Cassiopeia Black creció con más en su plato que una adolescente normal. No llegó a ponerse vestidos rosas ni a llorar por chicos que le habían roto el corazón. No. Estaba atascada preocupándose por sus hermanos y lo que depara el futuro.
James Potte...
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(capítulo sesenta y tres)
"Te dije que tu tobillera se vería mejor sobre mi hombro." James dijo con una sonrisa en su rostro mientras miraba a Cassie sonrojada.
El cabello de Cassie estaba recogido en un moño desordenado en la parte superior de su cabeza. Sus labios estaban levemente hinchados, llenándolos de volumen. Tenía moretones en el cuello, pero esta vez sonrió levemente cuando los vio. Llevaba puesto su uniforme escolar, pero su camisa estaba parcialmente desabrochada. Su corbata no estaba atada, colgando suelta alrededor de su cuello, los pequeños hematomas asoman de su camisa.
Cassie negó con la cabeza lentamente, mirando a James.
Su cabello estaba aún más desordenado de lo habitual, muchos grandes nudos descansando en los rizos oscuros. Tenía un gran hematoma en el costado del cuello y algunos más pequeños a su alrededor. Sus labios también estaban hinchados, un ligero tinte rojo para ellos debido al lápiz labial rojo de Cassie. Llevaba puesto su uniforme, pero la camisa estaba desabrochada, la corbata colgaba holgada alrededor de su cuello y los pocos botones superiores estaban desabrochados.
"Dijiste eso." Cassie dijo mientras James le tomaba la mano, entrelazando sus dedos con una pequeña sonrisa hacia la chica. "Tenías razón."
James soltó una pequeña risa, volviéndose hacia Cassie y presionando rápidamente sus labios contra los de ella por un momento antes de apartarse.
"Vamos, ya llevamos desaparecidos como 2 horas." Cassie soltó una pequeña risa mientras asentía. Los dos caminando hacia el Gran Comedor para cenar.
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"¿Cómo fue?" Remus le preguntó a James mientras esperaban alrededor de una esquina tratando de esconderse de cualquiera que pudiera estar caminando en su camino.
"¿Cómo estuvo qué?"
"Sabes que."
"Que- oh." El rostro de James rápidamente comenzó a sonrojarse levemente, pero una sonrisa apareció en su rostro.
Remus negó con la cabeza mientras James sonreía como un niño en una tienda de dulces dejando escapar una pequeña risa ante el rubor que había en su rostro.
"Nadie te vio durante horas, no es difícil asumir lo que estabas haciendo."
James se puso más rojo.
"Y tienes un chupetón grande en el cuello."
James se puso aún más rojo.
Miró a la vuelta de la esquina, asegurándose de que la costa todavía estuviera despejada, antes de volverse para mirar a Remus, quien aún reía levemente.
"Sirius no se dio cuenta, ¿verdad?" Preguntó James, pasando rápidamente una mano por su cabello mientras sus ojos se abrían.
