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Si las miradas mataran, Hinata estaría muerta desde que atravesó el umbral de la imponente mansión Hyuga. Su padre estaba de pie, al inicio de la escalera cuando ella llegó a prisa, con la respiración acelerada y gotas de sudor recorriéndole el rostro. La mirada penetrante y de desaprobación le fulminaron la alegría que minutos atrás, se había instalado en su pecho.

― L-lo siento padre, yo... es que...

― Tus excusas son innecesarias, como tu presencia aquí ― Dijo bajando las escaleras ― Hinata, ¿alguna vez harás algo bien? ― Cuestionó autoritario, sin necesidad de alzar la voz.

Hinata agachó el rostro e hizo una reverencia, disculpándose por su aspecto y su retraso, había sido su culpa, si no se hubiera detenido a fantasear tal vez hubiese llegado en una mejor condición y a tiempo.

― Lo siento, padre. Prometo que n-no volverá a suceder ― Se disculpó nuevamente, esperando que le permitiera permanecer en la cena.

― Tus promesas no tienen ningún significado, menos si no estás dispuesta a cumplirlas ― Dijo parándose frente a ella, le levantó el rostro con la mano y la miró con desaprobación.

Hinata contuvo la respiración, rara vez su padre la miraba y cuando lo hacía, solo era para resaltar sus defectos, sus debilidades y regañarla por no ser lo suficientemente buena para ser un miembro de su prestigiada familia, seguramente su examen de esos momentos, terminaría igual que siempre.

― Hanabi, por favor. Llévala a tu habitación y trata de mejorar este aspecto tan deplorable ― Soltó con brusquedad el mentón de Hinata.

Hanabi se apresuró a llegar a Hinata, en realidad no tenía nada que arreglarle, su hermana lucia hermosa aquella noche, tal vez solo secarle el rostro y retocarle el maquillaje, pero nada que no se arreglara en diez minutos.

― Claro padre, bajamos en unos minutos. ― Cogió a Hinata de la mano, subieron a prisa las escaleras y la llevó a su habitación.

Neji se mantuvo inmutable mientras veía subir a las hermanas por las escaleras, esa noche vestía un pulcro traje color negro, hecho a medida especialmente por Tenten, la extrañaba, estaba decidido a que después de aquella reunión, iría a visitarla, deseaba tanto tenerla en sus brazos.

El retraso de Hinata fue por cinco minutos, tal vez no era demasiado tempo, pero para Hiashi Hyuga, aquello era intolerable, mucho más viniendo de Hinata, esperaba que el resto de la cena transcurriera con normalidad, lo que menos deseaba era que las cosas se complicaran para su prima mayor.

― Los socios deben estar aquí en cualquier momento ― Mencionó Neji queriendo disipar la tensa escena.

― Parece que el tiempo está del lado de Hinata, si los socios hubiesen llegado a la hora acordada, hubiera sido más vergonzoso. Hinata nunca logra complacerme, ni siquiera con algo tan simple como llegar puntual ― Mencionó con desdén.

Blue jeansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora