Capitulo 9. Mi persona favorita

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¡Hola!
Lo primero: feliz Kagehina day atrasado, sé que fue ayer pero mi vida los viernes es un infierno y no pude subir nada, y eso que tenía algo pensado LLORO. En fin.

Para celebrar esta maravillosa fecha, subiré dos capítulos de Nadie duerme en Tokio.

¡Gracias! ¡Adoro todos vuestros comentarios!

—Miwa, lo siento —Tobio estaba escondido en los baños del CAR, apretando el teléfono móvil contra la oreja

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—Miwa, lo siento —Tobio estaba escondido en los baños del CAR, apretando el teléfono móvil contra la oreja. Sus ojos se fijaban en el chorro de agua corriendo desde el grifo del lavabo hacia las cañerías, dispersando el ruido de su conversación. A una pared de distancia, el resto de la Selección entrenaba con normalidad.

Llevaba la equipación de invierno. Tenía las manos frías, los pies de escarcha, el corazón apretado.

—¿Que lo sientes? —dijo Miwa, casi un grito—. Me importa una mierda lo que sientas si no eres capaz de coger un tren y venir a ver a papá.

—No puedo —Su reflejo en el espejo era espeluznante. Ojeras bajo los ojos, piel pálida, más delgado. No podía encontrar ahí al deportista de proyección internacional que todos decían que era. Un hombre, joven adulto, una persona completa, ¿dónde me perdí? Sólo podía ver al niño de ojos grandes, demasiado solo, abrazado a una pelota de vóley. Se dio la vuelta, mejor mirar la pared—. Yamagawa-san no me da el día libre, se lo pedí pero se ha negado.

—¿Te ha secuestrado? Dime, hermanito, ¿tengo que llamar a la policía? ¿Llevas una cadena atada a un pie que te impide marcharte? —Tobio no contestó—. ¡Somos tu familia! El abuelo-

—No hagas eso —le cortó él, apretando los párpados con tanta fuerza que pronto todo eran luces blancas—. No le metas en esto.

—¿Qué crees que habría hecho él? Puede que papá no haya sido el mejor padre contigo, pero aún así... Es papá. El abuelo te habría dicho que movieses el culo y vinieses a despedirte. Tu entrenador no te va a echar. Eres el mejor, Dios, eres el mejor colocador del país, nadie te va a echar, hay un tren... Hay un Hayaten que sale dentro de una hora. Cógelo, Tobio. Aunque no lo hagas por él, hazlo por mamá.

—Ella ni siquiera me ha llamado —murmuró, frotándose los ojos con la mano libre.

—Entonces hazlo por mí. 

Tobio apretó los labios. Quedaban tres horas de entrenamiento y después, durante la cena, tal vez podría... Sendai estaba sólo a hora y media en el Shinkansen, y su padre estaba ingresado en el hospital del centro, a diez minutos en taxi de la estación.

—Cogeré el Hayate a última hora.

Oyó el suspiro de Miwa al otro lado y antes de que pudiese volver a hablar, colgó.

Aki le ayudó durante la cena, acercándole en su coche hasta la estación de tren. Había mucho tráfico. Ninguno de los dos habló durante todo el camino, pero Aki puso radio-sports, la emisora favorita de Kageyama, pese a que él la odiaba porque Ka-kun, cuando se viaja se escucha BTS, no señores aburridos calculando cuántos metros puedo saltar.

Nadie duerme en Tokio |KageHina|Where stories live. Discover now