5 minutos

17 6 36
                                    

Quedamos en vernos y salimos a tomar un helado.

Hablando de todo y de nada salió el tema del sexo y del tiempo necesario para convencer a alguien de irte a la cama, él alardeaba y yo no podía dejarlo así. Necesitaba bajarle los humos

-¿Crees que 5 minutos te bastarán para llevarme a la cama? En ese tiempo ni siquiera habrías conseguido desnudarme

-No necesitaría hacerlo. Te desnudarías sola para mi y podría hacer que lo hagas en un minuto, puedo volverte loca en menos de ese tiempo

-No sé con qué clase de chicas habrás estado pero yo soy diferente

-Y créeme que yo también soy diferente a los chicos con los que tú debes haber estado, esos que demoraban más de 5 minutos en volverte loca

-El amor no es algo de rapidez

-Nadie hablaba de amor. Hablamos de placer, de excitación, de desear con locura al otro.

Definitivamente comprobaba que este chico era totalmente distinto a lo que yo buscaba en un hombre. Esos chicos que te ofrecen las estrellas, que te llevan a hacer picnics en lindos parques, con quienes compartes atardeceres, quienes te dedican poesía. 

Este chico no creía en el amor, para él este sentimiento estaba sobrevalorado. Él era más de momentos, de instantes fugaces de placer. Y que yo nunca había querido experimentar en mi vida pero hoy, frente a él, y con las ganas que tengo de que me haga suya, podría hacer una excepción.

Finalmente soy grande y soltera, ¿por qué debería medirme? ¿por qué no atreverme? ¿por qué frenarme? ¿Qué me detiene?

Osea sí, las palabras de mi madre, de llegar virgen al matrimonio, de cuidar mi flor porque sino ningún hombre me valorará. 

Pero son otros tiempos y es mi vida, mi decisión, mi disfrute y sé que él podría hacerme disfrutar de gran manera. Todas esas sensaciones solo vividas a través de la literatura erótica podrían hoy llegar a su máximo esplendor después de una sesión amatoria con este tipo.

Pero y si es un poco agresivo, o si tiene manías raras. Ok, debo dejar de pensar en Christian Grey

Me acerco a darle un beso en la mejilla y le digo

-En mi casa a las 8

-Que sea en la mía a las 6

-Que imponente

-Que contreras

-Que infantil

-Que hermosa 

Ey, ey, alerta conciencia. Este guey nos está tratando bonito, dos piropos en un solo día, nada propio de él pero como diría mi madre, lo hace porque quiere robar tu florsita. 

Debo sacar las imágenes mentales de mi madre regañándome para poder concentrarme. 

Voy a casa, me cambio con un jean, una camiseta con logo de piñas, me sujeto el cabello en una cola de caballo y me pongo unas zapatillas convers , super casual. 

Voy a tener una cita que desembocará en sexo, será mi primera vez pero tampoco iré vestida como si fuera algo especial. Lo es pero nadie debe saberlo.

Estrenaré mi lencería decente. El único conjunto de encaje que tengo. Todas mis otras truzas y bras son de dibujitos o estampados muy infantiles. Así que optó por mi ventiunica lencería sexy, un encaje lindo y delicado en color vino. 

Estoy vestida, lista y con muchos nervios invadiéndome el alma pero trato de controlarme. Paso por el súper para comprar un vino, uno de oferta tampoco es que sepa comprar uno bueno y el presupuesto no me alcanza.

Pero no quería llegar con las manos vacías y pararme diciendo : "Aquí estoy, vengo a ofrecerte mi florecita" jajajaja, ok, debo dejar de dramatizar.

Llego a su casa, toco el timbre e ingreso. Todo está como la última vez que vine pero hay algo distinto, un aroma a romero que invade todo el ambiente.

-Estoy preparando la cena_ me dice muy cerca del oído y esa estúpida frase me hace estremecer, es como si me hubiera dicho quítate la ropa. Pero ¿qué me pasa? Necesito calmarme.

Me encantan los hombres que cocinan y que él cocine para mi lo hace especial. Así que me relajo, dejo los nervios de lado y pasamos una velada súper linda y romántica. Totalmente inesperada. 

Cuando terminamos de cenar comienza a recoger los platos y me opongo

-Déjame por lo menos lavar los platos

-Nadie tiene que lavar, solo los voy a recoger y podemos pasar a la sala o a mi cuarto

ok, este chico sí que era directo. 

Vuelve de la cocina con un pañuelo y me hace una seña para taparme los ojos con él.

-Como que es muy pronto para las sesiones de sadomasoquismo ¿no? _ le pregunto intentando romper la tensión, me siento nerviosa ¿por qué me cubre los ojos?

-Quiero mostrarte algo _ me dice mientras sonríe por mi ocurrencia anterior

Nos dirigimos al jardín y cuando llego me quedo embelesada con lo que veo. 

Puedo ser tu Pepsi ColaWhere stories live. Discover now