A mi nuevo estilo de vida.

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Las maletas que me cargo son pesadas, debe ser por los libros que metí como pude en ellas, porque bueno, no puedo vivir sin leer. Después de registrar mi equipaje espero la indicación para abordar en la gran y ocupada sección de espera. Me acomodo entre las filas de asientos en uno y miro a mi alrededor, junto a Laia, mi mejor amiga desde siempre. Solo pudo venir ella conmigo, porque mi familia tenían unas cosas en el trabajo que arreglar.

Por fin, después de tanto esfuerzo, conseguí mi beca a Los Ángeles. Por fin puedo salir lejos de la ciudad que me vió crecer, y que me estaba empezando a agobiar. Terminaré mis estudios en una de las tantas aclamadas ciudades de Estados Unidos, y tendré que regresar, sí, pero quiero respirar otros aires, y qué mejores que los de L.A.

Laia habla y habla de todo lo que tengo que hacer estando en Los Ángeles.

-Me tienes que llamar, cada semana. Una vez como mínimo.

-Lo haré.

-Y me tienes que mandar fotos que tomes por correo.

-Lo haré. -repito.

-Consiguete un novio.

-No, Laia, ya no mas hombres.

-Tiene que ser guapo, muuuy guapo. -pasa de largo lo que dije.

-No lo voy a hacer. -digo, firme.

-No es una sugerencia, __________, es una orden. -me dice.

-¿Y si no quiero?

-Cuando lo tengas, tomate fotos con el. Las quiero ver en un correo. -ignora mis objeciones.

-¿Y si no quiero?. -digo de nuevo.

-Mira, __________ Mouret, si no veo alguna vez una de esas fotos en mi correo, tomo el primer vuelo directo a Los Ángeles que vea, y el resto, ya sabes...

Claro que lo se, las consecuencias de no hacerle caso a Laia Hitta. No quiero ni recordar lo que ha echo.

-De acuerdo. -digo por fin, lo que la hace sonreír triunfal.

Llaman a mi vuelo, por lo que me levanto, tomo mis maletas y camino hasta mi lugar de abordaje.

-Cuidate mucho, __________. -me dice entre lágrimas y abrazándome fuertemente.

-Hazlo tu igual. -le digo, también en un llanto.

-Prometeme que me llamarás, o algo. -dice.

-Prometo llamarte , Laia.

-Prometeme que harás lo que te dije.

Recuerdo lo de "Consiguete un novio", lo que me hace hacer una mueca. Aún así, le digo que si. Ella sonríe satisfecha.

-Te adoro mucho, preciosa. Te extrañaré. -se despide de mi.

Me separo de nuestro abrazo y me giro, dirigiéndome a mi vuelo.

El increíble paisaje de nubes que veo por la ventanilla me maravilla, y me orilla a tomar fotografía y video, sin importarme las reacciones de los demás. Selecciono una nueva canción en mi playlist. La música y voz de Taylor Swift comienza a resonar por mis oídos, quedándome dormida al lento paso del tiempo.

El soundtrack de The Fault in Our Stars se ha vuelto una excelente opción para pasar el viaje en el avión, tan buena, que en menos de lo que me di cuenta, ya estaba en Los Ángeles.

Pensé que el pequeño departamento que me iba a brindar el instituto por intercambio iba a ser una mierda, porque bueno, era incluído en la beca. Pero no lo es para nada, es pequeño, claro, lo suficiente para mí, pero es uno que de aspecto me da a creer que es muy caro para una persona como yo. Hay una cocina muy reducida, la sala tiene sillones blancos muy modernos, mi habitación es grande, pero no tanto.

Todo es sencillo, colores mate, cama matrimonial, buroes, un closet y una gran ventana que ocupa toda una pared, por donde puedo ver fácilmente una gran parte de Los Ángeles, pero que es cubierta por unas cortinas blancas que se abren de par en par, y que además, la habitación tiene su propio cuarto de baño. Y es todo. La verdad es que no podría pedir más.

Reviso las alacenas de la cocina y me encuentro con que hay unos pocos alimentos. Puedo disponer de ésta comida por el tiempo en que me tarde en conseguir trabajo. Me dedico a desempacar todas mis cosas y a acomodarlas ordenadamente en sus respectivos lugares.

«Debo comprarme urgentemente un librero» pienso.

Me ducho, tomándome mi tiempo para relajarme. Es verano, por lo tanto todavía me queda una semana de vacaciones, las cuales puedo usar perfectamente para instalarme, acostumbrarme y comenzar a trabajar. Por lo que me visto con ropa ligera, me peino en el cabello en un moño, calzo mis converse negros y me preparo para salir a buscar trabajo en esta gran ciudad, metiendo papel y boligrafos para mis opciones, y metiendo muchísima esperanza en mí.

En los brazos de Josh HutchersonWhere stories live. Discover now