Capitulo 19.

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Sofía Miller.

Ayer fue una noche bastante interesante.

Por primera vez tuve una conversación con mi madre sin discusiones, o reprochamientos por haberme ido de la casa.

Paul conduce en silencio a mi lado.  Dormimos juntos anoche y no fue nada sexual, fue un gesto dulce.

No sé que carajos me está pasando con este hombre.

Usualmente siempre me aburro de los hombres rápido, duramos una o tres salidas cuando ya tengo otro entre mis piernas.

Lo sé eso sonó muy zorra, pero es la verdad y no me da pena disfrutar del sexo.

Pero con él es diferente, aveces  solo quiero verlo, y cuando lo hago siento maripositas... Exijo un lanza llamas para acabar con ellas de una maldita vez.

—Anoche me divertí—Dice rompiendo el silencio.

—Ehm, yo también supongo que la hierva que consumí antes ir  estaba buena—Digo en burla para cortar la tensión.

—No me gusta que hagas ese tipo de bromas—Rueda sus ojos.

—Y a mi no me gusta que seas tan serio pero aquí nosa ves —Muevo mis hombros rítmicamente, mientras sonrío.

El ríe también.

—¿Entonces como estaba?

—¿La hierva?

—No Sofi—Se molesta y yo río—Amanda, anoche se fue un poco alterada, ¿se volvió a contactar?

—No—Eso me tiene muy preocupada—Pero debe estar bien, las malas noticias son las más rápidas siempre.

—Tu humor es demasiado negro para mí gusto—Mira el camino.

Y tú eres muy lindo para mí gusto.

Lo observó en silencio, su cabello negro hace contraste con el azul de sus ojos, mandíbula bien definida me roba un suspiro, paso mis ojos por sus labios y están mojados ya que los acaba de lamer, el rosa de ellos me llaman y su piel cremosa me encanta.

Todo él te encanta.

Cállate nadie pidió tu opinión.

Él me mira y me congelo.

—¿Que tanto me vez, tengo algo en la cara?

Yo quisiera sentarme ella.

No no—Aclaro mi voz—Solo veía el moco que tienes, de verdad es enorme.

El se sonroja viéndose en el retrovisor, me fulmina con la mirada cuando se da cuenta que  es mentira y yo río.

—Te ves tan hermosa riendo—Dice y ahí vamos de nuevo.

Maldito cosquilleo, lo odio.

—Y tu te ves tan lindo sin ese moco.

Él apreta los labios y yo me acerco a darle un beso en la mejilla.

Al despegarme miro la ventanilla  y me sorprendo al ver a Neyl en la entrada del edificio.

Está debatiendo con sigo mismo si debería entrar o no.

Veo como apreta los puños a sus costados antes de menear la cabeza, sonríe irónicamente antes de darse vuelta e irse en una camioneta negra.

¡Amanda se morirá cuando se entere de que vino a buscarla!

Cómo está un poco dolida con él, nunca admitirá que lo extraña y por lo visto él igual.

Me volteó a ver a Paul quien está mirándome, el azul de su mirada me deja boba y sus labios piden a gritos que los bese.

Señor Gigoló.Where stories live. Discover now