Señor Gigoló.

Capitulo 8.

—Todo esto lo tengo por obligación,no por qué ese hombre me lo quiso dar.

—Ese hombre era tu padre.

—El que nunca estuvo pendiente ni de mi madre ni de mi.

—De todas formas Neyl.

Me levanto y salgo de la bañera.

Salgo del baño,en la cama ya está preparado lo que me pondré.

Me coloco el traje Versace negro,peino mi cabello que cae sobre mi frente.

Me coloco el Rolex en mi mano derecha y BOSS adorna el ambiente cuando lo disparo contra mi.

Salgo de la habitación bajando al comedor,Alisha está leyendo la revista más polémica de la ciudad.

Poz.

Las letras rojas resaltan en la portada de la revista.

Últimamente se han enfocado en saber quién es el dueño de unas de las empresas más importantes de la ciudad.

Ya que está en el anonimato desde que el padre le dejo todo,los ingresos han incrementado y nadie sabe el nombre de la persona con grandes ideas y mucho dinero en su poder.

—Su camioneta está lista señor.

Termino de desayunar y camino a la puerta.

—No te vas a despedir—Dice Alisha con burla.

—Jodete.

—Yo también te quiero cariño.

Me subo a la Jeep negra último modelo y saco mi celular.

—Valery dime qué reuniones tengo hoy.

—Hoy tiene dos señor,los inversionistas alemanes están en la cuidad y están pidiendo hablar directamente con usted... Por  otra parte están los de la prensa queriendo entrevistarlo.

—Ya sabes la respuesta de la segunda... Echalos de mi empresa.

—Pero señor...

—¿¡No me estás oyendo!? Sácalos de mi jodida empresa.

—Como ordene.

Corto la llamada.

Cierro los ojos y su rostro llega a mi mente.

Me imagino pasando la lengua por ese delicado cuello, acariciando sus perfectos pechos y impregnandome de su delicioso aroma.

Abriendo sus pliegues lentamente y lametiandole esa perla roja que se le hincha por la excitación,introduciendo mis dedos y saboreando su jugos mientras se corre en mi boca.

—Hemos llegado señor.

Abro los ojos saliendo de la erótica fantasía que sin duda cumpliré.

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ᒪᑌ᙭Iᖴᗴᖇ.

El gran letrero neón se cierne sobre mi mientras doy paso al local el cual está repleto de personas.

La música suena y voy a la barra por un Jack Daniels,el ambiente está a su máximo punto y las miradas coquetas de mujeres no tardan en llegar.

Mi mirada pasa entre las personas y me sorprendo al ver quién está en la pista de baile.
La persona con quién baila no es muy decente que digamos ya que la toca como un puberto.

Llegó con grandes zancadas y apartó las manos del hombre que la toca,noto lo ebria que está.

—No me gustan que se metan con mi fantasía—Le susurro.

—Entonces Haste cargo de ella.

No sé que estoy haciendo cuando la saco a jalones del club nocturno.

—Braulio—Llamo a mi guarda espaldas—Llevemos a la señorita a su casa.

—Como ordene.

Subimos al auto y reviso su bolso sacando su identificación.

Amanda Luos Pourlander.

Que nombre tan largo,ruedo los ojos.

Le pasó la identificación a al hombre que está en el asiento de copiloto.

Quien lo escanea con un aparato,cuál nos da la dirección a donde vamos.

La bajo pero está tan ebria que no puede sostenerse.

Entramos a una residencia.

—¡Martin!—Me suelta caminando al mostrador—Amigo mi hermano—Trata de subirse al escritorio para darle un beso y el hombre no sabe que hacer—No sabes cuánto te quiero—Empieza a llorar.

Y no puedo negar que la escena me parece divertida.

—¿Me puedes decir en qué departamento vive la señorita Amanda?.—Pregunto.

—Piso 9 departamento 93.

—Okey.

—Debe dejarme su identificación.

Hago lo que me pide y subo a la mujer borracha al ascensor.

Llegamos y reviso su cartera sacando las llaves.

—Eres tan ardiente—Dice acercándose para besarme pero se tropieza con sus propios pies yéndose de bruces al piso... Ríe tendida en el suelo.

—Dejame ayudarte—La levanto y entramos al departamento.

—Quiero que me folles—Empieza a quitarse la ropa.

Y la sigo a su habitación.

Me doy vuelta para dejar mis pertenencias en la cómoda pero para cuando volteó a verla está dormida en ropa interior.

Genial,no tendré sexo está noche.

Me terminó de quitar la ropa de mala gana y me acuesto a su lado.
No sé por qué su aroma me gusta tanto,al punto de relajarme demasiado hasta quedarme dormido.