🅾🅲🆃🅾🅶🅴🆂🅸🅼🅾 🅿🆁🅸🅼🅴🆁🅾

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Diana le pidió permiso a su madre para organizar una fiesta de San Valentín en su residencia, y la señora Prince estuvo de acuerdo siempre y cuando no asistieran más de cien personas, controlaran el consumo de alcohol porque todos eran jóvenes aún, y lo más importante, que mantuviera todas las puertas de las habitaciones cerradas con llave para evitar incidentes. Incluso amenazó a su primogénita con llamarle a la policía ella misma si la fiesta se descontrolaba y rompían alguno de sus muebles o encontraba el lugar hecho un desastre.

Eso fue lo que llevó a que la residencia Prince empezara a llenarse de jóvenes a eso de las ocho y treinta del viernes, y si bien la chica griega se había encargado de comprar snacks y bebidas -algunas alcohólicas y otras no tanto-, los invitados también llevaron cosas para pasar el rato.

Todo iba relativamente bien hasta que empezó a ir relativamente mal.

—Oye, ¿has visto a Kara? —Preguntó Lena por enésima vez durante la media hora que llevaba en la fiesta.

—Me parece que la vi en la cocina —respondió Querl aún sosteniendo la cintura de su novia.

—Creo que estaba con Diana —completó Nia.

La ojiverde les agradeció antes de dirigirse al lugar mencionado, y efectivamente, su novia estaba sentada en un taburete mientras conversaba con Samantha y Diana preparaba hamburguesas -presumiblemente solo para su novia-, había tres vasos con líquido sospechoso dentro, y una vez que Lena se acercó a la chica ucraniana y esta la saludó con un beso breve en los labios, pudo probar que sí, su novia había estado consumiendo alcohol.

—Hey, hola —murmuró la rubia abriendo los brazos para que Lena se acercara, lo que la ojiverde hizo de forma reticente. Siempre se ponía nerviosa cuando había gente bebiendo a su alrededor—. Samantha me estaba contando de esa vez donde te caíste de un árbol y te astillaste un brazo, entonces tus padres acapararon toda el ala de pediatría.

—Yo nunca me caí de un árbol —respondió Lena con el entrecejo fruncido y una mueca de confusión—. Esa fuiste tú, Samantha. Yo ni siquiera sé cómo trepar un árbol.

—Oh, mierda, es verdad —la castaña amplió los ojos cómicamente y arrastró las palabras en su siguiente frase—. Mi madre es una exagerada y a mi padre... oh, espera, a ese idiota no lo conozco. Uhm, Di, ¡¿y si tenemos el mismo padre imbécil y resultamos ser hermanas?! —Exclamó con horror, lo que ocasionó que Diana hiciera una mueca.

—Mejor que no sea así —murmuró la chica griega antes de colocar la hamburguesa frente a su novia y quitarse el delantal—. Por cierto, Lena, llévate a tu novia antes de que convenza a Samantha de seguir bebiendo.

—Espera un momento —la ojiverde frunció el entrecejo y miró de su novia a sus amigas con confusión—. La fiesta solo lleva media hora, ¿cómo Samantha se embriagó tan rápido?

—Ah, ya sabes —comenzó la rubia antes de sacar una botella de algún lugar y hablar con un acento exagerado—. Vodka, como en la madre Rusia.

Lena no tenía idea de cómo terminó atrapada en una carrera de shots con Sara Lance, y una vez que la venció, Ava Sharpe la retó, y una vez que la ojiverde ganó por segunda vez, estaba tan mareada que su novia tuvo que sostenerla para que no se fuera de boca al piso, o de culo, según fuera el caso.

Kara la dejó sentada en uno de los sofás del recibidor mientras iba a buscar alguna cosa, y Lena veía todo borroso y las cosas daban vueltas, pero notó que Diana ingresó con más snacks y se puso de pie casi sin dificultad antes de lanzarse a abrazar a su mejor amiga, solo que tanteó mal la trayectoria y terminó con el rostro en los pechos y la chica griega y las manos en su trasero.

—¡¿Qué demonios?! —Chilló Diana llena de indignación, y aventó a la ojiverde para sacársela de encima debido a la impresión, pero una vez que Lena cayó al piso sobre su culo con un estrépito horrible, la chica griega dejó caer las bolsas en sus manos y corrió para ayudar a su mejor amiga—. Mierda, no vi que eras tú.

La ojiverde se rió sin aliento y se masajeó el trasero para disipar el dolor, pero una vez de pie volvió a tambalearse, lo que hizo que volviera a caer contra el torso de la chica griega y Diana hiciera una mueca porque Lillian iba a matarla si Lena volvía a casa así de ebria.

—Ven, vamos a mi habitación.

—¿Qué? Claro que no —resopló la ojiverde dando un par de pasos descoordinados hacia atrás—. No te vas a propasar conmigo, Prince —zanjó en un tono arrastrado.

—¿Qué demonios? No me quiero propasar contigo —respondió Diana tratando de sostener en pie a su mejor amiga—. Solo quiero llevarte a dormir.

—¡No voy a dormir contigo! —Chilló Lena a todo pulmón, pero afortunadamente su chillido fue amortiguado por la música.

—Y yo no quiero que duermas conmigo —aseguró la chica griega antes de pasar su mano por la cintura de la ojiverde para darle mayor estabilidad—. Simplemente quiero...

—¡¡Me quieren violar!! —Lena gritó con todas sus fuerzas, y Diana volvió a rodar los ojos.

—¡Deja en paz a mi novia! —Alguien chilló a espaldas de la chica griega.

Diana apenas tuvo tiempo de ver a una Kara demasiado pasada de copas -y muy enojada porque alguien estaba a punto de propasarse con su novia-, antes de que la misma Kara se lanzara contra ella y Lena y las tres rodaran por el piso debido al golpe estrepitoso.

La ojiverde volvió a reírse por el golpe a pesar de que le dolía el brazo y empezó a vitorear a su novia mientras esta trataba de golpear a Diana en el rostro, quien se retorcía debajo del cuerpo de la rubia y trataba de detener los puñetazos lanzados a su mandíbula.

—Kara, demonios, soy yo —la chica griega jadeó, y solo entonces Kara pareció entrar en razón, y aquello habría terminado allí de no ser porque Lena se había colocado de pie torpemente y se lanzó encima de ambas para seguir con la pelea.

Pelea que se extendió aún más e involucró casi a todos los muy ebrios presentes allí, y más que preocuparse por los hematomas que tendría por la mañana, Diana casi se puso a llorar allí mismo porque iba a estar horriblemente castigada.

𝑺𝒕𝒐𝒍𝒆𝒏 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 [𝑺𝒖𝒑𝒆𝒓𝒄𝒐𝒓𝒑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora