Capítulo 14

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Le acomodo el casco sin desordenar su pelo. Arranco la moto y Raine me sujeta fuerte desde atrás. No es la primera vez que se sube a la moto, pero nunca es malo prevenir. Mi falda es de tubo y me llega por encima de mis rodillas, por lo tanto si tengo cuidado no se verá nada de mis intimidades mientras estoy en la moto.

El camino se me hace un poco lento, pero al final llegamos. Todos los del aparcamiento están atentos a mí, ya que dejo la moto y no me quito el casco al igual que Raine. Vamos al ascensor y subimos.

-Tengo hambre- me dice Raine a través del casco. Sé que no hemos desayunado, pero tampoco es que tenga mucha hambre.

- Les diré que te traigan algo de comer. Solo espera un poco.

Se abren las puertas y entramos a mí despacho, Daniel ya está ahí y no está solo, viene con todos los que trabajan para mí, todos los jefes y los que se encargan de hacerme ganar dinero.

Me quito el casco y muchos se sorprenden de que lleve lentillas negras, pero nadie se atreve a preguntar el por qué y mucho mejor, así no tendré que dar malas contestaciones, ni amenazas

Me siento a la cabeza de la mesa, mientras Raine está al lado mío con mi móvil viendo Shrek. Le gustan mucho las películas y aunque lo niegue también le gusta su amor platónico Olaf.

- Traed un zumo de naranja y un pastel de manzana- le ordeno a un chico que había por mi despacho. Aquí todos saben que aunque Daniel esté aquí asegurándose de que todo vaya bien soy yo la jefa mayor, por lo tanto me hace caso sin chistar.

- A ver, ¿qué ha pasado ahora?- pregunto con una mirada fría.

Todos se sientan alrededor de la mesa. Están tensos y no sé porqué, a lo mejor me tienen miedo, y deberían, no saben todas las cosas que he hecho.

Me empiezan a contar lo que ha estado pasando y todo lo que han estado preparando. Cuando empiezan a explicarme el problema, no me alarmo tanto. Solo ha sido una caída del precio de acciones, que eso se puede arreglar sin problema alguno.

Creo que le dan importancia a algo que se puede arreglar con algunas llamadas. Me daría igual si pierdo por unos días un poco de dinero.

Damos soluciones entre todos a los problemas que había, eso nos toma menos de una hora. Al terminar, todos se levantan y me saludan antes de irse. Cuando se van se queda Daniel y juntos terminamos los pendientes que me quedaban por solucionar.

Raine termina de desayunar y yo empiezo a recoger todo para irme, nos volvemos a poner el casco y bajamos para coger la moto. Hacemos el recorrido hasta su jardín. La bajo de la moto y le quito el casco, veo que tiene la boca llena de nata por la tarta de manzana. Saco una toallita del asiento de la moto, me agacho y le limpio la boca.

- Ten cuidado por favor- me pide Raine con una pequeña sonrisa.

- Sí, ¿algo más capitana?- pongo una mano en mi frente como los soldados, quedando a su altura.

Me da un beso en la mejilla- No, es todo soldado- me da un abrazo rápido y se aleja hacia su jardín.

La dejo y vuelvo hacia la moto. No tengo ni tiempo ni ganas de ver a Nathaniel. Pero tengo que ir a la central, dejarme de tonterías y cumplir la misión de padre, la misión Keinox así lo llama él, ya que estamos todas implicadas.

Llego a la central, me arreglo mi blusa y mi falda, los soldados clavan la mirada en mí y yo paso de largo hasta el pelotón de mis soldados. Están entrenando, me encuentro a Marcus que se para junto a mí.

-¿Dónde estabas?- me pregunta- ¿Pensando en mí, preciosa?- pregunta con una sonrisa coqueta.

- No. He venido a ver si estaba por aquí Martha- miro hacia todos los lados buscándola.

MISIÓN KEINOXWhere stories live. Discover now