Capítulo 11

25 5 0
                                    

De regreso al palacio Artemis solicitó la presencia de su hija, necesitaba hablar con ella pues no comprendía esa recién cambiada actitud suya.

—Padre ¿Puedo pasar?— cuestionaba Mina mientras llamaba a la puerta.

—Adelante hija, entra.

—Me dijeron que deseas hablar conmigo ¿Que pasa papá?

—Mina, deseo hablar contigo sobre lo sucedido el día de hoy, sin duda fueron muchas emociones para un viejo como yo ¿Quieres contarme que pasó contigo? Me debes muchas explicaciones ¿En donde quedó mi niña sobreprotegida? ¿En qué momento maduraste tanto? Pero antes de que respondas a eso quisiera saber ¿Por qué? ¿Por qué te revelarse en mi contra? Ayudaste a un ladrón, escapaste del palacio, pusiste a mi médico personal al servicio del pueblo, le quitaste autoridad a Kunzite y ahora planeas que ese joven que estaba preso sea tu guardia personal. No entiendo nada, explícame ¿Qué fue todo eso?

—Tienes toda la razón, mi comportamiento no fue el que hubieras esperado. Cuando los guardias sorprendieron a Yaten en el palacio me contó un poco de lo que vivía día a día, y cuando lo visité en su celda terminó de platicarme las verdaderas condiciones en las que no solo su familia, sino toda la gente vive. Si lo ayudé a escapar fue por que vi en su mirada mucha rabia y tristeza, y pude darme cuenta de que no era una mala persona. Si salí sin tu permiso fue por que quise comprobar por mi misma que sus palabras eran reales, pero al llegar al pueblo observé un lugar muy distinto al que me mostraste el día de mi cumpleaños, un lugar que está completamente devastado, y todo por ti, y por mí, porque les quitaste todo cuanto tenían para poder complacerme en lo que yo deseaba, sin importarte lo que sucediera con esa gente.

—Mina... Yo...— Artemis no tenía palabras para expresarse, pero sabía que su hija tenía razón —hija... Yo... Lo hice por...

Lentamente Mina se acercó a Artemis y se sentó sobre el suelo alfombrado colocando su cabeza sobre el regazo de su padre —Sé perfectamente por qué lo hiciste, todo fue por el amor que me tienes, quisiste sustituir la ausencia de mamá llenando ese vacío con todo lo que pudieras darme. Sé que tú intención no era mala, pero sin darte cuenta arrastrarte a gente que no tenía por qué pagar por nuestras acciones.

—¿Que quieres que hagamos Mina? Tienes toda la razón, fui un tonto. Dímelo, dime qué deseas que haga y lo haré.

—Debemos arreglar todo, devolverle a la gente sus tierras, proveerles de todo lo necesario para que vivan cómoda y dignamente, velar por su bienestar. Debemos arreglar todo ese desorden.

—Mina, me encantaría poder hacerlo si es lo que te hace feliz pero hay un pequeño inconveniente— Artemis dirigió su mirada hacia el techo de su estudio y dió un fuerte y profundo suspiro para continuar con una confesión que quizá cambiaría por completo la vida de Mina y la dirección del reino —No tenemos forma de hacerlo. El reino se encuentra sin recursos, si nos hemos mantenido como hasta ahora es por el dinero que recaudamos mes con mes en el pueblo, pero sin él poco a poco iremos cayendo también en una gran austeridad.

Mina sorprendida solo observa a a su padre, al mismo tiempo tenía un fuerte sentimiento de culpa, no podía creer como lo que para ella habían sido caprichos y berrinches había afectado tanto de manera indirecta en todos los aldeanos y en el reino entero. Del hermoso y basto reino que una vez había sido simplemente no quedaba nada.

—Debe haber alguna manera, no podemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos buscar alguna solución, hacer alianzas, no creo que esta situación no tenga salida— la convicción de Mina por apoyar a su pueblo se hacia presente, sin duda había dejado de ser una niña.

—De hecho si la hay hija. Ya eres toda una mujer, en solo unos cuantos días me has demostrado que tienes coraje, valor y sobre todo unos hermosos y nobles sentimientos ¿Sabes? Cuando estábamos en el pueblo y hablabas con tanta habilidad que me recordaste a tu madre, era tan sabía y bondadosa, siempre se preocupaba por los demás. Eres tan parecida a ella.

—¿Y cuál es esa opción papá? ¿Que podemos hacer?

—Mina, me demostraste que tu pensamiento es sensato y centrado, creo que estás lista para tomar tu puesto. Yo ya soy viejo y creo que es hora de que ocupes mi lugar, que en realidad es el lugar que te pertenece. Estás lista para subir al trono, estás lista para gobernar. Aunque hay un pequeño inconveniente, como tú lo dijiste, debemos hacer alianzas, buscar a alguien que cuente con los recursos necesarios para levantar nuestro pueblo, aunque eso signifique unificarlo con el de alguien más, pero para hacer eso tú tendrías que... En cierta forma deberías hacer un sacrificio...

—¿Que tengo que hacer? ¿A qué sacrificó te refieres?

—Conoces la ley y la tradición, siendo mujer, para poder gobernar y lograr tu propósito de reestablecer el reino, debes casarte, y dadas las condiciones en las que nos encontramos, deberás hacerlo con alguien que pueda proveernos de todo lo necesario— ante esas palabras Mina quedó inmóvil por un momento, desde pequeña supo que para ser reina debía conseguir un esposo, pero nunca espero que la situación de su pueblo y sus deseos de ayudarlos la llevarían a recurrir a la primer persona que estuviera dispuesta a brindarle apoyo.

—Si es así, lo haré, estoy dispuesta a hacer lo que me pides, todo por el bienestar de la gente, es hora de devolverles todo lo que les quitamos. Puedes hacer lo que consideres necesario papá, debemos encontrar a ese príncipe cuanto antes.

—Hija, de hecho... Creo que conozco a la persona indicada. Hay un príncipe con una gran personalidad y presencia, ha llevado las riendas de su reino durante los últimos tres años, por supuesto, apoyado por su madre, posee el reino más rico de todos los alrededores, lleno de riquezas. Sé que no tiene el mejor de los carácteres, pero estoy seguro de que si convives con él quizá podrías llegar a enamorarte.

—¿Y quien  es ese hombre papá?

—Si hay alguien digno de tomarte como esposa es él, nuestro buen amigo Kunzite.

El guardián de su amorWhere stories live. Discover now