En los brazos de Josh Hutcherson

Cath y buscando.

Salgo de mi departamento y me topo con que la chica que vive frente a mi también está saliendo. Cierro con llave mi puerta.

-Hola. -me saluda ella amablemente.

-Hola. -le digo con una sonrisa.

-Cather Smith, pero me puedes decir Cath. -se presenta, extendiendome su mano. La estrecho educadamente.

-__________ Mouret. -me presento.

-Lindo nombre. -me dice. Le respondo con una sonrisa.

Bajamos las escaleras, platicando. Resulta que Cath está en el mismo instituto que yo, solo que ella es de otra carrera diferente a la mía. Le he contado igualmente sobre mí, ya que esta chica me inspira confianza.

-Y, ¿A donde salías?. -pregunta.

-A buscar un trabajo. -respondo- ¿Tú?

-Me dirigía a una cita en un restaurante con mi novio. -contesta- ¿Tienes novio, __________?

Bajo la cabeza, apenada, recordando mi última decepción amorosa. Estúpidos hombres.

-No. -digo al fin.

-¿Tan guapa y sin novio?

-No creo ser guapa.

-Eres guapa. -asegura.

-Mmm... pues gracias.

-Nunca dudes de ello.

Le sonrío.

-Oh, __________, quien te tenga será un maldito afortunado.

Siento que me ruborizo.

-Gracias. -contesto solamente, al pie de la salida del edificio.

Ella me sonríe en respuesta.

-Me tengo que ir. Mucha suerte, linda. Te veo pronto. -se despide, dándome un beso en cada mejilla para después marcharse y tomar su camino.

Guío mis pasos y camino por las calles llenas de gente. El veraniego sol me pega en la cara, por lo que me pongo los Ray-Ban que traía en mi mochila, la cual, mas bien, es una bolsa del estilo tan despreocupado que se mira. Saco también papel y un bolígrafo para ir escribiendo mis opciones de trabajo.

Llevo diez lugares anotados como opciones de los que ya he entrado, y son tiendas departamentales o de ropa de marca. Opto por adentrarme a otros tipos de establecimientos, porque, aunque me llamen de alguna de las diez tiendas, no creo tener mucho éxito, ya que siento que mi sentido de la moda no es tan elevado. Entro a una librería y dejo mis datos, tal vez este podría ser un trabajo ideal para mi. Después, continuo caminando.

Veo que por medio de un letrero que hay colgado en el escaparate de una cafetería solicitan trabajadora. Tomo mi valentía, entro y me presento interesada por el trabajo con el chico que sirve los cafés. El me guía a lo que según me dijo, la oficina de su jefe.

«Bien, no te pongas nerviosa, __________» me digo a mi misma.

El chico se va, dejándome frente a la puerta. Toco despacio, y escucho una ronca voz que me dice "Adelante". Abro la puerta lentamente, descubriendo a un hombre de unos treinta y pocos años, apuesto y de cabello oscuro corto sentado detrás de un escritorio, escribiendo frenéticamente en lápiz sobre una hoja números y números. El alza su mirada hacia mi, sonriendome. Por un momento me intimida, pero me relajo cuando me invita amistosamente a tomar asiento frente a su escritorio.

-Marcus. -se presenta, estirando su mano hacia mi para estrecharla. Lo hago, respetuosamente.

-__________ Mouret. -me presento también.

-Un gusto. ¿Que necesita, señorita Mouret?. -me pregunta.

-Vine a solicitar trabajo. -contesto, firme, segura de mis palabras, de mi suerte y de mi misma.