Finn Gley es un joven abiertamente gay que se vio obligado a realizar una actividad extracurricular, y para su desafortunada conveniencia había un puesto vacante en el equipo de fútbol americano: Mantenimiento.
Así que si, debía comportarse como el...
Llegué a casa al día siguiente y saludé en voz alta a mamá, pero no recibí ninguna respuesta, por lo que saqué la conclusión de que no estaba en casa o estaba descansando, por lo que me recosté en el sillón y prendí la tele, sin querer pensar en cuanta tarea tenía pendiente. Lamentablemente, la desfavorable y poco agraciada cara de George Hanlon estaba en televisión. Pensé en apagar la TV y hacer la tarea, ya que eso parecía mas divertido, pero en un arrebato de masoquismo decidí escuchar la idiotez que tenía para decir.
—Hay muchos que están de acuerdo con sus ideales económicos, señor Hanlon, pero la mayoría de las personas considera sus valores demasiado anticuados. Muchas personas están a favor de la comunidad LGBT. ¿Qué tiene para decirle a las personas que lo llaman retrógrado?
—No es que este en contra de las personas homosexuales.
Ajá, y yo soy Madonna.
—Estoy en contra de aquellos que promueven el homosexualismo como una forma de vida natural y saludable porque no lo es.
¿Homosexualismo? ¿Esa es una palabra...?
—Está en contra de la ciencia y de la fe cristiana. —concluyó.
—¿Entonces que les diría a aquellos que dicen que promueve el odio con sus palabras?
—Son personas a las que sin dudas les duele la verdad.
No, Hanlon, nos duelen los golpes e insultos, pero bueno, nadie espera que lo entiendas.
—En ningún momento dije que se debería hostigar o violentar física ni verbalmente a un homosexual. No es esa la forma correcta, cuando alguien está enfermo o sufre alguna adicción se lo ayuda, así debería ser con la homosexualidad.
¿Está comparando la adicción con la homosexualidad? Esta debe ser una terrible broma. Señor, le juro que no soy adicto a ningún pene más que al de su hijo, y prometo que lo protegeré de usted y su retorcida forma de ver el mundo.
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Cuando le dije a Jossie que me acosté con Thomas, me dio un pellizco tan fuerte que podría haberme arrancado la piel.
—¡Josephine!
—No me llames así. Estaba intentando ver si puedo hacer que recuperes el sentido, porque tu dignidad ya está perdida. ¡Te hizo sufrir y tú vas y lo perdonas tan fácilmente!
—No sirve tener rencores.
—Tampoco sirve acostarse sin tener las cosas claras, perdonar no es lo mismo que ser estúpido. Tú, Finn, estás siendo estúpido. Lo siento, mi deber de mejor amiga es informártelo. No puedes perder la dignidad por un chico. —abrí la boca dispuesto a refutar eso, pero levantó la mano y me dio una mirada que me hizo retroceder físicamente. La piel en donde había pellizcado empezó a arder, recordándome con quien estaba tratando. — Tu alma, tu mente y cuerpo es lo único que tendrás permanentemente hasta que te mueras. Cuídalo y no lo pierdas ni lo dañes por un tonto amor de secundaria.
