Capitulo 11.

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¿Ehm?

Les dije que no tenía buena suerte ¿No?
Bueno déjenme decirles que ME LLEVA EL...

—Amanda baja por favor—Neyl me saca de mis pensamientos.

—¿Dónde estamos?

—Solo déjame decirte que estás en el paraíso—Me guiña el ojo.

—No juegues Neyl dime dónde carajos estamos.

—Solo camina Amanda—Rueda los ojos.

Me bajo del vehículo, y lo sigo... Entramos a una gran casa.

Tiene un laguito alrededor de la casa, dejándola en el centro.
Algo egocéntrico para mí gusto.

Entramos, y todo es tan brillante que molesta a la vista.

La casa es gigante, el techo alto y abovedado le da un aire amplio, el color blanco está por todos lados todo está pulcro y limpio.

Pasamos al salón, tiene un gran televisor y los muebles vinotintos son hermosos.

—¿Quieres vino?—Pregunta antes de irse a lo que creo que es la cocina.

Lo sigo y me sorprendo, ya no es blanco si no negro.

Las encimeras, baldosas y electrodomésticos.

Me encanta.

—Quiero irme a mi casa—Digo ocultando el asombro, todo aquí es realmente hermoso.

Me mira mientras sirve dos copas y no se por qué diablos no puedo moverme.

—Creo que no entiendes la definición "Secuestro"—Hace comillas en el aire.

—¿Oh esto es un secuestro?—Agrego con molestia.

—Si—No le da importancia.

—Y desde cuándo es un secuestro que yo no sabía.

—Desde que no fuimos a tu casa y estás aquí... Que pretendías que dijera—Alza la comisura de su labio—Hola Amanda no iremos a tu casa por qué soy tu secuestrador muy atractivo por cierto... Iremos hasta mi casa te follare y luego te devolveré.

Me quedo asombrada antes las palabras crudas que acaba de soltar.

—¿Que? ¿Nadie te había hablado así? Creí que era normal... Ya que lo hiciste en tu habitación.

—No voy a follar contigo.

—¿Ah no?—Se acerca con la copa y por inercia doy un paso atrás—Si esta mañana estabas loca por qué lo hiciera.

—Eso fue antes que te comportaras como un verdadero hijo de puta.

—¿Irme fue comportame como un hijo de puta?—Agrega con rabia mirándome directamente a los ojos—Te recuerdo que no fui yo el que se emborracho, se dejó tocar por un desconocido y además dejo con las ganas al otro.

—¿Pero te pareció justo dejarme con las ganas hoy?

—Una por una no es trampa—Dice con ironía y yo aprieto los dientes.

—Neyl me quiero ir.

—Y ya te dije que no lo harás—Dice entregandome la copa—¡Es un puto secuestro!

Me doy vuelta, caminando a lo que creo que es el baño y me encierro.

Y si, es el baño.

Me siento en el inodoro a pensar, cómo carajos me iré de aquí con un lunático con ínfulas de secuestrador afuera.

Me bebo la copa,
escucho como se abre el pestillo y luego la puerta.

—Tengo llaves de toda la casa—Se arrecuesta en el umbral—Bien no hagamos nada, solo veamos una película ¿Te parece?

No digo nada, solo me levanto pasando por su lado, camino hasta donde está el gran televisor.
Lo enciende y distingo el logo de Netflix.
Coloca una película y me siento en el sofá, se sienta a mi lado rodeandome la cintura con su brazo, jala de mi dejándome recostada en su pecho.

Puedo oír los latidos de su corazón.

Su mano libre reposa en mi muslo.

—Eres tan hermosa Amanda—Susurra en mi oído.

Su aliento choca contra mi piel, su lengua cubre el lóbulo de mi oreja para tirar luego con su dientes.

Siento mi respiración tornarse pesada y mi piel erizarse. Su mano da un aprenton a mi muslo y siento como se mojan partes que no es precisamente la boca.

Alza mi mentón y me mira fijo, baja la cara encontrando mi boca, saborea mi labio inferior antes de morderlo;un jadeo escapa de mí cuando siento su mano abrir mi pantalón y escabullirse mientras él no le da tregua a mi boca, sonríe sobre mis labios al comprabar lo mojada que estoy.

—¿No que no querías follar?—Dice con una sonrisa irónica.

—Cállate—Lo vuelvo a besar mientras me subo a horcajadas sobre él, su lengua invade mi boca y siento el bulto que hay en su pantalón.

Paso mi mano por el, sacándole un gruñido.

—Te quiero saborear Amanda—Me tira en el sofá, quitándome el pantalón junto con la ropa interior, la mira—Encaje—dice  oliendola—Mmm hueles sensacional cariño—Se saborea los labios—Me pregunto cómo sabrás.

Me abre las piernas y mete su cabeza entre ellas.
Mi clítoris palpita doloroso.
Siento su lengua lamer con suavidad haciendome jadear.
Empieza a succionar y creo que mi cerebro no sirve, chupa, lame, succiona es lo único que me repite.

Siento un espasmo y me tenso.

—Si cariño—Dice mientras intensifica lo que hace—Correte en mi boca.

Me agarro de su cabello y me dejo ir en el gran orgasmo que me abarca.

—Dios eres tan deliciosa—Muerde mi labio.

Nos besamos con agresividad, y baja para lamer mi cuello, me mira la cara mientras siento sus dedos tocarme.

—Te deseo Neyl. Quiero sentirte.

—Creí que nunca lo dirías.

Saca la erección de su pantalón y la roza con mi humedad sin dejar de mirarme a los ojos.

—¡Por favor!—Su juego me desespera.

Sonrie y de una estocada la mete toda, arrebatandome un gemido.
Se acomoda encima de mi embistiendo como un animal, se agarra de mis hombros clavándose más en mi.

—¡Joder!

El sudor nos empapa, y mi cerebro tiene un gran cortocircuito.

—¿De quien eres fantasía?—Dice pero no puedo responder.

—¡Dime!—Arremete violentamente—¡NO TE ESCUCHO AMANDA!

Mis gemidos se intensifican y me aferró a su hombro.

—¡Quiero oírte!

—Tuya joder—Digo en un hilo de voz—¡TUYA!

Dios va a partirme en dos y me encanta.

Mis sentidos se duermen mi cuerpo se tensa y me corro, joder me corro como una fuente.

El lo saca dandome vuelta, poniéndome en cuatro... Siento algo caliente en las nalgas.

Se vino en mi trasero ¿Enserio?

Miro a mi alrededor y todo está mojado.

¿Todo eso salió de mi?

Me levanto con vergüenza limpiandome.

—Eres la mejor fantasía.

Señor Gigoló.Where stories live. Discover now