T2 CAPÍTULO 8 - LA VERDAD

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Estaba dormida, pero comencé a sentir frío y me desperté. Vi la hora y eran las 2:55am.

Boris estaba sentado en el marco de su ventana, tenía un cigarrillo en una mano, aún estaban las cenizas, pero poco a poco se fueron desvaneciendo con el viento helado.

Me paré y lo abracé por la espalda lo que hizo que sobresaltara.

— Boris, ¿Todo está bien? — tenía la cabeza baja.

— Sí, solo me dio insomnio — sonrió y me ofreció el cigarrillo que tenía en la mano.

— Te quiero — sonreí.

— Igual... yo.

Me senté junto a él sosteniendo la botella que había dejado en su escritorio esa misma noche. Tomó mi mano y plantó un corto beso en mis labios.

Su piel estaba fría y erizada. Sus labios fríos, secos y pálidos. Tenía ojeras más negras de lo usual y una media sonrisa en su rostro.

Admiramos la luna y las estrellas brillaban. Sin darme cuenta puso su cabeza en mi hombro. El frío se intensificó y me acurruqué en su pecho bebiendo la sustancia dañina.

Ya eran las 4:27am, nos recostamos nuevamente en su cama, puso su cabeza en mi hombro mientras abrazaba mi cintura, yo por otro lado acariciaba su cabellera.

Quedé dormida profundamente.

(...)

A la mañana siguiente me percaté de que Boris estaba despierto mientras fumaba.

— Buenos días, Boris — me miró y sus ojos estaban rojos como si no hubiera dormido.

— Buenos días — me dedicó una sonrisa cálida.

— Oye, dime la verdad ¿Te encuentras bien? — me acerqué a él.

— T-tengo que decirte algo, algo que realmente me está atormentando — lo miré confundida esperando lo peor — Cometí un error y sé que... — Richie entró con una trompeta de plástico y Eddie iba detrás con una banderita y un sombrero con orejas de osito. Se veía tierno, enojado y obligado — ¡Ahora qué!.

— ¡Feliz día del imbécil! — sonrió y le entregó una camiseta amarilla que decía "Yeah i'm a stylish idiot".

Esto es realmente inmaduro, pero no dejaba de reír.

— Todos los estúpidos años haces eso, Richard, eres completamente irritante — rodeó los ojos y le arrebató la camiseta a Richie.

— Pero lo amas y me amas — le guiñó un ojo — Además, no todos los días es un funeral, tienes que vestirte con colores, hermano.

— ¿Y tú qué haces aquí, Spaguetti?.

— Primero ¡No me digan Spaguetti!. Segundo, él me obligo, vino a sacarme de mi casa a las siete de la mañana con la excusa de que estaba lastimado. Me llevó al supermercado y compró este estúpido gorro.

— Y tú también me amas — Richie lo abrazó por los hombros y Eddie salió de la habitación — Bueno, desayunemos — me sacó del brazo y Boris nos siguió.

Al terminar de desayunar, nuevamente fuimos a su habitación. Él estaba callado y mirando al suelo. Me acerqué y me miró con una expresión de culpabilidad. Intenté hablar, pero se retiró ese instante.

Se perdió demasiado tiempo, ya era un poco más del mediodía. Enfadada decidí irme.

— No puedo creer que me hiciera eso — dije a mi misma mientras metía mis cosas a mi mochila.

Solo Un Camino... Gemelos TozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora