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—Hija te esperan afuera. —me sonrió mi madre emocionada, por primera ves experimente esos nervios que cada chica tiene cuando su novio o cita viene a por ella—
—¿Estoy bien? —estire mis brazos a los lados, ella revisó mi ropa y asintió—
—Estas muy linda cariño.
—Gracias. —tome mi bolso con las cosas necesarias que talves pueda usar hoy— nos vemos en la noche.
—Puedes venir hasta mañana no hay problema, solo cuidate. —me señalo— y no me refiero a algún accidente.
—Entonces. —señalo ahí abajo dandose a entender mejor, senti mis mejillas arder—
—¡Mamá!
—Solo es un consejo, aun que si me gustaría ser abuela. —unio sus manos y las llevó a su pecho— sería un bebé demasiado hermoso, ¿te imaginas?
—¡Ya me voy!, no quiero hacer esperar a Jasper. —baje las escaleras antes de que dijera otra cosa más.
Sali de casa, Jasper se encontraba recargado en el auto con las manos en los bolsillos y una sonrisa burlona en el rostro.
—¿Lista? —asenti, me ayudó a subir al auto y cerro despacio la puerta.
Rodeó el auto tomando el lugar de conductor, sabía por su sonrisa que había escuchado todo ahí adentro.
Estaba apuntó de hablar cuando el me interrumpió, juro que nunca me había dado tanta vergüenza en un día.
—¿Un bebé? —pregunto sonriendo—
—¿Que piensas de eso? —tenía miedo que dijera que no—
—Sería lindo tener una mini tu.
—Un mini tu, sería lindo también.
—Pero eso sera más adelante —Asenti aliviada, “¡Espera!, ¿mas adelante?, ¿osea que si quiere uno? ”— no estés nerviosa, ahora centrémonos en pasarla genial el día de hoy.
—Esta bien. —El camino fue tranquilo, llegamos a casa de los Cullen donde Esme esperaba afuera por mi con una sonrisa—
—Hola cariño, tu estarás conmigo un rato. —la mire confundida— el todavía tiene algo que hacer.
—Pasaré por ti dentro de una hora. —beso mi frente y se fue a velocidad vampírica dejándome con varias preguntas en la mente—
—¿Que esta pasando?
—Algo que creemos todos puede gustarte mucho, por ahora entra. —sujeto mi mano derecha— te he preparado de comer.
—¿Acaso tratas de distraerme?
—Ya lo he hecho al mencionar mi comida cariño. —rei asintiendo—
—Tienes razón. —pasamos a la cocina la cual desprendía un olor demasiado delicioso, mi estómago gruño—
