- Ahórrate el sermón -Digo para romper el silencio que tanto me mata, intento sonar aburrida e indiferente pero mi corazón quiere desbocarse con cada que da él acortando la distancia.

- ¿Te haces una mínima idea...? -Ladea la cabeza cogiendo una inhalando con rabia, calma, calma, calma, parece recordarse-. ¡Te haces una puñetera idea de lo que has hecho!

- Si te sirve de consuelo, técnicamente no he hecho nada.

- ¡Te podían haber matado! ¡Joder, Atenea!

- ¡No iban a matarme!

- ¿Crees que después de verte crucificada boca abajo bañada en tu propia sangre, crees que voy a permitir que hagas estas locuras tú sola? ¡Se te ha ido la puta cabeza! -Gira drásticamente para pegar un puñetazo a la pared, esta queda hueca hacia dentro y no puedo evitar abrir los ojos de sorpresa cuando vuelve a mirarme más cabreado.

- Por esa misma razón, porque yo era la que estaba ahí desangrándome, yo soy la que debe devolverle el favor ¿No crees?

- ¡No vas a hacer ni una mierda por tu propia cuenta! ¿Me estás escuchando? ¡Ni una mierda!

- ¿Quieres dejar de gritar como un energúmeno? Ya te he dicho que no ha pasado nada, no encontré nada.

- ¡Y si lo llegas a hacer, qué! ¡Qué coño hubieras hecho!

- Pues lo que se me da mejor -Una sonrisa temblorosa sale de mis labios pero sigue tan serio que juraría ver sus ojos oscurecer.

- Definitivamente se te ha olvidado que somos un equipo, ¡Éramos tres personas del equipo junto a James Hurt!

- Bueno, tu parecías muy entretenido con Scarlett -Le doy una vista a mis uñas como si fueran más interesante que lo que dice.

- ¡Por que pensaba que eras tú!

Se da cuenta de lo que acaba de decir, cierra la boca y aprieta los labios mientras pasa sus manos desquiciado por el pelo, se gira exhalando con fuerza. Su espalda musculosa está tan tensa que da miedo, vuelve a golpear la pared en otra parte que deja nuevamente abollada, susurrando un "Joder" de rabia. Cierro los ojos con fuerza cuando escucho el impacto y al abrirlos está cerca, demasiado cerca, apuntándome con el dedo índice.

- No llegaste a casa para dormir -Dice con más calma-. ¿Sabes lo preocupado que estaba?

- Lo siento... -Trago saliva tan fuerte que pudo haberlo escuchado, alzo un poco la cabeza para mirarle directamente a los ojos.

- Podías haber llamado -Aclara.

- Lo siento.

Su mano derecha viaja hasta mi mejilla, rechazo el contacto pero igualmente consigue tocarla y arrastrar el pulgar por un moretón reciente que me hice torpemente luchando contra un vagabundo que quería reclamar su puesto en el descampado y vio oportunidad de acostarse con la Mamá Noel sexy, en esos instantes juré odiar a la rubia con todo mi ser. El contacto es ardiente, tanto que siento mi piel quemarse sobre el trazo que hace. Su frente se apoya contra la mía, soy consciente de que mira en dirección a mis labios pero ya no me atrevo a levantar la vista, ahora no. Suspiro con pesadez, para la mierda que hice en la noche me pude haber quedado con Harry y disfrutar de lo que Scarlett hizo, aunque después de todo, él no se ha quejado así que al menos uno de los dos se divirtió. Me aparto drásticamente pensando en ellos dos juntos, tocándose, besándose y siento los ojos esmeralda clavados en mi espalda.

- ¿Estás bien? -Relaja los hombros luego de un buen rato-. Quiero decir... ¿Estás herida?

- Estoy bien -Digo secamente-. Tengo que irme a entrenar.

MedicineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora