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—¿Como estas? —pregunto Jasper entrando a la habitación con nuestra niña en brazos, había salido para que pudiera tranquilizar a nuestro hijo sin que su hermano terminara llorando también en el proceso—
—Cansada —Bostece cerrando mis ojos— pero este pequeño no quiere soltarme.
Mi hermoso bebe se había quedado dormido mientras le daba de comer. Cada que quiero separarlo de mi pecho comienza a quejarse, haciendo unos tiernos pucheros apunto de llorar.
Por lo que mejor decidí quedarme quieta con el aun en brazos.
—Es un lindo escenario —sonrió viendonos, tomó asiento a nuestro lado— soy demasiado feliz.
—¿Enserio? —pregunte con una sonrisa—
—Nunca me imaginé terminar así, crei que siempre viviría en mi propia soledad y el sufrimiento. —suspiro, comenzó a jugar con la manita de nuestra bebe— Alice ayudó mucho en encontrarme y llevarme con mis hermanos. Pero aún así, sentía esa soledad dentro de mi, hasta que tu llegaste, hasta que ellos dos llegaron.
—Siempre estaremos contigo Jass, tus hijos y yo, nunca te abandonaremos, estaremos juntos toda la vida.
—¿Por siempre?
—Por siempre.
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Habían pasado ya algunos días desde que tuve a mis bebes, sin salir de la habitación para poder descansar.
Los Cullen junto a la manada y mi familia tenían las ganas de ver a nuestros pequeños.
—¿Estan todos? —pregunte a Jasper mientras terminaba de cambiar a nuestra pequeña—
—La manada completa con sus respectivas imrprontas, tus padres y tíos junto a los Cullen.
—¿Lumiere sigue con el pelos de escoba de tu hermano?
—Salieron a dar un paseo con Renesme, vendrán en unas horas. —sonrei, nunca había visto tan feliz a Edward al lado de alguien, sin nada de toxicidad—
