— Chica de ojos canela ¿Qué pacto con el diablo has hecho para sacarme de esa daga? —Pregunta furioso.

— ¿Creías qué te dejaría ir así de fácil? —Pregunto haciendo que me mire confuso. — Siempre tendré un plan.

Ve el cuerpo de Ethan. — ¿Qué has hecho?

— Darle su merecido. —Contesto. — Creyó que me había engañado y cayó en su propio juego.

Desliza los dedos por mi rostro, sonríe y echa la cabeza en mi pecho. Oh. . . Esta temblando. — Nena.

— Habría hecho cualquier pacto con el diablo para traerte de vuelta. Espero que eso te quede suficientemente claro.

Me abraza. Lo hace con tanta fuerza que termino derrumbándome en sus brazos. Siento mi corazón latir rápido y seguido, sus lágrimas deslizarme. Estaba realmente asustado. No quería marcharse, quería quedarse conmigo, pero al mismo tiempo lo habría sacrificado todo para permitir que Kaleb tenga la vida que él no pudo tener. Estoy demasiado orgullosa del hombre en el que ha logrado convertirse, y sé que seguiré estándolo con el paso de los años.

— Tío ¿Puedes dejar de morirte? —Pregunta Kendo.

— ¿Y tú, podrías dejar de darme alcohol barato? —Ambos ríen. Kendo lo ayuda a levantarse y se abrazan como nunca antes. — Ya me veía cuidando del pequeño demonio solo.

— Eres el padrino, lo cuidarás cuando necesite un momento a solas con mi nena.

— ¡Oye! Tengo algo que decir al respecto. —Añade Janet, llamando inexplicablemente la atención de Myke, que siempre la ha estado ignorando.

— Sorpréndeme. —Abre los brazos.

— Me recorrería cada rincón para devolvérnoslo, y más si sale como tú.

— ¿Encantador? —Pregunta sonriendo. Oh Dios mío o, están. . . Interactuando. ¿Qué ha pasado? — Mejor no os lo dejo, no quiero que se le pegue lo repelente.

— Idiota.  Me alegro de que hayas vuelto.

— Yo también.

Sorprendentemente se abrazan. Los miro confusa, al igual que Kendo lo hace y sonrío.

— ¿Qué ha pasado el rato qué han estado solos? —Pregunto a Jenna.

— Han hablado. —Contesta.

— ¿Sin discutir? —Pregunta Kendo.

— Discutiendo. —Responde Janet. — No es un mal tío.

Le miro. Él me sonríe y cubre mis hombros son sus brazos, pegando mi cabeza a su pecho. Besa mi cabeza un par de veces hasta que la alzo y consigue besar mis labios.

— Nos hemos librado del principito del infierno ¿Pero qué ocurre con Lucifer? —Myke hace la pregunta de la que incluso yo quiero saber la respuesta.

— No os molestará en un largo tiempo. —Contesta Jenna— Es todo lo que puedo decir.

— Ethan no podrá salir ¿Verdad? —Pregunto.

EL JUEGO DE LA BESTIA. ® [02]    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora