Jyuto ⁷

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ADVERTENCIA: CONTENIDO +18 🔥

      

La ceremonia de entrega de reconocimientos a los oficiales destacados había terminado, ahora nos encontrábamos disfrutando de la cena de gala.

Decidí acercarme hacia la mesa de postres; había una gran fuente de chocolate y millones de frutas.

—Que delicia— escuché a mis espaldas; y por la voz tan conocida que lo dijo, me vi obligada a voltear. —Por supuesto que me refiero a la comida.— dijo acercándose a la mesa y parándose justamente a mi lado.

Vio rápidamente lo que había y tomó una horquilla para agarrar una uva; la pasó por el chocolate que caía de la fuente y la llevó a su boca, para después deshacerse de la horquilla en el bote de basura que había a un lado.

—¡Mm!— exclamó mientras masticaba. —Definitivamente deliciosa. ¿Hay algún problema, oficial (a)______? ¿O por qué me mira tanto?— preguntó una vez que pasó el bocado.

—En absoluto. Simplemente degusto y disfruto.

—Ya veo.— tomó una horquilla más y esta vez tomó una fresa; la pasó por chocolate y la acercó a mi boca.

—Vamos, no me deje con la mano estirada.— negué viendo al techo y abrí la boca, para comer la fresa.

Jyuto había bañado de más la horquilla; había chocolate más allá de donde estaba la fresa, así que chupó el restante.

—Felicidades por tu reconocimiento contra crímenes cibernéticos.

—Felicidades por la reciente aprensión de uno de los principales proveedores de drogas de Yokohama. Te llevaste toda la atención esta noche.

—Es parte de mi trabajo. ¿Y sabes?— miró hacia todos lados, cuidando, seguramente al igual que yo, que nadie notará la extrema cercanía con la que hablábamos. —Me gustaría celebrar contigo esta noche.— susurró contra mi odio y se alejó de mi. Se acercó a buscar una fruta más, y continuó hablando. —¿En el estacionamiento en 15 minutos?— preguntó antes de comer y se fue sin esperar alguna respuesta.

Sabia perfectamente que iría a buscarlo.

Regresé a la mesa donde me encontraba con mis compañeros y me disculpé por irme tan temprano, poniendo como excusa que me sentía cansada y me dolían los pies por los tacones.

Me dirigí hacia el estacionamiento, donde pude verlo recargado en su carro y fumando. En cuanto me vio, tiró el cigarrillo al piso, apagandolo; y cuando estuve frente a él, tomó mi cintura, acercándose aún más a él y me besó.

—Vamonos.— dijo soltandome y abriendome la puerta del copiloto.

El camino fue tranquilo, pues simplemente me dedicaba a observar como iba concentrado en la carretera.

Llegamos a mi departamento, que era siempre el testigo de todos nuestros encuentros. Una vez cruzada la puerta atacó mis labios.

Me pegó contra la pared y comenzó a acariciar mi cuerpo por encima del vestido que llevaba.

Sin interrumpir el beso, se deshizo de sus zapatos y me hizo abrazar su cintura con mis piernas, para ayudarme a quitarme los tacones.

Aún cargandame, y no perdiendo el tiempo de tocar mi trasero, me llevó hasta la habitación mientras besaba y lamia mi cuello con desesperación.

Me tiró sobre la cama y se deshizo del vestido casi rompiendolo; más tarde me quejaría de eso.

No perdió el tiempo en comenzar a besar mi cuerpo por completo. Ya era todo en experto en saber específicamente en qué partes me hacía sentir bien.

YOKOHAMA DIVISION | ONE SHOTSWhere stories live. Discover now