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Jisung amaba a su hermana menor con toda su alma.

Tenía 5 años cuando se enteró que venía al mundo y recordaba perfectamente lo feliz que se sintió. Estuvo con el entusiasmo a tope los 9 meses de espera, cuidando de su madre como lo haría cuando la pequeña estaría en casa. No se separaba de su lado ni un minuto y la atendía como podía ya que aún era chiquito.

Ayudó a decorar su habitación y hasta eligió junto con sus padres el nombre, ellos se sentían felices y muy afortunados de que él haya sido tan feliz con la noticia. 

El día del nacimiento llegó, quiso ir al hospital con ellos pero no pudo porque apenas era un niño, y aunque lloro mucho tuvo que esperar pacientemente en casa de su tía y acompañado por sus primos.

El tiempo paso tan lento para él aunque sólo habían sido 2 días en las que su madre tuvo que estar bajo vigilancia médica, pero finalmente ya estaba de vuelta en casa con la linda y felizmente saludable bebé en sus brazos.

Jisung no pudo evitar llorar de felicidad al verla por primera vez, él era solo un niño y sorprendió a todos con su conmovedora reacción.

Mirando el dulce rostro de su hermana, tomó su mano con delicadeza y en su mente le prometió que no dejaría nunca que algo malo le pasara.

La pequeña Ryujin creció recibiendo el mejor trato de parte de su hermano mayor, que siempre estuvo a su lado en sus momentos más memorables. Como lo fue su primera palabra, los primero pasos, al empezar a hablar fluido, primer día de clases, etc.

Ella crecía más y Jisung no la dejaba, siempre estuvo ayudándole en sus tareas, enseñándole él mismo lo que sabía, no había evento escolar que se perdiera si ella participaba y cuando la veía triste sabía bien que hacer para levantarle los ánimos. La conocía perfectamente.

Se sentía muy orgulloso de su hermana, de lo inteligente que era por cómo se llevaba los primeros lugares en su clase cada año, de las buenas notas y los diplomas, aún más de lo buena persona en la que se estaba convirtiendo puesto que era una niña amigable, colaboradora y solidaria.

Y también al notar lo linda que era, aunque eso lo puso en alerta cuando Ryujin le contaba acerca de un nuevo chico que la pretendía. Él solo quería lo mejor para ella aunque no era un hermano celoso o posesivo, pero aún así la protegería si era necesario.

Jisung la amaba mucho y ella también a él, confiaban mutuamente y se contaban sus secretos como si fueran amigos. Y al crecer Ryujin, ya no sólo ella recibía de los cuidados de su hermano, sería la menor pero también estaba dispuesta a protegerlo. Cualquier familia envidiaría lo bien que se llevaban ambos hermanos.

Su buena relación podría haber durado toda la vida, pero lamentablemente no fue así.

Jisung sentía la más grande pasión por la música, desde que era un niño aprendió a tocar distintos instrumentos y componer sus propias letras. Tenía una voz hermosa que cautivaba inmediatamente a quién lo oía.

Él amaba cada concepto del arte musical, y aunque no estuvo del todo de acuerdo terminó postulando en una de las mejores Universidades de Canadá. Fue gracias a sus padres que habían tramitado todo realmente emocionados por su hijo.

Jisung no se tenía fe, no pensó que lo lograría. Pero esa tarde que llegaba de recoger a Ryujin de sus clases de bordado, encontró a sus padres casi saltando de alegría.

Irás a Canadá. Le habían dicho.

Y no pudo sentir ningún tipo de emoción, ni siquiera felicidad.

No creyó que lo aceptarían, tanto que ni le mencionó acerca de ello a su hermana, escuchó a sus padres dándole los detalles de su viaje y hospedaje pero le dejó de importar cuando Ryujin soltó su mano y subió corriendo a su habitación.

La escuchó llorar y corrió tras ella, pero no le abrió la puerta ni le habló por días. Incluso quiso evitar la despedida el día del viaje pero no pudo, era su querido hermano quién se iba.

Lo abrazó con tanta fuerza aunque aún se sintiera traicionada, deseando que de esa manera él pudiera quedarse.

Jisung se arrepentía hasta el día de hoy de haberla dejado. Se dejó llevar por los comentarios de sus padres acerca de su futuro, claro que él quería dedicarse a la música y se sentía afortunado de que ellos lo apoyaran, pero no podía sacarse ese pensamiento sobre lo mal hermano que fue por abandonarla.

Tenía apenas 13 años cuando se separaron, a esa edad uno aprende tantas cosas, descubre otras nuevas y se tropieza muchas veces. Él debió estar ahí, brindarle su compañía, sus consejos y su cariño.

Pero le falló.

Intentó llamarla y dejarles mensajes lo más que pudo, logró incluso hacer que Ryujin lo perdonara por no haberle dicho antes acerca de la Universidad. Pero no era lo mismo, por más frecuentes que eran no alcanzaban las videollamadas para que le cuente cómo le fue en su día, en la escuela, sobre cómo mejoró en el bordado, o si por allí andaba enamorada.

Las diferencias horarias no colaboraban y mucho menos lo ocupada que estaba su agenda por sus clases o trabajos a medio tiempo que servían para tener dinero y sobrevivir en ese país.

Siempre su prioridad fue Ryujin, pero justo ahora la estaba perdiendo. Pronto no habían más mensajes, no más llamadas.

Ella ya no sentía la misma comodidad para contarle sus cosas o no tenía tiempo de hablarle porque debía salir a alguna fiesta. Y él lo comprendía muy bien, se estaba convirtiendo en adolescente y debía darle su espacio, también había pasado por eso.

Pero como era de esperarse, su relación cambió totalmente. Jisung no quería rendirse, era su hermana y le prometió siempre estar ahí para ella sin embargo por nada del mundo la situación mejoraba.

Y luego ya no existía el contacto entre ellos por semanas, cada uno estaba en lo suyo sin preocupaciones. Jisung decidió hacer su vida en Canadá, le gustaba mucho y sentía que era su lugar; había terminado sus estudios básicos pero el tenia planeado aprender más de lo necesario.

Tenía un trabajo estable como profesor en un Colegio pequeño, donde enseñaba a tocar la guitarra. Y con algunos otros empleos al día que le salían estaba viviendo bien por allá. Aunque era un departamento compartido con 3 amigos más estaba bien porque no necesitaba de lujos.

Hubo un año en el que viajó para la fiesta de 15 años de Ryujin pero apenas pudo quedarse 3 días, fue otra mala experiencia que logró que ella se aleje más.

Y así ya habían pasado 8 años desde que viajó a Canadá.

Supo que su hermana andaba de novia con un muchacho que conoció, gracias a sus padres. Él no recibió más detalles cuando la llamó a preguntarle, y entendió que ya no había más confianza.

Ahora ella tenía 19 años y no era una niña. Podía percibir que ya no la conocía como antes y que por más que lo intente no volverían a ser como eran. Claro que había un cariño, él la adoraba y ella igual, aunque la distancia los haya afectado tanto.

Pensaba visitarla de sorpresa para su cumpleaños número 20, estaba ahorrando lo suficiente para viajar y poder quedarse allí por lo menos un mes. Quería recuperar el tiempo y se entusiasmó por ello, aún faltaba un año pero ya tenía mucho por hacer.

Ahora trabajando en una tienda de venta de instrumentos lograría sumar más a su economía, pero mientras estaba allí recibió una llamada de su padre.

Y una totalmente inesperada noticia.

"Papá... ¿Por qué tan tenso?"

"Es Ryujin..."

"¿Qué?¿Le paso algo?¿Que ha pa-"

"Está embarazada, Jisung... Y se va a casar en unos meses, estás invitado por cierto." Dijo con ironía.

...

"¿Quién fue el maldito que se atrevió a tocarla?"

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holi, nuevo ff, espero q lo disfruten y que hayan entendido bien el intro, esperen el primer cap pls voten y nos vemos <3 gracias !!

- 🌙

#little lies ;; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora