CAPITULO 44

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El levanta su rostro permitiendo ver sus ojos azul mar,  los labios pequeños pero que hacen magia, la barba que empieza a salir y noto que empieza a analizarme; es una costumbre que tiene desde niño.

-has cambiado mucho – dice

Se a que juega el muy imbécil.

-veo que tú sigues siendo el mismo niño arrogante.

Compartimos una lucha, el me mira con arrogancia y yo con superioridad.

Chasquea la lengua y se recuesta en el respaldad.

-dime para que has venido Anaita, créeme que cuando mi asistente me dijo que tenía una cita con la señorita Worsted, quede más que curioso.

-y como siempre yo resolviendo tu curiosidad.

-tu eres mi curiosidad, milaya.

<<..., Dulce>>

Ruedo los ojos ante el apodo que me tiene, pongo la carpeta en su escritorio. El levanta una ceja y se estira para agarrarla, sacando los papeles allí.

-he escuchado que saliste a la luz –comenta – y que la guerra se aproxima.

Se endereza al terminar lo último, revisa otra vez la hoja que tiene en sus manos y me mira rápido, para continuar leyendo.

-te equivocas, korol'.

<<..., Rey>>

Apoyo mis codos en la mesa para estar más cerca – ya empezó y creme cuando te digo que me llevare a todo aquel que se me atraviese por delante– estiro mi mano y con mi dedo señalo a la persona en la foto – y una de esas es tu esposita.

Me enderezo en mi asiento nuevamente, mientras el termina de revisar.

- Sukin syn – maldice, agarro su teléfono y marca algún numero - YA khochu, chtoby ty ubil moyu sleduyushchuyu byvshuyu zhenu, zavtra vecherom ponyatno.

<<Hija de puta... Quiero que mates a mi próxima ex esposa, mañana es tarde entendido. >>

Deja el teléfono donde estaba y los papeles a un lado, acaricia su mentón y luego me mira.

- Milaya, espero entiendas que eso ya no es problema – sonríe – me encanto tu visita, espero vernos pronto.

-ojala no sean escuchadas tus deseos amigo mio – me levanto extendiendo mi mano

El, la agarra depositando un beso en ella – sabes que siempre me desearas cerca.

-tengo remedio, hasta pronto Alexey.

-hasta pronto Anaita.

Y así salgo de su oficina y edificio, le indico a David cual va a ser nuestra siguiente parada, en menos de diez minutos ya estamos hay. Entro a la cafetería buscando a la chica de cabello rosa, la cual encuentro en una esquina al lado de la ventana.

- Lyubuyas' vidom – digo tomando asiento

<< Admirando la vista>>

Ella despega sus ojos del cristal para enfocarlos en mí.

- Dobryy den' i tebe, ya v poryadke, spasibo – responde sarcástica

<<Buenas tardes para ti también, estoy bien gracias>>

- YA trebuyu, chtoby ty izbavilsya ot etogo parnya, sdelay eto sam, ili ya sdelayu eto –le paso la carpeta

<<Requiero que te deshagas de este sujeto, hazlo tú o lo hare yo>>

- Kak vsegda po delu, eto ne tak Anaita.

<<Como siempre al punto no es así>>

Empieza a revisar las hojas, toma su tiempo en verificar cada punto.

- Voyna nachalas', i puti nazad net, tak chto pozvol' mne razobrat'sya s moim narodom. Lyuboy, kto predayet tebya, predayet menya, i ya ne pozvolyu etomu proyti. – dice segura

<< La guerra empezó y no hay vuelta atrás, por eso déjame tratar con mi gente cualquiera que te traicione me traiciona a mí y eso no lo dejare pasar>>

- Priyatno pogovorit' – digo poniéndome de pie.

<< Un gusto haber hablado >>

Estiro la mano dándonos un apretón y salgo del local.

Me estiro un poco en el asiento, me duele las caderas y los pies.

-señorita, el señor Sathiel amenaza con saber su paradero.

Masaje mi cien, miro a David quien me ve nervioso desde el retrovisor.

-puedes decirle donde estamos pero no donde estuvimos – indico – y por favor para en alguna farmacia tengo un dolor de cabeza que no me lo aguanto.

El asiente y noto como ordena algo por la radio, luego se detiene y a los pocos minutos llega con una botella de agua y una pastilla.

Pastilla...oh cojones ¡PASTILLA!

-DAVID

-que pasa señorita – pregunta preocupado

-necesito que me compres la pastilla del día después.

Rápidamente vuelve a entrar en la farmacia y al salir llega con mi santa pastilla.

Me la tomo quitándome una preocupación de encima. Volvemos a nuestro viaje; de un lado para otro y cuando ya empieza a caer la noche regresamos a la casa.

Al entrar todo está en silencio, lo cual me parece extraño. Miro la hora en mi celular marcando las diez de la noche, camino por la sala hasta que siento dos presencias detrás mio.

Me giro y allí en el marco de la puerta encuentro a Sathiel y Dhack para nada de buen humor.

CAUTELOSOS [ En Edición ]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant