A la chica le brillan los ojos – oh si, exacto eres una pequeña genio.

Todos ríen incluyéndome, me la paso muy bien con ellos en el desayuno y después juego un poco. Paseo por el lugar y volvemos a sentarnos para almorzar.

Después voy a la piscina, corro por la casa y mi tía Anaita me enseña a disparar lo cual según ella fue estupendo, luego empezamos a huir de mi papi y mi tío quienes gritaban algo como "demente", no entendía lo que decían.

En la cena volvió a ser lo mismo todos reunidos entre risas, me sentía muy feliz tanto que me parecía raro.

Siempre soñé con esto una familia y ahora la tengo, no cambiaría nada hasta ahora por qué es lo único mejor que me ha pasado. Al dormir le rezo a Diosito agradeciéndole por escuchar mis suplicas, por fin puedo dormir tranquila.

Aun así ruego porque esto no sea un sueño y que cuando me despierte mis papas estén a mi lado y pueda tener otro desayuno más con mi gran familia.

AL DIA SIGUIENTE – 10:00 A.M.

-Como se despierta a una niña – escuche

-no lo sé...mmm nos lanzamos encima – otra voz

-eres pendeja...claro que no...y si nos ponemos a saltar.

Después de unos segundos no escuche nada más y cuando pienso que era parte de mi imaginación ya que aún tengo sueño. Siento como la cama empieza a moverse y mi cuerpo empieza a elevarse un poco en brinquitos.

-despierta chiquilla – esa es la voz de mi tía Anaita

-vamos – y esa creo que es Emily

Abro los ojos poco a poco, logro ver a las dos chicas saltando a mí alrededor mientras ríen. Emily me extiende su mano y algo somnolienta la agarro; para luego empezar a saltar con ellas mientras reímos.

Pasan unos minutos y las tres caemos en la cama, con la respiración agitada.

-ok...tenemos que bajar antes de que tu tía Josenea se trague toda la comida.

-vale Tía Anaita – respondí poniéndome de pie

Las tres bajamos a lo que se llamaba comedor y ya solo estaba Josenea junto con mi abuela Marcela.

-buenos días – salude

-buenos días chiquilla – saludo Josenea – buenos días hermosa – saludo Marcela

Anaita me sentó en una silla que se llama "Trona"; tenía la cara de un mico en la espalda y quedaba justamente a la altura de la mesa.

Anaita me sentó en una silla que se llama "Trona"; tenía la cara de un mico en la espalda y quedaba justamente a la altura de la mesa

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-te gusta – pregunto mama entrando al comedor

-¡SI! – dije con emoción

Ella rio y me dio un beso en la frente, para luego sentarse a mi lado.

CAUTELOSOS [ En Edición ]Where stories live. Discover now