20

4K 118 1
                                    

Es nuestra última noche en el Puerto de la Cruz, y en Canarias en general, y hemos decidido salir a cenar y a dar una vuelta. Lo cierto es que el ambiente es muy tranquilo pero no pedimos más; no buscamos fiesta, solo desconexión. Como outfit elijo un vestidazo que lo mismo que tiene de bonito lo tiene de complicado de poner y he necesitado la ayuda de Pedri y toda su paciencia. A estas alturas que me vea ya semi desnuda no es una novedad. Eso sí, siempre con sus comentarios picantes para conseguir dejarme sin palabras.

-Ha costado, pero ha merecido la pena.- dice a mi espalda mientras me termino de ajustar el vestido frente al espejo.- Estás tremenda.

Me río y me giro para dar un manotazo en su pecho aún desnudo. No ha podido vestirse aún por ayudarme a mi. Posa directamente sus manos en mi culo y me acerca a él para besarme y yo me dejo hacer porque soy incapaz de decirle que no a un beso aún sabiendo que vamos tarde.

-Tienes que vestirte.- intento hablar mientras sigue dando besos en mis labios.
-Tengo que aprovechar, que ahora te pintas los labios y no me dejas besarte.- confiesa y me derrito un poquito más con él.

Esta vez soy yo quien se lanza a sus labios y sonríe encantado durante el beso.
Le ayudo a elegir camisa y lo cierto es que está guapo con todas, pero una camisa celeste de lino y Pedri son la combinación que nadie sabía que necesitaba pero todos necesitábamos.

-¡Ya están aquí los muñecos de la tarta!- grita Joan cuando hacemos acto de presencia en el salón.- ¡Alicia cuando tú quieras, eh!- vuelve a gritar aún más fuerte y mi amiga sale corriendo de la habitación guardando trescientas cosas en un bolso minúsculo.

Como nada es tan bonito, ahora Riqui se hace pis y Ali aprovecha para retocarse el pintalabios. Joan y Fer ya están en la puerta así que Pedri y yo salimos con ellos. ¿Que cuánto dura el pis de Riqui y el retoque de labios de Ali? Bueno, digamos que me ha dado tiempo de hacerme un par de fotos, retocar la que me gustaba y subirla. Así son.

Instagram

Instagram

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

paula.rm puede ser que no quiera irme 🥺✨
💬 joan_msa clarooo, por qué (quién) será 🙄
↪️ por ti, mi amor ❤️‍🔥
💬 pedrigonzalez CANARIAS SUPREMACY 🇮🇨
↪️ perdona, quien eres y por que dices eso?🙂

-Me siento utilizado para despistar.- dice Joan refiriéndose al comentario de Instagram.

Me encojo de hombros dejando claro que puede que ese sea el motivo y él intenta revolver mi pelo. Me escondo corriendo detrás del cuerpo de Pedri y este pasa sus brazos hacia detrás para poder tener contacto con mi cuerpo. Siempre que estamos cerca buscamos el contacto uno del otro y creo que eso es precioso.
Llegamos, por fin, al restaurante en que habíamos reservado y la cena transcurre sin más incidentes que un casi atragantamiento de Ali. Fer dice que le ha salvado la vida pero lo cierto es que la otra dramática estaba exagerando de lo lindo. Me ha tocado casi que en la otra punta de la mesa de donde está sentado Pedri y debo admitir que ya echo de menos como me toca el pelo cuando mientras habla o escucha cualquier conversación. ¿Como es físicamente posible echar de menos a alguien a quien tienes a menos de 3 metros de distancia? Quizá también influya el hecho de que esté rodeada de Riqui y Joan y su bullying hacia mi persona, no descartemos ninguna línea de investigación.
Una vez pagada la cuenta, abandonamos nuestra mesa y Pedri inmediatamente se acerca a mi posando su mano en mi cintura para dirigirme hacia la salida. En cuanto estamos en la calle deja un largo beso en mi mejilla y me pongo de puntillas para devolverle el gesto de cariño con un pico en los labios. Sonríe mientras le quito los restos de pintalabios y nuestro momento de complicidad se ve truncado por el metomentodo de Joan.

-¿Cuando te vayas a Tokio que vais a hacer, tío? ¿Cybersexo todos los días?- pregunta mi amigo arrancando una carcajada de Pedri y provocando un ataque de violencia más que típico en mi hacia su persona.

Estamos caminando tranquilamente por el paseo marítimo, aún sin decidir cuál es nuestro siguiente plan, cuando nos vemos de pronto en una fiesta de pueblo. Quien es de pueblo sabe que no existe mejor plan que ese: escenario, música, barra y gente bailando. No nos lo pensamos dos veces y nos integramos entre los asistentes. Algunas personas reconocen a Pedri, sobre todo niños, y este asiente sonriente a cada una de las personas que le piden una foto. Era cuestión de tiempo que le reconocieran por aquí, supongo.
Ali y Joan están bailando como si fueran una pareja de guiris mientras yo me rio de la escena. Fer y Riqui mantienen una conversación sobre no se qué y Pedri viene de hacerse una foto más. La verdad es que no estoy acercándome demasiado a Pedri porque si hay algo que odie en esta vida es que parezca que quiero ser el centro de atención. Es decir, obviamente no escondo que conozco a Pedri y creo que ya no es un secreto 100% que algo tenemos, pero estar encima de él sabiendo que la mitad del paseo marítimo está pendiente suya... no me parece.
Aún así, mi chiquitín viene directo a mi y se coloca detrás mío. Deja un beso en el hombro que llevo al descubierto y sujeta el brazo en que no tengo la copa para hacerme bailar. Nos reímos y por dentro soy aún más feliz de que hayamos podido encontrar un momento de complicidad entre nosotros dentro de todo el caos.
A lo tonto hemos pasado una noche increíble de bailes, copas y risas. Con deciros que son las 4 de la mañana cuando llegamos a casa, os lo digo todo.
Después de otra prueba de fuego a su paciencia, Pedri consigue quitarme el vestido y quedo desnuda ante él, solo con un tanga minúsculo. Sigo estando con la regla y además mi plan no es que nuestra primera vez juntos sea con nuestros amigos pared con pared y teniendo que contenernos en un momento tan especial. Aún así, no soy capaz de pararle cuando esta prácticamente comiéndome la boca con ansia. Gracias al universo no tengo que hacerlo y es él mismo quien frena en seco.

-Ponte esto y aléjate de mi, por favor.- dice cogiendo de encima de la cama su camiseta que uso de pijama y tendiéndomela.

Me río mientras me la pongo y le escucho suspirar. Rodeo su cuello con mis brazos y dejo un par de besos cortos en sus labios. Apoya su frente contra la mía y vuelve a suspirar. Le aprieto la cara con las manos, vuelvo a dejar otro beso en sus labios y me doy la vuelta para dirigirme hacia el baño, no sin antes recibir la cachetada en el culo de cortesía por su parte.
Cuando salgo del baño ya está metido en la cama esperándome puesto que él ya se lavó los dientes y demás antes de proceder a la lucha con mi vestido. Me meto en la cama con él y al momento me aprieta contra su cuerpo.
¿Os acordáis cuando decía que no me gustaban las Canarias, etc? Bueno, digamos que ahora no me importaría quedarme a vivir en este momento, en este lugar y con esta compañía para siempre.

meu amor - pedri gonzález Donde viven las historias. Descúbrelo ahora