Señor Gigoló.

Capitulo 7.

Estás mal Amanda.

Dos semanas después.

Mi mente divaga en el recuerdo de su piel, sus besos y caricias.

¡Diablos se sintió tan bien!

Sofía no deja de recalcarme, una y otra vez que fue lo mejor que he hecho.

Me siento mujer, antes lo hacía pero ahora me siento... completa.

Río para mí misma, si que está jodidamente bello.

—¿Fantaseando con Neyl de nuevo?—Sofia está preparando la cena.

—Dios es tan perfecto que es difícil de olvidar.

—Te dió un orgasmo en tu primera vez, no todas tienen esa suerte.

Me dejo caer en el mueble y miro al techo.

—Solo fue sexo Am no te hagas ilusiones—Sofia se quema con aceite—¡Carajo!.

Me acerco a ayudarla.
Y busco el botiquín.

—No me estoy haciendo ilusiones Sofi, solo me gustaría volver a verlo.

—¡No!—Se exalta—No creo que sea necesario Am—Finge relajarse.

—De todas formas, no creo volver a verlo—Me encojo de hombros—Ni me dió su número.

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Son las 9pm, Sofía no está y yo estoy súper aburrida.

No hay nada bueno en la televisión.

Saco mi celular.

Neyl Pockerman.

Ninguna red social arroja nada.
Es como si se fuera evaporado.

Googleo y nada.

Bien—Suspiro—me doy por vencida.

Camino con mi portátil a mi habitación.
Y cierro la puerta.

Pestaña incógnito.

Entro a las páginas prohibidas y
busco el vídeo de mi preferencia.

Los gemidos empiezan aumentar mientras empiezo a estimular mi clítoris.

Mi respiración se agita, dios, muevo mi mano en círculos y hago un poco de presión.
La sangre me bombea fluidamente y la respiración me pesa.

Cierro los ojos cuando creo llegar al climax...

—HOLAAAAAA ACABOOO DE...

Cierro el portátil de golpe.

—¡CARAJO SOFI TOCA LA PUERTA!

—¡AAAA VI TU VAGINA!

—¡NO TE MANDE A ABRIR LA PUERTA SIN TOCAR!

—¡NO SABIA QUE TE ESTABAS TOCANDO COMO QUERIAS QUE TOCARÁ LA PUERTA!

—Ya—Bajo la voz—No pasa nada, a la próxima toca por favor.

—Esta bien—Se rasca la nuca—Solo quería avisarte que llegue, estaré en mi habitación por si quieres algo.

Cierra la puerta y dejo caer la cabeza en la almohada.

1am y aún no concilio el sueño, solo divagó en su recuerdo.

—Al menos dime cómo te llamas.

—Soy tu fantasía favorita.

Sonrío ante aquel recuerdo.
Que tarada fui, tenía que haberle dicho mi nombre.

Llega una notificación en mi celular.

Karen: Estoy en el Luxifer, está re bueno el ambiente deberías venir con Sofía.

Karen es una amiga de la infancia, nunca creí que se llevaría tan bien con Sofí.

Luxifer, es el bar-club dónde conocí a Neyl tal vez podría verlo de nuevo.

Me levanto de un brinco y corro a la ducha.

Salgo y ojeo un poco el closet.
Debo comprar ropa nueva todo es de la temporada pasada.

Opto por unos shorts cortos negros y camisa de tirantes blanca.

Unos Vans quedarían perfectos.
Los agarro y me hago una coleta alta.

Tocó la puerta de Sofi pero como no responde, la abro.
Puedo verla dormida en su cama con una papita en la boca.

Entro y la arropó, quito la bolsa de papitas de la cama.

Salgo cerrando la puerta de nuevo.

Ubico las llaves de mi auto y salgo de casa.

—

Al llegar hay muchas personas, hombres me ofrecen bebidas a las que rechazo educadamente.

Voy a la mesa donde se encuentra Karen.

—Holiiiis—Saludo.

En la mesa están Moisés, Luis y Sara.

Son amigos de Karen pero ya he compartido muchas veces con ellos, estudian con ella y sus fiestas de la universidad son legendarias.

Todos saludan y me ofrecen un trago.

—Creí que vendrías con Sofi—Luis pregunta.

—No, está muy cansada, será en otra ocasión.

Asiente.

—Y que hay de nuevo nena—Karen sonríe—¿Ya hay quien domine a esta bestia?

—Aún no—Tomo otra trago.

—Ves Moisés tienes oportunidad—Dice riendo y el chico se sonroja.

Es un chico dulce.

Es de mi tamaño y delgado.
Su cabello negro está desordenado como siempre y sus ojos verdes no pueden verme sin hacer que se sonroje.

Ignoró los comentarios que hacen mientras veo alrededor.

Hay muchas personas y es difícil diferenciar un rostro por las luces de colores.

Bebo trago tras trago.
Y estoy empezando a marearme.

Voy a la pista de baile y un hombre se me pega.

Pasa su mano por mi cintura y empiezo a moverme para él.

Río, ingerí mucho alcohol.

El hombre pega su boca a la mía y correspondo el beso.

Nuestros labios bailan y su lengua intenta tocar la mía.

Siento que toman mi mano y me apartan de aquel hombre.

—No me gusta que se metan con mi fantasía—Susurran a mi oído.

Pero estoy tan ebria.

— Entonces hazte cargo de ella—Le respondo.

Tira de mi mano sacándome de la multitud.