Solo Un Camino... Gemelos Tozier

ACTO DOS

CAPÍTULO 1 - UN AÑO
Segunda Temporada

Hoy en día tengo 17 años. Intenté volver muchas veces, pero se hizo imposible. Lo que viví allá, ahora son solo recuerdos...

Me costó acostumbrarme volver ya que tenía una rutina. Todo era distinto.

Hoy finalizaba el colegio, me graduaria en un año entonces tendría que estar pensando mi futuro.

Mi mejor amiga, Paola, fue la única en enterarse. Ella es más alta que yo, de piel morena y muy suave. Su cabello es castaño y en serio es bastante hermosa.

— ¡Hola, hormiga! — llegó abrazándome y sonriendo.

— Hola, jirafa — repetí su acción.

— Lo volviste a intentar ¿No es así?.

— Sí, todo el tiempo lo intento, pero es para la mierda.

— Sé que lo lograras, solo ten fé — sonrió cálidamente y la abracé.

Nos tocaba matemáticas entonces nos fuimos al salón. El maestro nos asignó un examen y como era de costumbre yo no sabía nada.

Estaba en mi mundo observando la ventana. Habían flores muy hermosas, pero mi mirada se centró en una sola cosa, era globo rojo flotando. Tal vez simplemente era de algún niño que lo perdió, no quise tomarle importancia.

Poco a poco comenzó a dar la vuelta lentamente. Tenía escrito I LOVE DERRY en ese momento se me heló el cuerpo, pero alguien golpeó mi pupitre haciendo que sobresalte.

— Entregueme su examen, al parecer ya lo terminó, señorita ______ — habló el maestro. Carajo, no tenía ni mi nombre escrito.

— P-pero, aún me fal....

— ¡Dije que me lo dé! Tuvo suficiente tiempo para llenarlo — extendió su mano y se lo entregué — Sabía que esto pasaria. Está castigada — sonrió victoriosamente, ¿Qué mierda?

— Disculpe ¿Qué?.

— A la dirección y no me haga repetirlo — este maestro me odiaba.

Me levanté de mi asiento de mala gana, pero antes volví a observar la ventana y el globo ya no estaba, espero solo haberlo imaginado.

Salí directo a la dirección.

Caminaba tranquilamente mirando mis tenis, hasta que sentí un golpe en mi espalda haciéndome caer de rodillas.
Me di la vuelta enfadada y no había nadie, pero escuché una voz.

— Te dije que jamás te dejaría sola... — susurró — Tu jueguito de intentar volver no te funcionará y tus amigos morirán — soltó una carcajada.

Busqué con la mirada y no había nadie cerca.

Del miedo comencé a correr y choqué con alguien haciendo caer sus libros.

— Mierda, disculpa no me fijé — ayudé a levantar sus libros.

Me percaté que era Teo, el chico más tímido del colegio, más que Ben, mi amigo de hace seis años. Tenía rulos, éramos casi de la misma altura, usaba lentes, era muy flaco y el más inteligente del grado.

— No hay cuidado, yo lo hago — me sonrió cálidamente y los levantó.

— En serio lo siento, no me fijé por donde iba y...

— Tranquila, no es nada — sostuvo mi mano — ¿A donde ibas?.

— Me castigaron por no saber hacer un estúpido examen de matemáticas — me crucé de brazos.