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La vuelta a los días laborables de la semana fue como un jarro de agua fría. Eran mis últimas semanas en la clínica y después de verano me dirían si contaban conmigo para seguir trabajando tras las prácticas o si, por el contrario, prescindían de mi. Tener mi futuro en el aire es algo que me agobia y es por ello que Ali ha estado aguantando estoicamente mis chapas para desahogarme. También las salidas esporádicas a cenar o a tomar el sol a la playa con nuestras amigas habían ayudado despejarme. Y bueno, también debo hacer mención honorífica a mis culés favoritos que me han alegrado los días con sus tonterías por el grupo de whatsapp. Volvieron a los entrenamientos y no les he vuelto a ver ya que en dos partidos podían proclamarse campeones de Liga y estaban muy concentrados en ello. Todo el tiempo hacemos bromas y hablamos sobre cosas que haremos en Mallorca. Siendo chicos que lo tienen todo, me alegra poder ilusionarles con algo tan sencillo como llevarles a mi casa.
Si os preguntáis si Ali sigue empeñada en que me gusta Pedri, la respuesta es: por supuesto. El día que le convocaron para la Eurocopa todos subieron alguna historia a Instagram felicitándole y él les contestaba dándoles las gracias, lo típico, así que yo me uní. Simplemente subí la foto de la convocatoria y añadí un "¿el tal Pedri ese quién es? 🙄 VAMOS". Me hace gracia picarle y que me lo devuelva, es mi pasatiempo favorito últimamente. Bueno pues su respuesta a eso llegó por whatsapp y desde entonces hablamos cada día. Os podéis imaginar como se encuentra Ali después de eso. Pista: fatal.

El día de marcharme a Mallorca llegó y me marché con resaca por haberme despedido la noche anterior de las chicas. Cuando nos juntamos todas no hacemos una buena. Llegar a mi isla, ver a mi familia y comer a la orilla del mar era un chute de energía que no sabía que necesitaba. Aproveché para hablarles a mis padres sobre los chicos que vendrían en dos días, ya que a Ali ya la conocían y de Riqui habían oído hablar mil veces en los últimos años.

-¿Con cual estas saliendo?- me pregunta mi padre y casi me atraganto con mi cerveza.
-¡Marco!- le regaña mi madre mientras yo me recupero.
-Con ninguno, papá, por dios. Quizá con Ali acabe casándome pero ya está.- bromeo para quitarle hierro al asunto y él asiente.

Los dos días pasan volando y siento que los he aprovechado al máximo, tanto con mi familia como con mis amigos de Mallorca. Interrumpe mis pensamientos mi móvil vibrando y bajo corriendo a la puerta del hotel. Una vez ahí veo llegar un taxi del que bajan mis amigos. Ali viene como una loca a abrazarme como si no nos hubiéramos visto en años pero en cuanto ve a mis padres detrás de mi me abandona. Abrazo a Riqui y a Joan a la vez, nos encantan los abrazos de tres.

-Mis cachorritos.-digo deshaciendo el abrazo y paso a Ansu.- ¡Ansuuuuuu!- abrazar a este chico es como abrazar a un unicornio, tiene la piel más suave que he visto en mi vida.- ¡Chiquitín!- digo bajito y Pedri sonríe.

Dicen que lo último siempre para lo mejor y mi chiquitín es prácticamente eso. No se puede ser más mono con esa sonrisita que derretiría a cualquiera. Acepta mi abrazo mas que encantado e incluso lo intensifica. Le sigo abrazando de lado y me acerco a los demás, a quienes Ali ya ha presentado a mis padres.

-Bueno, y este es Pedri, si tu hija lo suelta te lo presento.- suelta Ali y tengo que meditar para no matarla.

Mis padres se ríen y Pedri me saca la lengua. Se saludan y mis padres se ponen a hablar con todos. Mamá se despide porque tiene que volver al trabajo y nos vamos con papá hacia el puerto donde nos espera nuestro catamaran para el finde.
Nos instalamos y conocemos al patrón de nuestro barquito, del cual Joan ya se ha hecho mejor amigo.
Mi padre se despide diciendo que luego viene a por nosotros para ir a comer. Inmediatamente nos ponemos los bañadores y nos tumbamos a tomar el sol y descansar, que es precisamente lo estipulado para la mañana de hoy.

-Te dije que las mejores vistas estaban aquí, chiquitín.- digo acercándome a Pedri y sacándole de su estado de coma bajo el sol.
-¿Me has despertado para eso?- se ríe.
-Ya me voy.- respondo levantando las manos.

Inmediatamente me coge y me tumba con la cabeza encima de su pecho. Seguimos hablando con todos mientras se dedica a jugar con mi pelo.

-Los enredos que estas haciéndome a ver como los quitas luego, guapo.- le digo bajito.
-Guapa tú.- me responde y me giro, apoyando las manos en su pecho.
-No me ignores.- digo pegándole despacito en el pecho y se ríe.
-Mira, ¿ves? Peinada.- sigue alborotándome el pelo.
-¡Pedriiiiiiiii!- me quejo y caigo rendida, apoyando la cabeza en su pecho pero esta vez boca abajo.- Que bien hueles.- susurro contra su pecho y le siento reírse e inmediatamente echar mano de nuevo a mi pelo para jugar con él.
-¿Pau?- llama Riqui mi atención y me levanto para mirarle.
-Ostras, parece que viene de una noche de pasión.- suelta Joan y le saco el dedo riendome.
-Vengo de pelearme con un gato.- digo y siento que Pedri se incorpora y queda a mi lado.- El gato en cuestión.- añado cogiéndole la cara con una mano.

Pasamos el resto de la mañana lanzándonos al agua y tomando el sol, tratando de descansar para esta tarde darlo todo bebiendo en el barco. Sobre las 2 nos recoge mi padre y nos vamos al restaurante del hotel de mi madre a comer con ellos. Los chicos congenian estupendamente con mis padres y me explota el corazoncito. A un lado tengo a Ali y a otro lado tengo a Pedri, aunque ninguno me hace caso ya que mi amiga está completamente ensimismada en una conversación con mi padre y Pedri por su parte está siendo acaparado por mi madre.

-Toma, chiquitín.- le digo a Pedri dándole la parte de mi comida que no me gustaba y que le había prometido.

Me responde con una sonrisa y sonrío de vuelta. Miro al frente y veo a mi madre mirándonos y me levanta las cejas. Oh, oh. Madre en modo Alicia no, por favor.

meu amor - pedri gonzález Where stories live. Discover now