Capítulo 8. Hazme volar

1.2K 161 616
                                    


¡Hola!
Amo todos vuestros comentarios, muchísimas gracias.
He tenido que corregir este capítulo deprisa, espero que no se hayan colado muchas faltas.

Mi rezo del sábado:

Os amo
Perdonadme
Juro que es KageHina (pero tendréis que sangrar por ello)

Os amoPerdonadme Juro que es KageHina (pero tendréis que sangrar por ello)

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

De niño, Aki quería reunir las siete Bolas de Dragón. Y después, ser futbolista. Y después, el mejor ninja de todos los tiempos. También quería ser patinador artístico. Y pirata. Y conductor de camión de bomberos, miembro del FBI americano, titán de ataque, detective secreto, el último jedi.

—¿Y tú? —le preguntó a Kageyama después de mudarse al CAR. Tobio tenía diecinueve años, era alto y serio y demasiado sincero para su propio bien. Llevaba el flequillo largo, y se ponía una pincita amarilla para jugar porque cada vez que intentaba ir a la peluquería a cortárselo, se perdía por el camino y acababa en un barrio de las afueras.

—¿Yo qué?

Era gracioso sin darse cuenta. Aki le admiraba secretamente, porque es un poco extraño admirar a tu compañero de equipo que tiene tu misma edad. Pensaba que si fuese un poco más como él, si tuviese un poco más de Kageyama, a lo mejor su familia podría sentirse más orgullosa.

—¿Cuál es tu sueño?

Kageyama era silencioso. Pensaba más de lo que hablaba, y eso estaba bien.

—Ser el último en pie sobre la pista —contestó, simple, antes de atacar el plato de arroz.

—¿El último? Eso no es posible, Ka-kun —dijo, sonriendo y dándole un codazo. Kageyama le miró con el ceño fruncido, sin entender—. Siempre jugarás con otros cinco, así que ¿con quién quieres quedarte hasta el final?

Kageyama miró el arroz y después a Aki.

—Con los cuatro más fuertes.

—Cinco —le corrigió, enseñándole la mano, abierta, con cinco dedos—. Los cinco más fuertes.

Kageyama le tocó el dedo pulgar, un golpe ligero, mirándole muy serio.

—No —dijo—. Este puesto está reservado.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Nadie duerme en Tokio |KageHina|Where stories live. Discover now