Dark Secret || TodoDeku - KiriBaku ||

Introducción

Nunca pensé que con la llegada de él mi vida daría un vuelco.

Nunca pensamos que con la llegada de ellos nuestra vida daría un vuelco, que aquel secreto que guardaban con tanta obsesión explicaba todo, desde su belleza hasta su locura.

Una belleza irreal, como ninguna otra, tan encantadora e hipnotizante que te hacía olvidar quienes eran.

Ellos hicieron que liberáramos nuestros demonios. Lograron que dejáramos de reprimirnos, que dejáramos que nuestros demonios que estaban atados y amordazados dentro de muestra cabeza se liberaran al fin.

Ellos hicieron que estemos como estamos ahora mismo.

Casi igual a ellos.

Y luego de eso, paso.

Aquel oscuro secreto que venía de la mano con el amor, la lujuria y la locura era tan increíble que al principio, el rechazo sobrepasó todo, pero al final del día, el amor te hace ciego, y las ganas de estar con alguien son más peligrosas que una daga.

Al fin y al cabo todos estamos locos, ¿no?

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Las luces de la cuidad daban una hermosa vista desde aquel mirador donde inició la verdadera historia que tenían detrás, la historia oculta después del caos.

El frío abrazaba sus cuerpos, y la tranquilidad entre ellos era tan notable que ni siquiera el sonido de los autos pasando podía sacarlos de aquel trance, pensando en todo lo que había pasado.

—¿No creen que fue emocionante todo el camino que recorrimos hasta ahora? —preguntó el chico de pecas, acostado en los muslos de su amigo.

—De cierta manera, sí, fue como una montaña rusa de emociones y experiencias... Podría atreverme a decir que terminamos peor de lo que empezamos —se rió el pelirrojo, mirando hacia al frente.

—Mierda, realmente no me arrepiento de nada —respondió el tercer chico, haciendo reír a sus amigos—. Estoy jodidamente loco de amor.

—Ni lo menciones, Azael —Izuku se rió, mirándolo.

Detrás de ellos se escucharon unos conocidos pasos, así que solo sonrieron y no se preocuparon el voltear.

—¿Están listos? —una voz profunda llegó a sus oídos, encantando los de uno en específico.

Los tres pares de ojos voltearon, encontrándose cada uno con el dueño de sus corazones y sus almas, sonriendo con picardía y diversión, comunicándose con tan solo una mirada con el otro, y ahí supieron que estaban listos.

Siempre lo estuvieron, porque el amor era una droga que te hacía nublar la cabeza y no pensar con claridad, porque el amor te carcomía las entrañas de la manera más hermosa posible, porque el amor era el arma más inocente y filosa que había en el mundo.

Y sobre todo, porque siempre fueron ellos. Sus almas siempre pertenecieron al otro y sus corazones siempre estuvieron en las manos del otro. Harían cualquier cosa que pudieran para verlos con una sonrisa y ojos brillantes... Y todo esto, fue la prueba más sincera de aquella promesa que hicieron antes de que la guerra se desatara.

Porque el amor siempre sobrepasa los límites.