Cassiopeia Black creció con más en su plato que una adolescente normal. No llegó a ponerse vestidos rosas ni a llorar por chicos que le habían roto el corazón. No. Estaba atascada preocupándose por sus hermanos y lo que depara el futuro.
James Potte...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
(capítulo siete)
SIRIUS Y CASSIOPEIA BLACK eran gemelos tan similares, pero tan diferentes. Tenían los mismos ojos, cabello, actitud pero estaban en diferentes casas, tenían diferentes personalidades y familias.
Sirius tenía a los Potter, la familia de tres lo había recibido con los brazos abiertos cuando los necesitaba, siendo la familia que los Black, aparte de Cassie, no podían ser.
Cassie tenía a los Black, su familia ni siquiera levantó la vista de la cena para hablar con ella sobre su tiempo en la escuela. Pensando que era una decepción, pero también era demasiado importante para la familia, podrían volverse más poderosos si la casaran.
Sin embargo, a Sirius y Cassie no les importaba nada de eso.
Sabían lo que querían, y por eso ahora estaban sentados cerca del lago negro, envueltos en sus bufandas y sombreros de diferentes colores, hablando de nada y de todo.
A Sirius le gusta llamar la Hora de los Gemelos de esos días, haciendo que Cassie se avergüence de su hermano. Tenían una bolsa de dulces de Honey Dukes sentada frente a ellos, llena hasta el borde con diferentes delicias que ningún muggle esperaría que existieran. Dulces que te hicieron rugir como un león, o tus orejas al vapor como una tetera.
—¿Cómo va tu Tutoría de Transformaciones?— Sirius le preguntó a la chica de cabello oscuro mientras arrojaba otra piedra al lago, viendo como salpicaba y luego se hundía bajo el agua. Cassie miró a su hermano con el ceño fruncido, inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado.
—¿Potter no te lo dijo?
Sirius negó con la cabeza, James le había dicho a los otros Merodeadores que ella era 'Absolutamente horrible y que iba a sacarme el ojo con esa varita agitando', lo que hizo que Sirius se riera y negara con la cabeza, sin embargo, eso era lo único que les había dicho a los otros chicos.
—Dijo que no se debería confiar en ti con una varita.— Sirius se encogió de hombros, riendo ante el giro de ojos de Cassie.— Pero eso fue todo.— Ella arqueó las cejas con sorpresa, pero negó levemente con la cabeza.
—Está bien, al menos creo que está bien. Pero solo hemos tenido dos lecciones, y hasta ahora ha sido lo que aprendimos en el primer año.— Sirius asintió con la cabeza mientras dejaba escapar un pequeño bostezo.— ¿Estas aburrido?— Preguntó Cassie con una ceja levantada, metiendo la mano en la bolsa y sacando una caja de frijoles Berti Botts Every Flavor Beans y abriéndola. Sirius negó con la cabeza y le sonrió a su hermana.
—Un poco, sí.— Cassie volvió a poner los ojos en blanco mientras le lanzaba un gominola, Sirius abrió la boca y lo atrapó, lo que hizo que él levantara las cejas y sonriera ampliamente a la chica, asombrado de que lo hubiera atrapado.
