara su garganta y ve que no quiero ir a ningún lado con él- Bien, era para decirle que Raine es una niña demasiado lista para estar aquí.

- Lo sé, ¿Qué quiere que haga yo con esa situación?

- Nada- suelta una risa nerviosa mirando mis tetas y caderas- Solo digo que dejarla aquí sería un desperdicio de talento- me quito las gafas y le dirijo la mirada más oscura y fría que tengo.

- Haré lo que vea conveniente- digo - limítese a hacer su trabajo y tratarla bien- me acerco un poco más al hombre- Porque como vea a Raine aburrida o que no la tratan como deberían, le destruyo la vida- es lo último que digo antes de irme.

Arranco el coche y me pongo las gafas otra vez. Tengo una cita con mi abogado y los que representan mis empresas.

Siempre nos reunimos en uno de mis hoteles para hablar de las acciones, de cómo van mis empresas invertidas y los hoteles que más me están beneficiando.

Entro al Hotel de mi propiedad y subo a la última planta como si fuera una turista normal, subo a la última planta del edificio. Entro a mi despacho, me siento en el gran escritorio y giro para ver toda Berlín, las calles, los ciudadanos, las tiendas y las nubes que estas cubren.

Después de unos minutos, entran todos los representantes que protegen mis propiedades. Son unos quince contando a los secretarios. Hay de todo, mujeres con uniforme y hombres igual. Me da igual su vida, solo quiero que protejan bien lo que tengo.

Daniel es mi abogado, ha ganado casos que se tacharon de imposibles de hacer y él los hizo posibles. Fue mi sumiso, pero lo dejé libre, él me lo pidió ya que quería trabajar de su sueño. Se graduó lo antes posible y me buscó para que le dejase trabajar para mí, yo acepté después de hacer que firmase un contrato de confidencialidad y que si me traicionaba, mataría a toda su generación. Él aceptó. Desde ahí, follamos un par de veces más.

MISIÓN KEINOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora