Capítulo III: ❝Să dansăm deodată!❞

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─¡Buenas tardes, Lady Beneviento!─ las tres hermanas hicieron una reverencia en la puerta, y esperaron el permiso para pasar.

─Adelante─ habló la muñeca, una vez leyó el pensamiento de su dueña y amiga ─Como que hay muchedumbre en puerta últimamente, ¿no?; ¿Los testigos de Jehová ahora obedecen a los Dimitrescu?─.

¡¿Qué?!─ el pequeño comentario de Cassandra terminó en una reprimenda, a manos de Daniela ─Digo... que encantadora bienvenida, Lady...─.

─Lady Angie─ corrigió Bela, logrando que en las mentes de sus hermanas, ese nombre se grabara. Ahora sí le creían lo de haber lidiado con la muñeca en aquella pasada ocasión.

─Bien, Lady Angie, y Lady Beneviento. Gracias por dejarnos pasar. Desde ya les aclaramos que venimos por orden de nuestra madre, quien consideró apropiado escoltar a nuestra hermana, y vigilarla para que... el propósito de esta reunión no escale a más─ explicó Cassandra, siendo mirada atentamente por ambas señoras de la casa ─Espero no les incomode, ciertamente haremos todo a nuestro alcance para no molestar─.

─¡Incluso prometeré no romper la vajilla!─ el grito de Daniela resonó en la propiedad.

─De verdad lo siento, Lady Beneviento. Esta no es la forma en la que pretendía llegar hasta aquí─ Bela quitó la parte de su capa negra, que cubría su cabeza, y bajó algo avergonzada la mirada. Lo último que quería era incomodar aún más en el intento de nueva primera impresión, que quería causar.

─Lady Beneviento quiere que de ahora en adelante, la llame Donna─ Bela dirigió su mirada esperanzada a la muñeca, y luego dibujó una sonrisa de agradecimiento.

─¿Y nosotras también?─.

─Ustedes no─ regañó la muñeca ─Ahora, ¿piensan tomar asiento?, iré a traer algunas sillas más de la cocina, si me disculpan─.

─¡Claro!─ Daniela aún así, sentía cierta intriga hacia la muñeca. Le agradaba ese carácter burlón, que casi se le hacía similar de algún lado.

Angie cerró la puerta detrás de Cassandra, y luego de dirigirle una mirada despectiva, corrió con sus pequeños pies hacia el ascensor.

─Daniela─ la rubia de las hermanas llamó ─¿Podrías comportarte mientras me ausento?─.

─¡¿A dónde irás ahora?!─.

─A ayudar a Angie con las sillas, no creo que ella sola traiga dos más y las pueda poner en el ascensor─.

─Oh, claro, ya entiendo. Tú tranquila, no molestaré a Beneviento─.

─Yo no diré una palabra─ Cassandra dirigió una mirada fría pero serena hacia su hermana, y esta captó la sinceridad en sus palabras.

─Discúlpeme, Lady-ah... Donna, le dejaré unos segundos con mis hermanas. Vuelvo en unos instantes con las sillas y Angie, ¿le parece bien?─ la mujer asintió en silencio; agradecida internamente de la consideración de su invitada principal, y la dejó ir ─¡Y ustedes compórtense, zorras!─.

Lo mismo decimos, hermanita─.

Bela abordó el ascensor, poco después de que Angie entró, y ambas se esfumaron de la vista de las tres mujeres. Donna tranquilamente colocaba algo de azúcar en su taza, y mientras tanto, Daniela y Cassandra admiraban a la anfitriona con incomodidad. Ya no parecía tan divertido meterse en la reunión de su hermana Bela, a husmear.

Eso sí, debían admitir que la decoración interna de la casa, era bastante agradable. Por primera vez, ambas sentían lo que era la calidez de un hogar más humilde, pero no por ello poco cuidado. Esa mansión seguramente ocultaba cientos de secretos, y aquello a ambas les encantaba. Si tenían suerte de volver a ir, intentarían ganarse la confianza de la anfitriona, y descubrir algunos de aquellos misterios.

Dansuri Macabre • 〚 ᴮᵉˡᵃᵈᵒⁿⁿᵃ 〛Where stories live. Discover now