Bruises ꨄ︎ James Potter

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(capítulo treinta y ocho)

JAMES POTTER salió de uno de los cierres de escobas, mirando a ambos lados antes de correr en dirección a las salas comunes de Gryffindor.

"¡Balderdash! ¡Balderdash!" James exclamó cuando llegó a un se detuvo patinando frente a la pintura de la Dama Gorda, que puso los ojos en blanco antes de abrirse, murmurando algo sobre modales mientras James entraba en la sala común.

"¿Lo has hecho?" Sirius preguntó en el segundo en que la pintura se cerró detrás.

James. El chico de las gafas asintió mientras se pasaba una mano por el cabello dando un paso hacia los otros tres Merodeadores que estaban descansando en los sofás en el medio de la habitación.

Casi todo el mundo ya se había ido a la cama, excepto un par de estudiantes de séptimo año que estaban aprovechando al máximo de su tiempo en Hogwarts antes de dejar las puertas por última vez.

El fuego en la habitación se apagaba lentamente mientras la luna casi llena iluminaba el resto de la sala común. Remus estaba medio dormido mientras escuchaba a medias el resto de la conversación de los Merodeadores, asintiendo y añadiendo algo de vez en cuando. La luna llena era la noche siguiente y estaba exhausto.

Peter estaba sentado en el borde de su asiento, con los ojos muy abiertos mientras miraba entre James y Sirius, quienes estaban hablando en susurros emocionados y silenciosos mientras repasaban los detalles del plan por última vez antes del día siguiente.

Sirius estaba acostado boca abajo en la silla por lo que sus pies estaban sobre el respaldo y su cabeza colgando sobre el asiento. Su cabello colgando como una melena alrededor de su cabeza.

James bostezaba de vez en cuando mientras hablaba con Sirius, riendo cuando el chico hacía un comentario sarcástico. Sostuvo la Snitch Dorada frente a él mientras hablaba, dejándola volar un poco antes de atraparla nuevamente.

Pasaron unas horas y pronto la sala común quedó vacía, aparte de los Merodeadores.

Remus estaba dormido, sus suaves ronquidos rompieron el silencio cuando James y Sirius dejaron de hablar por unos minutos, los dos bostezando con bastante frecuencia. La cabeza de Peter ahora descansaba en la palma de su mano, se dormía de vez en cuando, haciendo que su cabeza golpeó el brazo de la silla mientras caía.

James se puso de pie justo cuando el fuego se extinguió, dejando la habitación completamente a oscuras.

"Oh, va a oscurecer." Sirius dijo simplemente mientras se sentaba bien.

"No jodas, Sherlock." La voz de Cassie interrumpió mientras agitaba su varita, las velas de la sala común se iluminaban mientras ella estaba al pie de las escaleras de la sala común.

James sonrió instantáneamente al verla, acercándose a ella y dándole un gran abrazo y besándola en la parte superior de la cabeza.

"No sabía que estabas ahí arriba, amor." James dijo mientras Cassie envolvía sus brazos alrededor de él, encogiéndose ligeramente de hombros.