Hasta pronto, Laia.

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Laia murió un jueves de brillante sol con lluvia. Uno de ésos días que no tiene un clima en concreto, que no es frío ni caliente, como lo era ella.
Me enteré por medio de Josh, ni mas ni menos. Él me llamó a altas horas de la noche, despertandome de mi sueño que duró solo una hora y media después de venir de la casa de Laia luego de nuestra noche en el parque. Me dijo que ella estaba muy grave en el hospital, y que ya no había esperanza, que corriera con ella.
No me importó mi aspecto, era lo que menos me interesaba. Salí de mi departamento y bajé las escaleras casi cayendome, lo mas rápido que pude. No podía esperar un taxi, no podía. Asi que corrí todo lo que pude hasta el hospital que me había indicado él y al llegar, pedí desesperadamente que me dejaran entrar. Al principio el personal médico no me dejó entrar, pero creo que al verme tan agitada y con lágrimas bajando por mis mejillas decidieron dejarme. Fui hasta su habitación y entré. Ahí estaba Josh, sentado a su lado. Y ahí estaba ella, mas débil que nada en su pequeña camilla. Al entrar, los dos me miraron. Josh iba despeinado, el fantasma de sus lágrimas se marcaba en sus mejillas. Laia llevaba su suéter de gatitos, su cabello estaba suelto y lucía cansada, muy cansada. Ignoré la presencia de Josh y fui al lado de Laia. Le tomé su mano, que comenzaba a ser fría.
-Mi preciosa -le dije, temblando- Te amo.
Ya comenzaba a llorar.
-__________ -me dijo, y me tuve que esforzar por escuchar su baja voz. Ella me devolvía el apretón con las fuerzas que tenía- Quiero que sepas que sea donde sea a donde yo vaya, que te amo con mi corazón, y que nunca dejaré de hacerlo. Que dejes de comportarte como una idiota con él, que perdones, que rías, que cumplas tus sueños. Debes saber que no es cierto que ves tu vida pasar frente a tus ojos en tu lecho de muerte, me acabo de acordar que no le dejé comida a mi gato por la mañana -ríe, y yo también lo hago a su par- Dale de comer cuando vayas -añade, todavía riendo. La imito.
-Lo haré. -le respondo.
-Bien. Toma -me dice, entregándome un sobre color café claro perfectamente cerrado. Y reconozco éste sobre, es lo que estaba escribiendo el día en el hotel- Leelo cuando ya me haya ido. -esas palabras solo me hacen derramar mas lágrimas- Lee todo lo que quieras leer, yo me quedé con ganas de leer muchos títulos. No desaproveches el tiempo y canta, siguelo haciendo, es tu camino, lo vi, estoy segura. Baila, ten hijos, graduate, ten una familia, disfruta de un algodón de azúcar y ve volar globos por el cielo, todo eso y mas hazlo, por ti y por mi. Quiero que sepas que aunque no esté aquí, en realidad si estaré, contigo, y cantaremos juntas canciones de cuna todas las noches, aunque no me puedas escuchar, seré tu par. Me alegra haber compartido mi vida contigo. Estoy orgullosa de ti, y cuando hables para mi, ten la seguridad de que te estaré escuchando. Quiero que sepas que, te voy a estar esperando en otro lugar, que espero que sea mejor, y que... siempre te estaré cuidando.
-Lo haré, Laia, te lo prometo, te quiero, te quiero, pronto estaré contigo. -le susurro, ahogada en lágrimas.
-Cantemos. -me pidió.
Sé automáticamente que canción quiere que cantemos. Nuestra canción. La que siempre cantamos juntas, desde pequeñas hasta ahora.

I remember tears streaming down your face (Recuerdo tus lágrimas bajando por tu cara)
When I said, I'll never let you go (Cuando dije que nunca te dejaría marchar)
When all those shadows almost killed your light (Cuando todas aquellas sombras casi matan tu luz)
I remember you said (Recuerdo que dijiste)
Don't leave me here alone (No me dejes aquí solo)
But all that's dead and gone and passed tonight (Pero todo aquello está muerto y pasado esta noche)
Just close your eyes (Sólo cierra tus ojos)
The sun is going down (El sol se está poniendo)
You'll be alright (Tu vas a estar bien)
No one can hurt you now (Ahora nadie puede lastimarte)
Come morning light (A la luz del amanecer)
You and I'll be safe and sound (Tu y yo estaremos sanos y salvos)
Don't you dare look out your window (No te atrevas a mirar por la ventana)
Darling everything's on fire (Cariño, todo está en llamas)
The war outside our door keeps raging on (La guerra fuera de nuestra puerta sigue rugiendo)
Hold onto this lullaby (Aferrate a esta canción de cuna)
Even when the music's gone, gone (Aún cuando la música se vaya)
Just close your eyes (Solo cierra tus ojos)
The sun is going down (El sol se está poniendo)
You'll be alright (Tu vas a estar bien)
No one can hurt you now (Ahora nadie puede lastimarte)
Come morning light (A la luz del amanecer)
You and I'll be safe and sound (Tu y yo estaremos sanos y salvos)
Just close your eyes (Solo cierra tus ojos)
You'll be alright (Tu vas a estar bien)
Come morning light (A la luz del amanecer)
You and I'll be safe and sound (Tu y yo estaremos sanos y salvos)

Termino de cantar la canción sola porque ella ya está bastante agotada para seguir. Le dejo un beso en la frente y ella también me besa la frente, sonriendo. Y fue lo último que hizo, poco a poco, su verde brillo en los ojos se fue perdiendo y su mano se sentía más fría bajo la mía. La abracé de tal manera que pudiera escuchar el leve sonido de su corazón. Seguí el ritmo de sus latidos, uno a uno, otro mas lento que el pasado, hasta que desaparecieron.
Cuando no escuché mas sonidos de su pecho, le susurré un "Hasta pronto" y le besé de nuevo su decolorada frente y sus mejillas que ya no tenían el mismo suave rubor color rojo que siempre tenían. Ya se había ido, su esencia ya no estaba presente en su cuerpo.
Mi nudo de la garganta estaba muy bien atado, tanto, que dolía. Mis piernas temblaron y me dejé caer en el suelo, llorando todo lo que creí era imposible llorar y apretando el sobre con lo que me escribió mi mejor amiga contra el pecho. Una de las dos personas mas importantes en mi vida ya no vivía. La otra, estaba sentada al otro lado de la sala, helada, pasmada y me miraba con tristeza en sus ojos, y lo peor, yo no hablaba con él por el orgullo de mi interior.
"Que dejes de comportarte como una idiota con él, que perdones..." dijo en vida Laia hace unos minutos.
Él se levantó de su asiento y caminó hacia mi. Se agachó a mi lado y me rodeó con sus brazos, dejándome esconder mi rostro en su pecho para seguir llorando.
Parecía ayer cuando los mismos que estamos en ésta sala no estábamos aquí y nos encontrábamos a las afueras de Los Ángeles, riendo y jugando, llenos de energía, bajo el iluminado cielo. Cuando nos encontrábamos cantando a Coldplay en la carretera. Cuando cantabamos a la par "22" en el Phillip's, cuando estábamos juntos y eramos libres, felices, con el simple hecho de tenernos.
Me levanto de nuevo, y Josh me sigue abrazando por los hombros. Tomo la mano de Laia entre las mías, y en su muñeca puedo ver su plateada pulsera con mi inicial.
-Nunca me la quitaré. -le susurro.
"Me alegra haber compartido mi vida contigo" me dijo.
«A mi también, mi pequeña, fue un gusto formar parte de tu vida.» le digo, con la esperanza de que me pueda escuchar de alguna manera.
Laia murió sonriendo, como las personas mas buenas que han pisado esta tierra. Porque era ella una.
Me meto muy bien en la cabeza que ahora cada mañana me levantaré por ella.
"Laia está bien. Sigue por ella. Gana por las dos" me diré todos los amaneceres. Caminaré erguida por la calle, haré todo lo posible por seguir sus principios, ayudaré a las personas que ella pudo haber ayudado en su nombre. Acaricio su dorado y rizado cabello. Me aferro a su mano, a su voz que todavía resuena en mi cabeza.
Tengo miedo de que se haya ido, tengo miedo de que se me olvide el tono de su voz, el sonido de su risa, el color de sus iluminados ojos. Tengo miedo de un día no acordarme de ella.
Un médico nos dice que nos tenemos que salir, y yo aún no suelto su mano, no quiero hacerlo nunca, no quiero no sentirla, no quiero ni siquiera la sensación de que la dejo atrás, sola en esta habitación. Me obligan a salir de ahí a duras penas.
Cuando estamos fuera, lo único que puedo hacer es aferrarme a Josh, a aprovechar su compañía que tampoco quiero que se vaya.
Ahora estamos incompletos, rotos, lejos. Y espero el momento en el que de nuevo estemos reunidos los tres, en otro lugar.

En los brazos de Josh HutchersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora