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🎶 Eras una especie de punk rock, yo crecí en el hip hop

Pero me quedas mejor que mi suéter favorito y lo sé

Que el amor es malo (uh oh), y el amor duele (uh oh)

Pero todavía recuerdo ese día que nos conocimos en diciembre, oh baby... 🎶


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Lentamente abrió sus párpados, ya que los rayos del sol que indicaban el amanecer se filtraban por la ventana, sus ojos negros miraron el techo blanco, quiso moverse pero el dolor le recordó lo que había sucedido un día anterior. Patético, fue la palabra que cruzó por su mente cuando fue consciente de que no solo su cuerpo había sido golpeado, sino también su orgullo.

¿Cuánto más tenía que tolerar? Fue la pregunta que rondaba su cabeza y solo deseaba pronto darle una respuesta certera, no había cosa que deseara más que saldar la deuda con el maldito que decía llamarse su tío, ese cruel traidor avaricioso, no dudaría en aplastarlo como cucaracha, si no supiera que mantenerlo vivo le haría ganar más, añadiendo la tortura de estar a su lado.

Se removió para ponerse de pie y fue entonces que la consciencia le permitió percatarse que en definitiva, no se encontraba en su habitación. Los tonos lilas y los pétalos morados pintados que se divisaban en las paredes le decían que esa habitación pertenecía a una mujer.

Los recuerdos llegaron a él como pequeñas escenas de película y recordó como Hinata lo atrapaba con dificultad y lo cargaba hasta su departamento, patético nuevamente cruzó por su mente, si alguien no debería verlo de ese modo era ella, detestaba que se creara una imagen en su cabeza donde él necesitara su ayuda.

Volteó a su lado derecho y entonces vio como una cascada de cabellos azulinos caían sobre su costado, cubriéndole el rostro, sin evitarlo llevo sus dedos a retirar esos cabellos que entorpecían su visión de ver su delicado rostro, encontrándose con un semblante dormido, el olor a lavanda se impregnó en su mano aunque también estaba en su cama, todo su aroma lo rodeaba sintiéndose vulnerable a los encantos de aquella chica.

Le acarició su mejilla que estaba tan suave, se imaginó muchas veces como seria acariciarla lentamente, poco a poco descubriendo los lunares de su cuerpo, perdiéndose en cada una de sus curvas.

Disperso rápidamente esos pensamientos, en nada ayudaban pensar en esas cosas, mucho menos con la habitual erección matutina que necesitaba alivio. Maldijo internamente, si no sintiera esa estúpida necesidad de hacer lo correcto sabía que no le costaría nada tenerla a ella entre sus sábanas, él sabía que no le era indiferente, pero no quería involucrarla en toda la jodida vida que tenía en esos instantes, ella no pertenecía a su mundo así como él dejo de pertenecer al de ella años, muchos años atrás que ni siquiera recordaban su apellido.

Blue jeansWhere stories live. Discover now