Una misión fallida logra hacer que Hinata Hyūga viaje a otro mundo ajeno al de ella, donde aprenderá que el mañana no existe sino el hoy en manos del soldado Levi Ackerman.
Pero... ¿Qué sucede si ese hombre que te ayudó en tu oscuridad va por ti ha...
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Diclaimer: Los personajes NO me pertenecen. Los utilizo para crear historias sin fines de lucro, con el único objetivo de entretener al lector.
Este es mi primer Fanfics. ¡Espero sea de su agrado!
Pareja: Levi Ackerman/Hinata Hyūga
Mundo: Attack on Titan (Shingeki no Kyojin)/Naruto.
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—Eren limpia este cuarto, iré a ver el resto de las habitaciones —anuncio y salgo de alli dirigiéndome a donde están los demás.
Las risas se escuchan a medida que me acerco, quedo en el umbral de la puerta observando como Hinata tiene un pañuelo en su cabello y limpia con esmero la zona que le tocó mientras Mikasa está limpiando las ventanas y Armin ordenando algunos objetos de la habitación.
—Entonces él estaba todo malhumorado porque lo salpiqué de agua cuando resbale hacia el río, pero en eso que voy saliendo, dando saltos sale un pez enorme y se le estampa en el rostro, ese día fue divertido porque él no suele reír ni mucho menos hacer bromas, sin embargo, es algo que cuando lo recordamos juntos las risas nos pueden. —Escucho atento como narra su anécdota con una sonrisa tan hermosa, algo dentro de mí se remueve por la curiosidad de querer saber de quien habla, pero al instante lo desecho.
—¿Terminaron? —cuestiono entrando en la habitación, al instante conectamos nuestras miradas y le sonrío, al instante sus mejillas se encienden y las ganas de besarla aumentan.
—Sí, capitán, —Asiento y desvío mi mirada observando todo para que no quede nada fuera de lugar, Mikasa y Armin sale con una excusa tonta y me dejan a solas con Hinata, ella se gira y comienza a recoger las cosas de limpieza colocándola en su lugar, me acerco hacia a ella y me coloco justo detrás.
—Hinata —susurro a su oído y al instante se gira, no quito mi mirada de ella, me observa curiosa cuando comienzo a pasear mi mano de una forma lenta sobre la madera para comprobar que está totalmente limpia, sin embargo, lo hago observándola fijamente acortando la distancia hacia ella—, eres muy buena en tu trabajo, tanto que debería recompensar tu esfuerzo... —Mis manos van hacia su cintura y la apego más hacia a mí ella suspira y coloca sus manos alrededor de mi cuello y mis labios encuentran los suyos, suspiro entre ellos por el deleite de sentir su húmeda y sedosa lengua, me desarma en un segundo, mis ansias se abren camino dentro de mí y la estampo contra la pared, escucho su jadeo y en ese instante siento un fuego que en cualquier momento temo que me consuma, bajo la intensidad de este jodido beso y pego mi frente con la suya.
—Nos pueden ver —susurra con sus mejillas encendidas y su respiración agitada.
—Debe ser un pecado tenerte tantas ganas, Hina —menciono antes de volver atacar su boca de una forma voraz y desesperada, esa mujer me vuelve loco, su olor, sus besos, su piel, toda ella —, ya no me importa, quiero que sepan que eres parte de mí y que estamos juntos, ha pasado ya tres meses y todo este tiempo he tenido que soportar como mis compañeros te coquetean sin reparos frente a mí, no quiero volver a tener esa sensación de querer matar a alguno de ellos.
