Cárcel Sirvey (Cs1)

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Mika

Encendí la moto y fui hasta casa de Sara, la que me esperaba con una sonrisa y una maleta que por lo menos llevaba ropa para quince días.

Aparqué y me quité el casco, guardándolo y saqué la pequeña maleta que llevaba, que en comparación con la de la rubia era una mierda.

-¿Íbamos 3 días no? -Dije dándole un corto beso en los labios.

-Llevo lo esencial. -Me contestó fulminándome con la mirada, me encantaba picarla.

-Miedo me da ver cuánto llevas cuando te vas de viaje 1 mes. -Entrelazó nuestros dedos y se dirigió al coche, guardamos las cosas y me puse en el asiento de copiloto, todavía estaba estudiando para sacarme el carnet.

Otra cosa que la cárcel y esos 3 hijos de puta me quitaron.

Arrancó el coche y conectó el bluetooth, poniendo una playlist de música que ponía "coche", empezó con la canción de "blindin lights" se veía contenta ya que daba golpecitos en el volante mientras movía la cabeza, y yo me pasé al menos 20 minutos mirándola cantar y mirar a la carretera.

Comenzó a sonar "tu jardín con enanitos", de Melendi. Me miró sonriente y yo puse mi mano en su pierna.

-Canta que seguro te la sabes. -Dijo riendo. - Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas
No se asuste señorita, nadie le ha hablado de boda
Yo tan solo quiero ser las cuatro patas de tu cama
Tu guerra todas las noches, tu tregua cada mañana
Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos
Tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos
Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza
Quiero ser tu incertidumbre y sobre todo tu certeza.

Me reí y esperé a mi parte favorita de la canción. Entonces me uní a ella cantando.

-Y es que yo quiero ser el que nunca olvida tu cumpleaños
Quiero que seas mi rosa y mi espina aunque me hagas daño
Quiero ser tu carnaval, tus principios y tus finales
Quiero ser el mar donde puedas ahogar todos tus males
Quiero que seas mi tango de Gardel, mis octavillas
Mi media luna de miel, mi Blues, mi octava maravilla
El baile de mi salón, la cremallera y los botones
Quiero que lleves tu falda y también mis pantalones.

Me miró con los muy abiertos y reí, le puse la mano en la pierna y seguimos cantando y hablando por al menos 1h más, hasta que llegamos al hotel.

Era bastante grande, de hecho podría apostar que se había gastado un dineral en esto. Debía empezar a trabajar como fuese para poder recompensarla.

Un chico de pelo negro, mayor que nosotros, y de ojos grises se acercó a nosotros, era alto y abrazó a Sara, yo le miré con el ceño fruncido.

-Hola preciosa. -Dijo el susodicho y ahora miré raro a Sara, estaba algo confundido.

-Él es Damon, mi primo. -Dijo ella abrazándole. -Él es Mika, un amigo.

-Pues os he reservado una de las mejores habitaciones. -Me dio la mano y yo se la estreché. -Venid, es por aquí.

Sara me miró con una sonrisa y yo le revolví el pelo, llegamos hasta la planta 8, que por lo que nos había estado contando Damon era la planta con más lujos. Cuando nos quedasemos solos iba a matar a Sara, lo tenía bien claro.

-Si tenéis alguna duda avisadme. -Dijo tendiendonos 2 tarjetas del hotel y marchándose.

Sara abrió la puerta y casi se me cae la boca del asombro, era una jodida suite con jacuzzi y todo.

-¿Cuánto te has gastado Sara? -Pregunté cruzándome de brazos.

-Cierra el pico y da las gracias. -Dijo señalando su mejilla, en cambio la cogí del cuello y la acerqué a mí, dándole un tierno beso a modo de agradecimiento. -Me sirve con creces.

-Ahora a disfrutar.

(***)

Estábamos en la piscina del hotel, yo metido en la piscina y ella sentada en la orilla mirando al frente.

Unos chavales la miraban de reojo mientras cuchicheaban, no tenía nada de lo que ponerme celoso ya que ni se habían acercado ni éramos nada, pero yo estaba celoso igual.

Me acerqué a ella y la besé, ella me respondió el beso y cuando estaba distraída la tiré al agua conmigo.

-MIKA. -Gritó mientras reía.

-Ups. -Dije riendo. Los chicos se acercaron a nosotros.

-¿Mika Hastings? -Dijo uno de ellos.

-Eh. Sí. -Dije algo confundido.

-Seguimos tu caso de cerca. -Me sonrieron. -Soy Marcus y él es Kent.

-Hola. -Dijo ese tal Kent con un movimiento de cabeza.

-Y tú debes de ser Sara. -Dijo mirando a la chica que estaba a mi lado.

-Efectivamente. -Sonrió y ellos le devolvieron la sonrisa.

-Pues me alegra que estés fuera. -Se fueron del lugar y yo miré extrañado a Sara.

(***)

Por la noche nos quedamos dando una vuelta por el lugar, jugando a las cartas mientras escuchábamos música en directo, le gané dos veces pero las siguientes tres ganó ella, cosas de haber estado 8 años sin jugar.