𝟑𝟐

551 59 7
                                    

Narra Tae;
Minutos atrás...

Había terminado de comer, al lavar mi plato y vaso me fui de ahí pues comenzaba a incomodarme. Al subir las escaleras, sentía un extraño sentimiento, el mismo que me dio cuando nos encontramos a Minho, pero, ¿porque ahora?, ¿algo se acerca?.

Caminaba lentamente por el pasillo, pues ese sentimiento se hacía cada vez más fuerte pero se detuvo al estar justo al frente del cuarto de Seungmin. Voltee hacia esta, donde podían escucharse ligeros murmullos, como si Seungmin estuviera hablando con alguien.

—¿Seungmin? —di dos toques a la puerta—. ¿Has bajado a comer ya?.

—No...Tae, ¿puedes entrar por favor?.

—C-claro...

Tome la manija para girarla y abrir la puerta, dándome cuenta que todo estaba apagado y las cortinas cerradas, ¿por qué?. Seungmin estaba en su cama bajo las cobijas, cerré la puerta dejándola un poco abierta caminando hacia él, pero volvía a sentir eso, y el cosquilleo comenzaba.

—¿Estás bien?.

—Tengo mucho frío...

Baje un poco la cobija, poniendo mi mano sobre su frente, estaba helado, parecía muerto.

—Seungmin, estas muy frío, tenemos que decirle a mi tía para que-

Intenté irme, pero él tomó mi muñeca con fuerza, con mucha fuerza. Lo miré, estaba aterrada y el cosquilleo comenzaba a subir por mi brazo, no podía verme, si lo hacía estaba muerta pero él...

Se sentó lentamente, con la poca luz que entraba desde la puerta pude ver que su piel era amarilla y sus ojos completamente blancos.

—S-seungmin...

—No dirás nada...porque si lo haces, yo diré lo tuyo, ¿quieres que lo sepan?, ¿quieres que papá te entregue!?.

—S-seungmin me estás lastimando, suéltame!.

—No te irás a ningún lado.

Se lanzó hacia mí, intentando morderme pero logré esquivarlo soltandole un golpe haciendo que cayera al suelo. Retrocedí un poco, pues este logro sostenerse. Estaba aterrada y maldecía mil veces el no llevar un arma ahora mismo.

—Seungmin se que puedes controlarlo, se que no quieres hacer esto, soy yo, ¡soy Taeji...s-soy tu prima!– dije con la voz rota –.

—Lo que eres es un javerb...no dejaré que hayan dos como nosotros en la casa.

—Pero Sungmin yo si logro con- espera!.

Se lanzó hacia mí, tirándome al suelo para comenzar a asfixiarme. Intentaba quitarlo, lo empujaba con fuerza incluso si mis manos estaban rojas, incluso si lo rojo me había consumido, no podía separarlo, era imposible, iba a morir.

—Siempre fuiste débil prima, todos siempre pudieron derribarte, siempre pudieron hacerte perder, incluido el tonto de tu ex novio, todos te lo dijimos, ¿pero acaso nos escuchaste?, ¡no!, porque no te importaba, porque solamente lo querías a él y así fue como perdiste...—decía molesto entre dientes, pero parecía que su voz había cambiado— y ahora morirás...como la perdedora que eres...

—S-seungmin...por favor...—dije en sollozos— s-se que...una parte de tu sabe que soy tu prima...p-por favor...suel-ltame...

—Jamás...

El aire comenzaba a faltarme, estaba muerta. Tenía razón, todos siempre podían derribarme, todos siempre podían hacerme sentir mal incluso si me hacía la fuerte lograban hacerme llorar, lo odiaba, odiaba esa parte débil de mi, esa parte que llora mucho incluso ahora, en mis últimos minutos de vida me encontraba llorando.

—¿S-seungmin?...

Mi salvación, justo a tiempo igual que siempre.

—J-jeongin...

—¿Tae?!, ¡Seungmin suéltala!.

—lo hizo pero para luego voltear hacia el—Jeongin vete de aquí!.

Se detuvo en seco viendo el estado de Seungmin, pero este no avanzaba, se quedaba junto a mi, ¿porque?, Jeongin estaba desarmado. Seungmin caminó hacia la puerta a través de la oscuridad mientras Jeongin retrocedía queriendo salir de ahí, pero Seungmin fue más rápido y la cerró, rompiendo la manija.

—Ahora los dos moriran.

—¿Como carajos se supone que se derrotan a los de su tipo?.

—No tengo idea!– dije –.

Seungmin corrió hacia Jeongin con la intención de lastimarlo, me paré y corrí hacia él, empujándolo cayendo al suelo con él, chocando con una de sus librerías haciendo que las cosas sobre este cayeran sobre nosotros. Uno de los muñecos comenzó a emitir luces, alumbrando la habitación. Una de las luces chocó con Seugmin haciendo que soltara un grito de dolor para luego romperlo.

—La luz...—murmure, esa era su debilidad— Jeongin las cortinas!.

—No, ni se te ocurra tocarlas!.

Corrió con él con fuerza, logrando derribarlo, intentaba morderlo pero no se lo iba a permitir. Corrí hacia él para tomarlo con fuerza y lanzarlo lejos chocando con la pared, haciendo que la televisión cayera sobre él, Jeongin tomó una de las cortinas para abrirla, haciendo que entrara luz de esta. Seungmin se alejó de los rayos de sol, acercándose a la orilla del cuarto, donde estaba oscuro.

—Parece que con la luz ya no eres tan valiente.

Narrador;

De nuevo, se acercó a él para llevarlo hacia la luz pero Seungmin no se dejaba. Parecía como si fueran extraños peleando entre sí, pues sus los ojos de ambos estaban completamente en blancos, y su piel era completamente de un solo color. Tae había tomado uno de los bates que Seungmin tenía en su cuarto para comenzar a golpearlo y que este se debilitara, pero era inutil, las esquivaba y Tae recibía rasguños y golpes de parte de este.

Mientras no lo veían, Jeongin abrió la segunda corita haciendo que la luz entrara y quemara a Seungmin por unos segundos. Este soltaba gritos combinados casi gruñidos de dolor mientras cubría su cara y retrocedía. Tae alzó el bate sosteniéndolo con ambas manos, pero Seugmin se lanzó hacia ella, haciendo que cayera al suelo y que el bate se escapara de sus manos para luego morder su muñeca.

Tae soltó un grito de dolor debido a la mordida, Jeongin se acercó, tomando otro bate para golpearlo con fuerza pero al parecer no funcionó pues este se puso en pie, se acercó a él para lanzarlo con fuerza hacia el otro extremo de la pared, haciendo que se desmayara por el impacto.

—Jeongin!.

Seungmin caminó hacia ambas cortinas para luego cerrarlas. Tae sostenía el lugar donde había sido mordida, a pesar de que no le hizo ninguna herida si le había dejado una gran marca gracias al suéter que llevaba. Molesta, se puso en pie para tomar el bate el cual estaba roto con una parte filosa para correr hacia él para enterrárselo y terminar con el.

Antes de poder atacarlo, Seungmin volteo hacia ella para detenerla sosteniéndola del cuello con una de sus manos para luego alzarla, haciendo que sus pies no pudieran tocar el suelo. Soltó una leve risa para luego sonreír de oreja a oreja y lanzarla con fuerza al suelo junto a él haciendo que se aturdiera debido al dolor.

—Querida Tae...—se sentó sobre ella, notando como lo rojo seguía— ¿porque nunca escuchas a los demás?, siempre tuviste que ser una perdedora —comenzó a asfixiarla de nuevo—. Así es como llegaste aquí, siendo una perdedora, una llorona, una débil, y todos lo saben, ¡todo el mundo lo sabe! —comenzó a reír a carcajadas como un loco, mientras apretaba cada vez más su cuello—. ¡Es por eso que Changbin te hizo-

La parte rota del bat lo había atravesado, había atravesado su torso, dejando su cuello. Comenzó a tomar grandes bocanadas de aire mientras tosía, Jeongin abrió la ventana, momento en que la piel de Seuungmin comenzó a quemarse.

—T-tae...

Era normal de nuevo, su piel era normal, sus ojos eran normales de nuevo, solo que comenzaban a cristalizarse, pero su piel aún se quemaba. Tae ahora estaba preocupada y triste, ¿era Seungmin de nuevo?, ¿porque quería llorar?.

—Seungmin! —se sentó de golpe, aún con la piel roja.

—Gracias...—dijo con una débil sonrisa— por confiar en que podría controlarlo...pero...no pude...

—No, Seungmin!.

—Tae, ya es tarde —dijo Jeongin mientras la alejaba de él.

—Jeongin no, ¡todavía podemos salvarlo, es humano de nuevo!

—¡Tae! —la tomó de ambos hombros, haciendo que lo viese—. Se ha ido...

La puerta se abrió de golpe, momento en que Jeongin abrazo a Tae para que no pudieran verla.

—¿Qué pasó?! —preguntó Kwang preocupado.

—Seungmin era uno de ellos...—dijo Jeongin.

—No puede ser —dijo Haseul para luego comenzar a llorar.

Tae quiso abrazar a Jeongin, pues estaba triste, pero este llevó las manos de Tae a su pecho, aferrándose más a ella.

—Verán tus manos —le susurró—, aún no se va, pero tranquila, estoy aquí y no dejaré que te vean.

—Será mejor que nos llevemos su cuerpo —dijo Hyunjin.

—Si...será lo mejor —dijo Kwang.

Con cuidado, cubrieron el cuerpo de Seumgnin con una manta para luego llevárselo de ahí. Lia, Haseul y Minie lloraban, al igual que Tae en brazos de Jeongin, aún en el cuarto de Seungmin cuando todos se habían ido, pues lo rojo ahí seguía. Tae lloraba y lloraba desconsoladamente, mientras Jeongin la abrazaba y acariciaba su cabello.

—Tranquila...se que duele, era tu primo y tuviste muchos momentos lindos con él pero...— suspiró— así son las cosas en esta horrible pesadilla, solo...deja de llorar por favor.

—Estaba a punto de matarme...—dijo entre lágrimas.

—Porque no era él, era un zombie, y no te reconocía, por eso lo iba a hacer.

—Y-y...me salvaste...

Se quedó en silencio, no esperaba que fuera a decir eso. Tae se separó del abrazo, limpiando sus lágrimas, Jeongin la miró, aún tenía lo rojo, era raro, jamás había pasado algo así incluso después de un abrazo y varios besos en su cabeza.

—Gracias.

—No hay nada que agradecer, me importas Tae.

—Pudiste haber muerto, ¿cómo está tu cabeza?.

—¿Lo dices por el golpe contra la pared?, ja...mi mamá me golpeaba con el palo de la escoba —dijo sonriente.

—ríe ligeramente—Es muy diferente Jeongin, ¿seguro que estás bien?.

Llevó su mano a su cabeza comenzando a buscar alguna cortada o golpe que tuviera, pero lo hacía lentamente, como si lo estuviera acariciando, pasando sus dedos por su cabello, su suave cabello color azul. Lo rojo comenzaba a irse, tal vez porque comenzaba a sentirse bien, comenzaba a sentirse segura y cómoda al hacer tal acción.

Tal vez fue inercia, o tal vez por el momento, pero uno comenzó a acercarse al otro con la intención de juntar sus labios, eran tan solo centímetros, el corazón de ambos latía con fuerza, Tae tenía miedo por lo que fuera a pasar, simplemente cerró sus ojos esperando a que pasara, estaban apunto de hacerlo, Jeongin también cerró sus ojos pues la tenía al frente, literalmente.

—¡Mamá, mamá!, ¿estas bien? —pregunto preocupada entrando al cuarto, haciendo que ambos se separaran.

—S-si estoy bien.

—suspiró para luego abrazarla—Creí que algo malo te había pasado, escuche los golpes, quería hacer algo pero Lia decía que era mi imaginación, lo siento, lo siento tanto!.

—Esta bien Minie, Jeongin me ayudó, estoy bien.

—Gracias, muchas gracias Jeongin —se separó—, ahora vayamos a comer helado.

—¿Tendrán de choco menta? —preguntó Jeongin sonriente.

—Tienen de todos los sabores!, vamos ya.

El Apocalipsis nos Unió  - JeonGinWhere stories live. Discover now