CAPÍTULO 13 - NEIBOLT

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Ambos nos sentamos en la cama mientras nos observaba atentamente. La tensión reinó el lugar.

— H-hola, Boris — lo miré forzando una sonrisa. Pensaría mal, estaba en la cama de su hermano cuando lo besé ayer.

— ¡¿Podrías tocar la maldita puerta y esperar a que abra?! — Richie se puso sus lentes que dejó en su mesita de noche.

— Lo siento, no sabía que tenías compañía — me miró con frialdad — Hola, ______ — se marchó cerrando la puerta algo fuerte.

— Déjalo, tiene hambre — se encogió de hombros mientras yo seguía con la vista a esa puerta — ¿Vamos a desayunar? — estaba apenada pero tampoco me iba a prohibir comer por eso.

— Sí, muero de hambre — lo miré, nos paramos y fuimos a la cocina.

Boris estaba allí, estaba preparando huevos con tocino, olía muy rico. Y supuestamente no sabía cocinar

— Voy al baño ¡No coman sin mi! — Richie se fue dejándome sola con Boris lo que lo hizo más incómodo.

— Boris, ¿podemos hablar? — me acerqué a él.

— Claro — me miró — ¿Por dónde empezamos? Pienso que por la parte en la que confundes mis sentimientos, me besas y luego ¡Te acuestas con mi hermano! — sabía qué pensaría mal.

— Nunca me acosté con Richie ¡¿Qué te pasa?! No tenía a donde ir y él me ofreció que me quedara aquí — lo miré enojada.

— Necesito que me digas lo que sientes, ______, ya no quiero más vueltas — un beso lo puede cambiar todo. Sé que estuvo mal.

— Boris, mira, todo fue un er... — entró Richie en ese instante.

— ¡Imbécil! ¡Se está quemando! — Boris reaccionó y apagó la cocina — Si no estoy yo, ni quien te salve — comenzó a servir la comida.

Me quedé allí. Sentía una tensión, pero me concentré más en platicar con Richie.

— ¿Ya no iremos? — un día antes quedamos en vernos con los demás. Bill quería saber exactamente donde se encontraba el payaso.

— Sí, antes de que se haga tarde — Richie se estiro un poco y salimos los tres.

En el recorrido, todo era silencioso, solo el de lentes hablaba. El ambiente estaba muy tenso.

Llegamos a la casa Bill y lo vimos solo sentado en el asfalto.

— ¡Bill! — grité y giró la cabeza.

— H-hola, chicos — se paró y se acercó.

— ¿Qué haces, tartaja? — Richie soltó su bicicleta en el garaje del chico.

— Solo... p-pensaba — noté que forzó una sonrisa.

— ¿Y los demás? — habló Boris por fin.

— Deben estar ll-llegando, no lo sé — Bill se encogió de hombros.

Nos mantuvimos en silencio hasta que los demás llegaron poco a poco.

— Ahora que e-estamos t-todos, les mostraré lo q-que tengo — entramos a su garaje, cerramos esa puerta y él puso un mapa de la ciudad.

Proyectó la ubicación de las cloacas.
Me paré al lado de la pelirroja.

— Ahí, es donde G-G-Georgie desapareció. Esa es la siderúrgica y The Black Spot. Donde sea que eso pasa está conectado con las cloacas... y todo se vincula con...

— Con el pozo — Ben agregó. Todos nos manteníamos callados.

— En la casa de la calle Neibolt.

Solo Un Camino... Gemelos TozierWhere stories live. Discover now