¿Que le pasa a Laia?

1.2K 85 3
                                    

Cuando Josh y yo llegamos a la mesa junto a los demás, ellos nos miraban y miraban, intentando leer nuestras mentes y labios o algo así. Al mirar a Laia, quien me mira con atención, sube una de sus comisuras de sus labios a la vez que me guiña un ojo discretamente. Siento mis mejillas calientes, ahora arden. Lo sabe, ella lo sabe.
Saco mi celular para distraerme en lo que llega mi desayuno. Al momento, Laia saca el suyo y comienza a teclear. Al principio frunzo el ceño, pero entiendo que hace cuando me llega un mensaje suyo. Claro, maneras disimuladas de hablar. Leo el mensaje.

"Pilla... Cenaste muy bien anoche."

Como si no fuera mas posible, siento todavía mas calientes mis mejillas.

"Cállate." respondo a la defensiva.

"Bueno, bueno, esta bien."

Al leer eso siento que se me eriza la piel. Bloqueo mi celular y lo guardo rápidamente. Sonrío.
Por suerte, mi desayuno ya ha llegado, ahora puedo concentrarme en otra cosa que no sean las caricias de Josh.

Un nuevo día. Estamos todos reunidos en la piscina, listos para partir a dar un buceo que habíamos planeado anteriormente. Todo, menos Laia...
-¿Donde está Laia, André?. -le pregunto.
-Se quedó escribiendo en la habitación. -me responde.
Frunzo el ceño.
-¿No quiso venir?. -pregunto extrañada.
-Me dijo que quería privacidad. -contesta.
Niego con la cabeza. Esto no está bien, ella no es así.
-Los alcanzo. -les digo mientras empiezo a irme.
-Cariño -me detiene Josh tomando mi muñeca- ¿No van a ir?
-No lo sé... si no estoy aquí en quince se van ¿si?. -digo.
Él asiente para después darme un rápido beso.
Corro hasta los ascensores y subo. Ya que he llegado, bajo y me dirijo a la habitación 481. Cuando estoy fuera pego mi oreja a la puerta antes de tocar y lo primero que escucho son sollozos. Compruebo el número, y si, no me he confundido, es la 481. Toco despacio la puerta. Oigo sus pasos avanzar.
-¿Si?. -dice ella.
-Laia. -digo.
Al momento me abre, y en cuanto lo hace se abalanza a mis brazos, llorosa. Sin soltarla, paso y cierro la puerta con mi pie. La aprieto fuerte contra mi, acariciándole el cabello. Analizo con la vista su habitación y lo único que veo es un sobre color café claro perfectamente cerrado al lado de un bolígrafo y unos cuantos pañuelos usados.
-¿Todo okay, hermosa?. -le pregunto dulcemente.
Ella niega con la cabeza.
-¿No quieres hablarlo?.
Al principio se la piensa, pero termina negando otra vez.
Nos separo y le limpio las lágrimas que caen por su rostro, tratando de transmitirle un poco de calma. Le acomodo un mechón detrás de la oreja, sonriendole.
-Todo está bien mientras estemos juntas. -le digo.
Me devuelve la sonrisa con pesares.
-¿Te sientes mejor?.
Asiente despacio, sin mucha gana.
-Mira, guapa, cualquier cosa que sea, tiene solución. -al decirle eso, hace una mueca- Y yo siempre voy a estar para ti, asi que, nos podemos quedar.
Ella se la piensa un momento, decidiendo si quedarse o no.
-Espera -digo- Que lo que vayamos a hacer sea por ti, no por mi. Yo hago lo que quieras ¿de acuerdo? A mi no me interesa, eres tu.
La sigue pensando, moviendo sus dedos nerviosa. Se limpia el rostro con sus manos lo que queda de sus lágrimas.
-¿Se nota que he estado llorando?. -me pregunta.
Sonrío. Y no, no se le nota.
-Pareces mas dura que una piedra. -respondo.
Ahora sonríe, y de manera verdadera.
-Vamos. -me dice, tomando mi mano para salir.
Bajamos y nos encontramos con los chicos, quienes nos reciben animados. Mientras camino al lado de Josh, una misma pregunta vuelve a resonar por mi cabeza: ¿Que le pasa a Laia?.

En los brazos de Josh HutchersonWhere stories live. Discover now