𝟎𝟐

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Dos meses habían pasado ya desde que inició esta pesadilla. Había lidiado con un par de zombies que querían entrar por la puerta principal o más bien queriendo forzar la puerta principal que daba hacia la tienda, solo una vez me tope con una persona queriendo entrar pero antes de que lo intentara le disparé, no quería que alguien se metiera.
Comía solo una vez a la semana para no gastar tanta comida y dejarle a Minie quien ya se había acostumbrado a esta pesadilla. Era de tarde, comenzaba a oscurecer ella y yo nos encontrábamos en su habitación, ella jugaba con sus barbies mientras yo buscaba alguna novedad en internet, de pronto, ambas escuchamos un ruido proveniente de la tienda, nos miramos.

—¿Será otro zombie? —preguntó en susurro.

—No lo sé —respondí en susurro.

Baje las escaleras lentamente con un arma en mano, era una común que vienen en los videojuegos y películas, era de una mano, algo ligera.
Al llegar a la tienda en donde las luces estaban apagadas, abrí lentamente la puerta, no había nadie dentro pero en la puerta principal si.

—Quédate aquí —le susurré.

Camine hasta la puerta en donde alguien o algo empujaba la puerta, por el sonido que hacía supuse que era otro tonto zombie, solté un suspiro para quitar la bolsa que cubría la parte de arriba de la puerta encontrándome con un zombie, cuando me vio, comenzó a empujarla con fuerza. Quite el seguro para abrirla y retroceder un poco haciendo que entrara y cuando lo hice le dispare justo en la cara, haciendo que cayera de frente al piso y muriera.

—Era otro tonto zombie.

—Que suerte —se fue.

Tome su cuerpo para sacarlo de la tienda, pero cuando lo hice me manché parte de la muñeca y mano izquierda de su sangre, al parecer tenía una herida justo de donde lo tomé. Me apresure a dejarlo al lado del contenedor para regresar a casa y cerrar la puerta.

Si tiene contacto lávese inmediatamente.

Cerré la puerta, poniendo un par de cajas con piedras sobre la puerta, era algo que Minie y yo hicimos para la noche, asegurándonos de que nadie entrara mientras durmiéramos. Corrí al baño, para abrir el grifo cuando mire mi mano pareciera como si hubiera absorbido la sangre e inmediatamente la lave con jabón líquido, cuando lo hice, se quedó un poco rojo y de lo asustada que estaba la lave con cloro tallándolo con fuerza justo en donde me había manchado.

—No pasará nada, lo lave, lo lave, lo lave.

Me repetía para calmarme. Cuando termine de lavarla, cerré el grifo para salir del baño e ir hacia la habitación de Minie con ella, pero me sorprendí al verla en la cocina, intentando preparar la cena.

—Minie, ¿qué haces?.

—¿Olvidaste qué día es mañana? —respondió sin verme.

—Amm...no lo se.

—Es el día de las madres, así que hoy haré la cena para las dos.

—Oww no debiste preocuparte, aparte es el apocalipsis.

—Eso no importa, no dejaré que un estúpido apocalipsis arruine tu día...—me miró— ups...

—Cuida tu vocabulario Minie —reí.

—Haré la cena de todas formas así que toma asiento.

—reí ligeramente—De acuerdo.

Me senté en una silla del comedor observándola. Al parecer quería hacer arroz frito con kimchi y no era la primera vez que lo preparaba, lo hizo el año pasado el día de las madres y en mi cumpleaños junto a mi padre, era lo único que sabía cocinar aparte de ramen pero eso cualquiera lo puede hacer.

—¿Que te hubiera gustado recibir como regalo?.

—Mmm...una nueva bolsa de señora.

—¿Para qué quieres otra? —pregunto con el ceño fruncido.

Reí a carcajadas, pues "bolsa de señora" era bolsos cualquiera que llevan las chicas, pero para ella son bolsas de señora.

—Me hace falta una negra, ya tengo dos blancas, tres rosas, una morada-

—Con esas son suficientes.

—reí ligeramente—Me preguntaste que quería.

—Bueno, no te lo hubiera regalado.

—¿Por qué no?, las bolsas de señora son como muñecas Barbies para mi.

—No compares las Barbies con tus bolsas de señora.

—De acuerdo, no lo haré.

—¿Cuanto kimchi quieres?.

—Lo normal.

Esta vez...no había comido la semana anterior y tenía hambre, lo "bueno" en mi, es que mi estómago nunca rugía cuando tengo hambre, solo duele pero puedo soportarlo tomando mucha agua.

—De acuerdo —dijo mientras servía en un plato—. Feliz día mami —dijo para luego dejar el plato frente a mi.

En el plato estaba el arroz frito, un huevo hervido a la mitad y kimchi, sobre el arroz había un corazón de ketchup.

—Oww...—la abrace— muchas gracias.

—De nada mami.

—me separe—¿Vas a cenar conmigo?.

—Si, pero...se acabó la botella de agua, iré-

—No, yo voy mientras tú sirves.

—De acuerdo.

Me pare para ir de regreso a la tienda para tomar una botella de agua, tenía el arma guardada en la funda la cual estaba alrededor de mi cintura. Al estar en la tienda abrí uno de los refrigeradores para tomar una botella y llevarla a la casa, regrese al comedor para sentarme.
Minie ya se había servido, estaba sentada, también había puesto dos vasos en la mesa.

—Espero y si me haya salido bien.

—Por supuesto que sí, aprendiste del mejor.

Ambas tomamos la cuchara para llevarla con arroz y kimchi para llevarla a nuestra boca.

—Mh! —abrió sus ojos de par en par—. Esta rico!.

—Te lo dije.

Continuamos cenando, sostenía la cuchara con mi mano derecha. Un par de minutos después, mi mano izquierda comenzó a darme picazón, justo en donde me había caído la sangre, no le tome tanta importancia, creo que me pondré crema cuando termine de cenar.
Aunque...decía que te iba consumiendo poco a poco siempre y cuando no te enojaras, tengo que tener paciencia.

—Mamá...

—la mire—¿Si?.

De nuevo, un ruido en la tienda se escuchaba, alguien o algo forzaba la puerta principal.

—Aquí quédate...—susurré.

Me puse en pie con cuidado de no hacer ruido para ir hacia la tienda, al abrir lentamente la puerta de esta noté que alguien había entrado pues la puerta estaba abierta.

—Mierda!, no puse el seguro!—pensé.

Las cajas con las piedras habían sido recorridas y al parecer lo que había entrado era un humano pues no se escuchaba el sonido que suele hacer los zombies. Saqué mi arma para caminar lentamente en busca del humano, le quite el seguro, mientras la mantenía arriba lista para dispararle a cualquiera.
Lo encontré, estaba de espaldas, solo metía comida en su mochila pero era bastante, idiota.

—¡Oye!.

Se volteo hacia mi asustado, era un chico, no me importaba su edad ni lo asustado que se notaba ahora.

—Deja la comida en su lugar —dije mientras le apuntaba.

—P-por favor no he comido en días.

—No me importa déjala en su lugar!.

—¿Es un hum-

—Minie quédate en la casa! —dije sin verla.

—¿Es humano!? —preguntó sorprendida.

—No vengas aquí!.

—Me iré pero por favor dame un poco de comida —dijo el chico.

—No te daré nada!.

Jale del gatillo.

El Apocalipsis nos Unió  - JeonGinWhere stories live. Discover now