𝟐𝟗

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—¿A qué te refieres?...—le preguntó Lia.

—Estaban siguiendo a una de esas cosas, la cual terminó en el centro comercial...ahí dentro habían más de esos los cuales se volvieron agresivos y comenzaron a atacarlos...

—¿En el centro comercial hay personas que pueden controlarlo? —preguntó sorprendida.

—Si...—me miró— lamento lo que dije...por favor no se vayan...—dijo con la voz rota.

—suspiré para luego mirar a Jeongin por unos segundos—Está bien, nos quedaremos.

—Pero...si papá no regresa, ¿de donde sacaremos la comida? —preguntó Seungmin.

—Podríamos salir a buscarla —propuso Jeongin.

—¿Estás loco?, que tal si nos topamos con una de esas cosas —dijo Lia.

—Defendernos, ¿qué más? —dije.

—Bueno...ustedes desayunen, yo veré cuantos suministros tenemos —dijo Haseul para luego irse.

Nos quedamos en silencio mirando hacia la nada. Perfecto, ahora mi tío moría por una de esas cosas, aunque me alegra un poco ya que habrá un grupo menos de personas que me buscan, personas que quieran acabar conmigo y personas como yo.

—¿Creen que...papá regrese? —preguntó Lia cabizbaja.

—la miré, se notaba demasiado triste—Lo hará, tal vez tarde en llegar, pero llegará, no te preocupes.

—Claro...

—Tranquila —la tomó del hombro, mientras formaba una ligera formada por sus labios—, papá llegará.

Esta la miró, copiando su acción para seguir desayunando.

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Minie jugaba con Lia en su habitación, Seungmin jugaba solo en su habitación, mientras yo estaba junto a Jeongin en el balcón de la habitación donde dormíamos. Estábamos sentados en una banca que había en el lugar, era un día demasiado tranquilo, el aire estaba fresco, era cómodo, al igual que el silencio del lugar, a pesar de que las alarmas de ciertos autos se escucharan a lo lejos, era cómodo.

—Tae, ¿crees que sea cierto? —preguntó sin verme.

—¿El qué? —pregunté sin verlo.

—Que en el centro comercial haya más personas como tú – me miró, esperando a que respondiera –.

Aunque sinceramente, no sabía qué responder. El mensaje del gobierno decía que nos alejáramos de ahí, pues era donde habían más zombies, pero si mi tío dijo que habían personas como yo, es porque las hay, no por nada lo dijo.

—Tal vez...

Me crucé de brazos, algo nerviosa. Miré mi mano izquierda, notando que solamente estaba roja hasta la muñeca, era como si fuera un guante ya que incluso mi palma estaba roja y mis uñas igual, aunque comenzaban a ser blancas.

—Deja de preocuparte tanto.

Dijo para luego tomar una de mis manos y entrelazar nuestros dedos, haciendo que sintiera mi cara arder. ¿Por qué siempre pasaba eso?, solamente nos estamos tomando de las manos.

—¿Cómo quieres que no me preocupe? —lo miré—. Han pasado tantas cosas desde que llegamos aquí.

—Pero estamos bien.

¿Estamos?.

—Estás, estás bien, Minie está bien, yo estoy bien, no ha pasado nada malo, ¿de acuerdo?.

—suspiré para luego mirar al frente—Claro...solo necesitamos saber cuantos suministros quedan, ¿que tal si tenemos que salir?.

—Saldremos —lo miré—, sabemos cómo enfrentarlos.

—¿Y si Seungmin o mi tía nos quiere acompañar y ven mi estado?.

—No pasará porque llevarás tus guantes.

—¿Y si me llega a controlar?.

—Tae, no pasará.

—¿Y si si?.

—suspiró—Estaré ahí, ¿de acuerdo?.

—suspiré, apretando mis labios ligeramente—De acuerdo...

—Oye Tae —dijo mi tía entrando al cuarto haciendo que soltáramos nuestras manos—. L-lo siento no quería interrumpirlos.

—Descuide solo charlábamos —dije—, ¿qué ocurre?.

—Quedan suministros para un mes si es que queremos comer bien, pero si cuidamos de la comida y comemos menos tal vez nos alcance para tres meses.

—Oh...yo podría comer menos, eso hice cuando estaba en casa —dije.

—Yo igual, comeré menos —dijo Jeongin.

—Bien, le iré a decir a los demás. Si me necesitan estaré en el garaje arreglando el auto.

—¿Tienen auto? —preguntamos al unísono.

—Claro, ¿quieren ir a verlo?.

Narra Jeongin;

Estaba boquiabierto. Tenía un hermoso Nissan GT-R negro frente a mi, tenía una puerta de hierro con púas, listas para derribar a cualquier zombie que fuera atropellado a gran velocidad. La ventana de enfrente estaba protegida con una especie de barandal, las llantas también estaban cubiertas, era tal cual un auto que habría en un juego de zombies, en donde tienes que derribar a miles de zombies con un auto. Era simplemente hermoso. Más aparte los vidrios estaban polarizados en un negro perfecto. Si casarse con un auto fuera una opción, me casaría con este.

—Wo...—dijo Tae asombrada.

—Tiene el tanque lleno, en la cajuela tiene tres mochilas con suministros pero acordamos en jamás tomarlos, también tiene dos pistolas y suficiente munición, al igual que tres tanques de gasolina por si se llega a quedar sin gasolina, aunque es casi imposible.

—¿Para que lo tienen? —la miró.

—Para cualquier emergencia.

—¿Y las llaves?.

—Ya están puestas.

—¿Ya!? —preguntamos ambos al unísono sorprendidos.

—Bueno...están ahí dentro.

—¿Puedo verlo por dentro? —pregunté.

—ambas me miraron—Am...claro, ¿sabes conducir? —me preguntó Haseul.

—Obvio que sí.

Dije para luego abrir una de las puertas viendo el interior de este, quedando impresionado. Era totalmente negro, los asientos estaban bordados de cuero, la cajonera estaba llena de granadas, y en los acentos traseros había una mochila pequeña con molotofs y granadas, era hermoso.

—¿Cuánto tiempo llevan con él? —preguntó Tae.

—Desde siempre, era el que usaba para ir al trabajo, solo que le hice unas mejoras aunque todavía estoy pensando en ponerle algo más.

—¿Qué le gustaría ponerle?.

—Una metralleta, o un lanzallamas en los lados por si llego a ser rodeada por zombies, o los javerb, escuche que es su debilidad.

—Si lo son —dije sin verlas, abriendo la puerta de los asientos traseros—. Nos hemos enfrentado a varios de esos, y los quemado, así nos liberamos de ellos.

—Wo...que suerte que no tuvieron contacto con ellos, si no, estarían contagiados.

—Claro, que suerte que no tuvimos contacto con ellos.

—El carro es increíble —dije para salir de este y cerrar la puerta y mirarla— Le quedó genial.

—Muchas gracias —respondió sonriente.

—Bueno tía, no te molestamos más, veremos qué hacer.

—En el ropero de mi cuarto tengo varios juegos de mesa guardados por si los quieren usar.

—Está bien.

Dijo Tae para luego irse. Le regale una última sonrisa a Haseul para irme junto a Tae, caminando un poco a prisa hasta quedar junto a ella y seguirle el paso. Ojalá siga sin sus botines por un largo tiempo, es realmente tierna siendo más pequeña que yo.

—Supongo que...—la miré— sabes jugar a ciertos juegos de mesa.

—Obvio que sí, también soy muy bueno en ellos.

—Ajá —me miró sonriente. No conocía esa sonrisa de su parte, era muy hermosa—. ¿Quieres jugar ajedrez?.

—Todo menos ajedrez —me queje.

—Dijiste que eras bueno en ellos.

—Si pero ajedrez no, es muy aburrido y estresante, solamente mueves piezas de un lado a otro con el objetivo de derrotar al rey.

—Ajá, ahora, ¿me recuerdas que tienes que hacer en League of Legends?.

—¿Derribar el nexo del equipo oponente?.

—Derribar torres, es lo mismo que en ajedrez, sólo que sin poderes y tácticas especiales.

—¿Cómo sabes de qué trata?.

—Yedam lo jugaba —dijo para luego mirar al frente—, no entendía lo divertido de ese juego, pero a Yedam le gustaba mucho, tanto que tenía figuras de los personajes, y un gorro de uno, ¿como se llamaba?...¿Tito?, ¿Tilo?...

—¿Teemo? —pregunté.

—me miró, para luego formar una pequeña sonrisa con sus labios—Así es, tenía un gorro de él, y muchas cosas más —suspiró para mirar al frente—. Lo extraño...

Su sonrisa desapareció, en cambio había una pequeña mueca. Sabía que lo extrañaba, era su hermano, y saber que falleció es algo muy doloroso, más porque no estuviste ahí. Me acerque un poco a ella, sintiendo su mano rozando con la mía, con cuidado, tome de ella entrelazando nuestros dedos.

—Estoy seguro de que él estaría orgulloso de ti por todo lo que has logrado hasta ahora —ambos nos miramos—. Por sobrevivir tanto tiempo, por cuidar de Minie, por poder controlarte.

—¿De verdad lo crees? —preguntó mientras sus ojos se cristalizaban.

—Claro que sí —forme una pequeña sonrisa con mis labios.

—Oh...—miró al frente—gracias Jeongin.

—No hay de que —tome su mano con un poco más de fuerza, momento en que ella correspondió—. ¿Quieres jugar ajedrez?.

—me miró con el ceño fruncido ligeramente—Dijiste que no te agradaba.

—Podría tener una excepción —la miré.

Se quedó en silencio mientras me miraba. Siempre que nuestras miradas se conectaban tenía un extraño sentimiento, un extraño pero cómodo sentimiento, es decir, su mirada era tan linda, podía sentir un extraño cosquilleo en mi cara. Tae formó una pequeña sonrisa con sus labios para luego asentir. Quiero ser la razón del porque sonrías como niña pequeña Taeji.

—Juguemos ajedrez.

—Está bien.

El Apocalipsis nos Unió  - JeonGinKde žijí příběhy. Začni objevovat