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Recojo un poco mi mesa en cuanto veo que son casi las 6 de la tarde. Había prometido a Ali, mi mejor amiga y compañera de piso, que no me retrasaría mucho, pero así soy yo cuando se trata de trabajo.
Para que me entendáis, os pongo en situación: es mi último año en la carrera de psicología, la cual estoy estudiando en Barcelona alejada de mi familia residente en Mallorca, y estoy realizando las prácticas en una clínica de bastante prestigio. Es por ello que intento dar todo lo mejor de mi hasta la saciedad, aunque signifique hacer horas extras. Esto último es lo que odia mi amiga. Precisamente hoy es el cumpleaños de nuestro amigo Riqui y lo celebra en su casa con su familia y sus amigos más cercanos. De normal Ali es muy independiente, pero hoy está atacada de los nervios y en palabras suyas "me necesita como al aire para respirar". ¿El motivo? Nuestro amigo Riqui es jugador del Barça y entre esos amigos más allegados invitados a su cumple se encuentran dos de sus amigos íntimos del vestuario: Pedri y Ansu Fati. Ali, que no está bien de la cabeza, se ha encaprichado absolutamente de Ansu a pesar de que le he repetido hasta quedarme sin voz que le llevamos 3 años. Pero claro, Riqui decidió hacer de celestino y encima a Ansu le pareció buenísima idea tontearle a mi amiga. Total, que se nos viene noche movidita con los padres de Riqui de cuerpo presente. Porque si algo no tiene mi amiga es vergüenza.

Una vez recojo mis pertenencias salgo de la clínica despidiéndome hasta el lunes de cada persona que me encuentro. Me monto en el coche y pongo rumbo a casa de Riqui. Por el camino Ali me llama 3 veces: dos para recordarme que saque el regalo que le hemos comprado a nuestro amigo del coche y otra para avisarme de que ya está poniendo en marcha su plan de conquista y que como no llegue pronto a controlarla se abalanza sobre Ansu.

Aparco y aprovecho para retocar mi sencillo maquillaje antes de entrar a la casa. Cojo el regalo de Riqui y llamo al timbre. Me abre mi amigo y me dirige hacia el jardín donde ya se encuentran todos los invitados.

-¡Paula! Qué guapa estás.-me saluda la madre de Riqui y le doy un cálido abrazo.
-Qué mona va esta chica siempre.-bromea Charlotte, la hermana de mi amigo.
-Qué tonta. Es que vengo directa de la clínica, no he pasado por casa ni a cambiarme.-me excuso.
-Todo mentira, ella va siempre así.-dice Riqui dirigiéndose a sus amigos del equipo y me percato de que no me he presentado.

Al presentarme, Ansu me aclara que es como si me conociera de toda la vida por todas las veces que me ha llamado Ali en esta tarde delante suya. Me río y bromeo con él, ya le adoro. Pedri también se ha ganado mi afecto con solo un saludo, esa sonrisa que tiene me ha ganado por completo.
Paso a saludar al resto de amigos de Riqui a los que ya conozco de antes y me voy a por algo de beber. Vuelvo al sofá donde está sentada Ali con Ansu, Pedri y Joan, uno de nuestros amigos. Me pongo a hablar con ellos e intento controlar un poco la efusividad de Alicia con el pobre Ansu.

-Tia, ¿baño?- me pregunta Ali y asiento.

Nos levantamos y nos vamos y siento que Pedri no me quita la vista. La verdad es que yo también le miro todo el rato, es la persona más cuqui que he conocido en mi vida.

-Bueno, ¿qué? Me lo tiro, ¿verdad?- dice Ali una vez en el baño.
-Tia que tiene 18 añitos, Alicia...
-¿Y? Ya es un hombretón! Además, ni que fuéramos dos vejestorios, tía.-me intenta convencer y me rio.
-Ali, si te lo vas a tirar de todas formas.
-A ver, ¿tú no lo harías?- pregunta retocándose el pintalabios.
-¿Tirarme a Ansu?- pongo cara de póker.
-¡No! A Pedri, por ejemplo. Está súper bueno.
-Pues no, Alicia, no. Porque tiene 18 años por dios.-me rio y la empujo a la salida.

Volvemos con el resto y seguimos con la charla que teníamos antes. Riqui se acerca con comida de la barbacoa y se nos une en la conversación.

-Al menos yo ya tengo carnet, no como otros.- ataca Riqui a sus compañeros de equipo y Pedri le da una colleja. Se adoran.
-¿Y como os movéis?- pregunta Ali, la cual ya está sentada prácticamente sobre Ansu, dejando claro que sí se lo va a tirar.
-Mi hermano es mi chofer oficial y Ansu se pega como una lapa.-dice Pedri y me rio.
-Pues si queréis luego os llevamos nosotras.-propone Ali y yo me rio.
-A la conductora le ha hecho hasta gracia.-dice Pedri y acto seguido me guiña un ojo.
-Yo os llevo sin problema, niño. ¿Por quien me tomas?- bromeo con él.

A partir de ahí mi noche se basa en picarme con Pedri y Joan, intentar que Riqui me defienda y ver como Ali y Ansu se comen la boca literalmente. Gracias al universo, los padres de Riqui no nos están haciendo ni caso y no están presenciando tal espectáculo de asaltamiento de cunas.
Me llevo a Pedri a donde están los familiares de Riqui para que coma algo más ya que se ha quedado con hambre pero le da vergüenza absolutamente todo a este chico. Es entonces cuando hablamos mucho más y nos contamos cosas sobre nosotros. Hemos congeniado muy bien y ahora entiendo por qué absolutamente toda España está maravillada con este chico: juega al fútbol de muerte (aunque jamas lo admitiré en voz alta, soy demasiado del Mallorca para eso), es monisimo y encima es un cachito de pan.

-Mañana entonces te ha enreado Riqui para venir a ayudarle a preparar, ¿no?- me pregunta su madre cuando nos estamos despidiendo, y es que mañana era la fiesta de verdad con todos sus amigos y sin familia ante la que comportarse.
-Efectivamente, como siempre tengo que estar controlándolo todo para que salga bien.- bromeo, le doy dos besos y ella pasa a despedirse de Pedri.

Nos montamos en el coche: yo conduciendo, Pedri a mi lado de copiloto y Ansu y mi amiga detrás literalmente comiéndose uno al otro. Pedri se ríe cada vez que yo les riño, es un bebé.

-¿Entiendo que Ansu se viene a nuestra casa, tú te vas a la suya o cómo va a ir esto?- cuestiono mirando por el retrovisor.
-Se viene a casa.- me dice Ali y Pedri y yo nos miramos como "wow, que sorpresa".
-Pues pon tu dirección en el navegador, eres mi único pasajero.-le digo señalándole el gps del coche.
-Qué mejor pasajero que yo.-responde guiñándome el ojo y procede a poner su dirección.

El trayecto con Pedri es ameno, bromeamos hasta llegar a su casa que no está demasiado lejos de nuestra zona. Se despide con dos besos cuando aparco en su puerta.

-¡Portaos bien con Paulita, tortolitos!- les grita antes de cerrar la puerta e irse.
-Ui, Paulita...-me molesta, como siempre, Ali.
-Le ha gustado.-se ríe Ansu y yo los dejo por imposibles.

Cuando llegamos a casa agradezco estar 100% cansada para irme a dormir directamente y no escuchar absolutamente nada de la noche de pasión de la pareja del día.

meu amor - pedri gonzález Where stories live. Discover now