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—¿Estas segura de ir? —mire a Jasper con una sonrisa tratando de tranquilizarlo—
—Más que segura.
—Pero ellos podrían dañarte, no quiero que eso pase.., yo no puedo protegerte allá.
—Estare bien, ellos no harán nada, además Emily estará conmigo. —subí al auto bajando de inmediato el vidrio— Estaremos bien Jasper, confía en mi.
—Confío en ti, eres inteligente y sabes defenderte. —sonrei— pero ahora yo no confío en ellos.
—Vamos Jasper, ya dejala ir. —lo sujeto del hombro Emmett dándome una sonrisa tierna y amable.
El no está de acuerdo con la horrible actitud de su esposa Rosalie lo cual hace que se sienta mal por lo mal que me ha tratado la rubia estos días.
Han estado peleando por quien tiene la razón, peleando por Bella y por mi. Emmett me cuida demasiado de ella, y Rosalie cuida a Bella de todos.
—Arranca antes de que se me suelte y vaya como cachorro abandonado detrás del auto.
—Nos vemos más tarde, cuiden de mis chicos. —ellos asintieron, di marcha al auto colocando un poco de música para poder calmar mis nervios y relajarme.
Aun no podía creer todo esto que estaba pasando, mis chicos parecían ya aceptar lo que estaba pasando. Pero aún así para Leah y Ailyn era un problema, pues ellas no soportaban el olor de los vampiros cerca, por lo que dormían afuera en su forma lobuna y por los días se mantenían vigilando alejadas de la casa.
Seth parecía estar cómodo, el era un único aparte de Jacob que parecía llevarse bien con los Cullen, aceptaba los almuerzos que hacia Esme para ellos y en ocasiones solía jugar con Emmett.
Jacob cuando estaba libre la pasaba junto a Bella y en ocasiones cuando no soportaba a Bella y Rosalie la pasaba junto ami. Las dos nombradas se habían vuelto un martirio para todos, era incómodo estar cerca de ellas, más de Bella.
No me había dado cuenta cuando entre a la reserva y cuando ya había llegado a la casa de Emily, la cual salió a recibirme.
—Que bueno que estas aquí. —me abrazo con fuerza—
—Tranquila, todo estará bien. —frote su espalda— yo me encargaré de eso, tenlo por seguro que lo haré.
—Gracias —limpio sus lagrimas— ellos están adentro, logre reunirlos mintiendoles un poco. —susurro lo ultimo—
—Vamos entonces.
—Aun están molestos —aviso antes de entrar a la casa, todos estaban reunidos al rededor de la mesa en total silencio—
—Hola... —murmure, giraron sus cabezas hacia mi y se pusieron de pie asustandome, lo cual notaron y bajaron la mirada— ¿Estan bien, chicos?
