VII. Cita

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Bulma

Vegeta se pasó semanas entrenando sin descanso, pasaba muy poco tiempo dentro de la casa y eso estaba bien para mí, así no tenía que verlo y sentir esas horribles mariposas en mi estómago.

¿Cómo es que me había enamorado de él? Parecía una broma muy cruel. A pesar de ello no iba a dejar que Vegeta, siendo quién es, usará eso en mi contra. Por eso me comporte con toda la normalidad que pude, y sobreviví a todo eso con la ayuda de Yamcha que siempre estaba de visita.

Él odiaba a Vegeta con toda su alma, no podía culparlo, y mantenía una distancia relativamente pasiva en cuanto al tema de mi enamoramiento se trataba. Prefería ignorarlo, pero su apoyo silencioso e incondicional me reconfortaba.

—Bulma, querida, ¿qué harás hoy?

—Trabajar, mamá. Tengo algunos proyectos que necesitan mi atención.

—Siempre hay algo que necesita tu atención. —En ese momento Vegeta entró a la cocina, últimamente ambos desayunabamos con mi madre por mí falta de tiempo para arreglar los robots de nuestro piso que misteriosamente habían estallado, mi teoría era que Vegeta les había hecho algo pero no podía estar segura. Un indicador de que tenía razón era como él no se quejaba al tener que comer con mis padres, y yo tampoco así que era un acuerdo tácito. —Sin embargo, es viernes. ¿Por qué no vas con Yamcha al cine o algo así? ¡Mereces divertirte!

—Yamcha tendrá un partido mañana, mamá. Necesita descansar.

—Tal vez pueda convencer a tu padre de ir a ver su juego, es un gran beisbolista. Además, mañana quiero ir a ver una pastelería en el centro… nos queda de paso.

—Si tú Lo dices.

—Me parece admirable que se lleven tan bien a pesar de ya no ser novios. Demuestra lo mucho que han madurado ambos.

Mi madre se marchó tarareando para ir al patio a hacer quién sabe qué. Me quedé a solas con Vegeta, comimos en silencio hasta que noté que me miraba de reojo constantemente.

—¿Tengo algo en el rostro?

—Ya no llevas los rizos.

Era cierto. Había decidido dejarme el cabello a lo natural una vez más, ese día lo llevaba suelto hasta la cintura y el flequillo molestándome sobre los ojos. Debía hacer una cita con la estilista pero no había tenido mucho tiempo.

—Te ves bien, así. —Me sonroje violentamente e incluso pude sentir una gota de sudor bajando por mi cuello. Qué Vegeta se comportará con normalidad y fuera atento conmigo no ayudaba a ese estúpido enamoramiento del que quería deshacerme.

—Gracias.

—¿Qué es un novio? —Me atragante con la comida, él me miraba como si hubiera cometido un pecado. Supongo que le resultó asqueroso que expulsará un poco de mi comida con la tos que surgió después de mi ahogamiento. —¡Eso es asqueroso, no lo hagas!

—¡No fue a propósito, Vegeta! —Después de dirigirnos miradas iracundas por un rato me decidí a contestar a su pregunta. —Un novio o novia es una persona con la que tienes una relación sentimiental y afectiva.

—O sea, sexo.

—Es más que sexo. Los novios comparten muchas cosas: tiempo, secretos, afecto. Se quieren.

—¿Tú y el insecto de Yamcha eran novios?

—Ajá. Desde hacía tiempo pero terminamos, ya no tenemos ese tipo de relación.

—Es como tener una esposa, ya entendí.

—Algo como eso. Pero para ser esposos necesitan intercambiar votos, hacer un ritual donde se juran amor eterno. Ser un novios es algo un poco menos formal que eso.

Te Necesito [Vegebul (Vegeta X Bulma)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora