meu amor - pedri gonzález

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De los 5 partidos que todos esperábamos que jugase nuestra Selección Olímpica, nos reunimos en mi piso para ver los dos primeros hasta con nuestros amigos más anti fútbol. Los de confianza ya sabían que algo había con Pedri y los que no eran de confianza para mi, lo eran para Joan, Ali, Ansu o Riqui y también querían apoyar a su amigo. ¿El resultado? Media población joven de Barcelona reunida por y para mi chiquitín en ambos encuentros. Además, Fer nos llamaba siempre por Facetime desde Tokio antes de los himnos para que nos sintiéramos un poco más cerca.
Si os preguntáis por Pedri, la respuesta es: sigue siendo el mejor de su equipo y también el más guapo del torneo. Que las buenas costumbres nunca cambien.
Y si vuestra siguiente pregunta es sobre nuestra "relación", la respuesta os encantará: sigue en el mismo punto en que la dejamos antes de irse. Hemos encontrado la forma de superar el cambio horario y hablar todo lo que podemos. Mantenernos informados de nuestro día a día nos hace sentirnos más cerca el uno del otro. Además, que cada vez que nos veamos las caritas por videollamada nos muramos el uno por el otro ayuda bastante, para qué mentir.
Os hablaba antes únicamente de los dos primeros partidos de los cinco que deberían jugar (puesto que ello significaría que han llegado a la final) porque para la fecha en que se juega el tercero ya me encuentro en Ibiza. Sí, el verano de mi vida tiene otro plan que se basa en las vacaciones de cada año desde hace 4 veranos con mis chicas. Ali y yo pensábamos que sería nuestro único viaje este verano. Todo ello, claro, antes de conocer a quien lo ha puesto todo patas arriba: Pedri González.
Y hablando de mi chiquitín, justo lo llamo por videollamada en este momento en que acabo de terminar de instalarme en la casita que hemos alquilado para nuestras vacaciones en Ibiza. Me voy a la terraza para que mi amiga Sara, con quien comparto habitación estos días para descansar de la convivencia 24/7 con Ali, me escuche y se burle (una vez más) de "lo cursi que soy cuando hablo con él". Por supuesto estoy aquí para desmentir esa información, pero no me extenderé más porque Pedri hace acto de presencia en mi pantalla. Tiene cara de cansado y está sin camiseta, lo cual sólo puede significar dos cosas: 1. viene de entrenar y acaba de llegar a su habitación, 2. hoy es el día en que firmo mi sentencia de muerte porque me muero completamente por él.
Sonríe inmediatamente y lo primero que hago, tras dedicarle mi mejor sonrisa, es enseñarle las vistas mientras me hace burla. Sí, algo que nunca cambiará tampoco es nuestro pique Baleares vs Canarias. Tras hacerme un resumen de lo que lleva de día, le cuento qué tal el vuelo y nuestra instalación en el hotel y acto seguido se me queja de que le voy a abandonar. Se que lo dice en broma porque, además, es el primero que me dice que disfrute lo máximo posible del tiempo con mis amigas, pero esa carita de perrito abandonado que me pone debilita todas mis defensas. Es cierto que no es el inicio de "relación" ideal que me gustaría tener: viéndonos poco, siempre en compañía de amigos y teniendo que separarnos por su trabajo durante periodos de tiempo largos y distancias lejanas. Pero ver su cara a través de una pantalla vale todo. Y hacer planes para cuando nos volvamos a ver, más aún. Le veo en la pantalla haciendo aspavientos para llamar mi atención porque me he quedado totalmente perdida en mis pensamientos y le saco el dedo corazón en reprimenda. Sara sale al balcón a saludarle y me indica que las chicas han dicho que en 5 minutos nos vamos. Otro punto a favor de Pedri es ese: todas mis amigas, aún sin conocerle, le adoran. Y él a ellas. Y yo pues babeando, la verdad sea dicha. Me despido de mi chiquitín prometiéndole que me lo voy a pasar súper bien y él devolviéndome la promesa de que va a descansar. Le lanzo un beso a la pantalla y él me guiña el ojo, sabe que me encanta y que si pudiera ahora mismo me iba a Tokio y me lo comía entero.

Me reúno con mis chicas y, tras las bromitas sobre "mi encoñamiento", damos comienzo a nuestras más que merecidas vacaciones. Coincidir una semana completa todas no es nada fácil y pensamos exprimirla al máximo.

——————————————————————————Hemos sobrepasado el ecuador de nuestras vacaciones. Sara, Alicia, Carlota, Marta, Andrea y Paula: el club de las 5+1, como siempre nos hemos autodenominado, está en Ibiza para dejar huella. Y eso hacemos. Con deciros que nuestros momentos de mayor relax son ver los cuartos de final y semis de mi chiquitín (que ya es nuestro chiquitín), os lo digo todo. Porque sí, mi única petición expresa en estas vacaciones fue que no podía estar desconectada del sueño que estaba viviendo Pedri, jamás me lo perdonaría a mi misma, y ellas no pusieron ningún pero.
Tras la victoria en semis no me ha dado a penas tiempo de llamar a Pedri antes de volver a salir de fiesta, así que le dejo un whatsapp y sigo ultimando mi outfit. La prisa que tenemos se debe a que nos hemos unido a un grupo de chicos que se hospedan en el piso de al lado aquí en la isla desde hace unos días y ahora salimos cada noche juntos de fiesta y, por supuesto, ya vamos tarde. Los chicos nos caen súper bien y nos divertimos mucho con ellos, sin embargo ese no es el motivo principal de la fusión de grupos (sabemos pasarlo bien solitas, está claro): Andrea lleva liándose con uno de los chicos desde el primer día y claro, nosotras como amigas pues teníamos que ceder terreno para su disfrute.
Es nuestra penúltima noche en Ibiza y el hígado aún parece no acostumbrarse a tantas copas. Como cada noche, nuestros Instagram Stories se convierten en la envidia de todo aquel que no puede vivir este sueño que es estar en Ibiza. Desde que vamos en motos hacia la discoteca hasta que estamos dentro: en estos tiempos, si no postureas, ¿realmente te lo estás pasando bien?

Instagram Stories Paula

Instagram Stories Alicia

Al colgar la ultima foto con Sergi (el ligue de Andrea) y Ali, me percato de que tengo un mensaje de Pedri. Me contesta simplemente a lo que le dije con anterioridad, que fue darle la enhorabuena por pasar a la final y decirle cuán orgullosa estaba de él. Me apetece picarle con que es muy soso, cosa que odia, pero no me veo en facultades para escribir vacilando y no ser yo quien quede mal y, además, Ali ya se acerca a mi peligrosamente con un chupito en la mano.

La "noche", por decir algo, acaba a las 7:30 de la mañana y cuando caigo en la cama una vez desmaquillada y todo no me lo puedo creer.

-Tienes que darle casi que el buen provecho ya a tu niño.- dice Sara acostándose a mi lado y la miro sin entender.- ¿No van 7 horas por delante? Ese está ya hasta comiendo.

Caigo en la cuenta de que tiene razón e intento desbloquear mi móvil para dar señales de vida, no solo a Pedri sino a mis padres, que estarán a punto de pillar un ferry y venir a descuartizarme. Para mi mala suerte, mi iphone está sin batería así que decido cargarlo y esperar a que encienda. Sin embargo, me quedo profundamente dormida antes de que eso suceda.

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Abro los ojos bastante desorientada cuando escucho ruido en la casa. Sara ya no duerme a mi lado y enciendo mi móvil para saber a qué horas estoy amaneciendo. Para mi sorpresa, son solo las 13:00 de la tarde. Pero no es la única sorpresa que me llevo, mientras repaso los whatsapp recibidos para decidir qué contestar antes de meterme en la app, veo uno de Riqui que me llama especialmente la atención:

"Pringada! Nos llamamos cuando vuelvas a ser persona? Tu Pedri está bastante rayado, he hablado antes con él. Luego te cuento"